No a la fortaleza Europa: ¡Apertura de las fronteras a los refugiados, a los trabajadores y a los estudiantes!

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Desde el 1 de enero de 2016, 132.000 personas entraron a Europa (entre ellas más de 100.000 por Grecia), lo que representa treinta veces más que el año anterior durante el mismo período. En su casi totalidad huyen de la guerra, la miseria o las persecuciones de las potencias imperialistas; en particular las de la Unión Europea son las principales responsables.  Desde el 2015 son más de 1,2 millones de solicitantes de asilo registrados por la Unión Europea. En los últimos dos años, 7.000 de ellos perdieron la vida a las puertas de Europa, de los que varios centenares se ahogaron.

Son tratados de manera absolutamente inhumana, como en la reciente evacuación violenta de una parte de la «selva» de Calais por las CRS. Los gobiernos burgueses europeos «democráticos» de Merkel, Hollande, Cameron, Renzi… aplican el programa del Pegida, el FN, el BNP, el UKIP, el FPO, el PS (Verdaderos Finlandeses), el Jobbik, el XA (Amanecer dorado), el PVV, el SD…: el asesinato masivo por ahogamiento de los árabes, los negros, los afganos y el apartheid para los sobrevivientes.

 

Los gobiernos capitalistas rechazan y expulsan a los refugiados sirios

En la cumbre europea del 7 de marzo, la Canciller alemana Merkel presentó un plan anti-inmigrantes que propone expulsar hacia Turquía a todo refugiado llegado “ilegalmente” a Grecia.  Este plan «germano-turco» fue negociado directamente por Berlín y Ankara y luego aceptado por los 28 gobiernos de la Unión Europea.  Prevé devolver hacia Turquía a todos los sirios llegados a Grecia a través de las redes de traficantes de fronteras, para más tarde instaurar un «corredor humanitario» según el principio «1 sirio admitido por 1 sirio expulsado». Los expulsados entonces serán establecidos en Turquía donde más de 2,7 millones de personas ya viven en campos de refugiados.  Para tener éxito, la cumbre del 7 de marzo ha previsto financiar hasta con un máximo de 6 mil millones de euros al gobierno islamista turco y facilitar la obtención de visados para sus connacionales.

Este plan cruel de expulsión y devolución de los refugiados es la continuación de las distintas medidas nacionalistas que cada burguesía europea estableció ignorando las normas de la UE (Acuerdo de Schengen) contra los proletarios venidos de Asia y África.  Incapaces de acoger de 2 a 3 millones de seres humanos (para una población europea de 500 millones) la mayoría de los estados burgueses europeos restableció los controles en sus fronteras, imitando al gobierno Orbán de Hungría que lo había iniciado el 2015.  Para lograrlo, los mismos que se jactaban de haber derribado el muro de Berlín erigido con alambre de púas, sueltan a los perros policías a la vez en el espacio de Schengen y en sus fronteras, y encierran a los inmigrantes.

Los acuerdos de Schengen estallan.  Siete países de este espacio ya restablecieron controles en las fronteras (Francia, Alemania, Bélgica, Austria, Dinamarca, Noruega, Suecia).  El Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió a los refugiados que no son bienvenidos, gritando «¡no vengan a Europa!» (El Mundo, 3 de marzo de 2016). Como los países de los Balcanes siguieron la decisión de Austria de cerrar sus fronteras, los Jefes de Estado validaron el bloqueo de los refugiados en suelo griego: «los flujos irregulares de inmigrantes a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales finalizaron» (Declaración de los Jefes de Estado de la Unión Europea, 7 de marzo de 2016).  Para clasificar y expulsar a todos estos trabajadores, el gobierno griego abrió centros de clasificación y la UE los financia hasta un máximo de 300 millones de euros a título de «ayuda humanitaria».  El 2016, la UE reforzó también su policía en el Mediterráneo (Frontex) y a solicitud de Merkel, la OTAN con las marinas inglesa y francesa patrullan desde febrero el Mar Egeo «para salvar» a las embarcaciones de inmigrantes y «traerlos a Turquía».

 

Las medidas xenófobas amenazan con extenderse a los nacionales de la UE.  Así el gobierno Cameron exige, para mantener Gran Bretaña en la UE, que los trabajadores de los otros países miembros tengan  derecho a hacerse explotar, pero no a beneficiarse de la protección social antes de 7 años de presencia en el territorio.

 

¡La clase obrera debe unirse para imponer la apertura de las fronteras y el fin de los bombardeos imperialistas!

El sistema imperialista mundial, es decir, los grupos capitalistas mundiales y los Estados que sirven a los intereses de los capitalistas de su país (Estados Unidos, China, Alemania, Japón, Francia, Gran Bretaña, Rusia…), mantienen a la mayor parte del mundo en la miseria.  Los Estados imperialistas intervienen militarmente en los países dominados (Irak, Libia, Siria, Ucrania, Malí…).  Las potencias regionales (Arabia Saudí, Irán, Israel…) que están vinculadas a algunos de ellos participan en guerras en otros países (Siria, Irak, Yemen…) o incluso colonizan (Palestina).

El imperialismo es la principal causa de las migraciones de millones de trabajadores, trabajadoras y jóvenes hacia Europa (o Norteamérica).  El capitalismo en descomposición conduce ahora al fascismo.  Por una parte, los partidos xenófobos y fascistas empujan hasta el final la lógica racista de los partidos burgueses «democráticos» y se refuerzan en las elecciones.  Las bandas nazis atacan a los inmigrantes en Grecia, Alemania, Suecia…  En Medio Oriente, las bandas islamo-fascistas fomentadas ayer (EI-Daech) u hoy (Al-Nusra) por los Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Israel, Turquía y las monarquías del Golfo, atacan al movimiento obrero, a las mujeres, a las minorías religiosas y nacionales…

Sólo la clase obrera es progresista hoy.  Sólo ella puede romper con el capitalismo en declive, puesto que hay demasiados seres humanos en relación a las perspectivas de ganancia; sólo ella puede garantizar el desarrollo de los países dominados, cubrir todas las necesidades básicas a través de la colectivización de los medios de producción y la planificación por los productores, y proteger el medio ambiente de la raza humana.  Los trabajadores migrantes forman parte de la clase obrera bajo el mismo concepto que su componente de origen nacional, su lucha es la misma.

Es necesario revivir el internacionalismo proletario y construir una Internacional obrera revolucionaria.  En toda Europa, todos los sindicatos de asalariados, todos los partidos de origen obrero deben exigir:

  • ¡Abajo el plan de la UE de expulsión de los refugiados sirios! ¡Cierre de los campos de retención! ¡Libertad de circulación, asentamiento y empleo para todos los trabajadores migrantes y sus familias!  ¡Libertad de circulación y permanencia para los estudiantes que desean visitar Europa o allí!
  • ¡Los mismos derechos, incluidos los políticos, para todos los trabajadores!
  • ¡Alto a los bombardeos e intervenciones de las fuerzas especiales y los Ejércitos norteamericano, ruso, belga, británico, danés, francés, holandés, en Siria e Irak! ¡Cierre de todas las bases militares norteamericanas, rusas, francesas y británicas en la región!
  • ¡Bastante persecución policial a los refugiados y gitanos! ¡Abolición de las leyes xenófobas!  ¡Disolución de Frontex!  ¡Organización de la defensa conjunta entre trabajadores nacionales y emigrantes contra la represión policial y las agresiones fascistas y racistas!
  • ¡Estados Unidos Socialistas de Europa y Federación Socialista del Mediterráneo!

 

09 de marzo de 2016

 

Buró Internacional del Colectivo Revolución Permanente

Fracao Trotskista Vanguarda Proletaria / Brasil

Tendência Marxista-Leninista / Brasil