Tesis sobre China

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1921-1927: La dirección de la Internacional Comunista causa el fracaso de la 2da. revolución china sometiendo el partido obrero a la burguesía nacional

1. En el siglo XIX, China confronta por una parte las rebeliones campesinas y de otra la intromisión de países más avanzados, que ya son capitalistas. La economía es arcaica y la dinastía Qing de origen manchuriano, a pesar de sus tentativas, se revela incapaz de hacer frente a la presión extranjera, en primer lugar de Gran Bretaña, y también de Rusia, Portugal, Japón, Francia, Alemania… Durante las «guerras del opio» denunciadas por Marx y por Engels, Inglaterra sola en primer lugar (1843-1842), y luego asociada a Francia (1858-1860), impone la apertura unilateral al comercio internacional. En 1894-1895, Japón lleva una guerra victoriosa contra China, que le permite poner pie en Manchuria, conquistar Corea y Formosa (Taiwán). En 1900, un movimiento xenófobo y tecnófobo proveniente del campo, la «rebelión de los boxers», es abandonado por el imperio y aplastado por la intervención conjunta de todos los bandidos imperialistas. Los «tratados desiguales» ratifican la apertura a las mercancías extranjeras, la tutela extranjera sobre las «concesiones» en Shanghai, Cantón, etc, y la colonización abierta de Macao, Hong Kong, Indochina, Taiwán, Birmania.

2. En 1911, estalla la primera revolución china, saludada por Lenin. Un levantamiento derroca a la dinastía desacreditada e impotente. La burguesía emergente se pone a la cabeza en Shanghai y en el Yangzi. La Presidencia de la República recae en Sun Yat Zen, el fundador de un partido nacionalista, el Kuomintang. Pero él no consigue fundar una República unida. El despedazamiento de China continúa: además de las concesiones y las colonias, las provincias están libradas a los «señores de guerra» resultantes del Estado Mayor del Ejército Imperial y vinculadas a tal o cual potencia extranjera. La teocracia budista del Tíbet aprovecha para declarar su independencia.

3. Bajo el impacto de la revolución rusa, un grupo de vanguardia en torno a Chen Duxiu crea en 1921 un partido comunista, sección del Internacional comunista. El PCCh se establece en la clase obrera y comienza a dirigir huelgas, participa a menudo en la dirección de los sindicatos obreros nacientes. El Partido Comunista Chino estaba entonces en el marco de las tesis de la Internacional Comunista: independencia del partido obrero y alianza con el movimiento nacional revolucionario, para encabezar a las masas oprimidas y en particular a los campesinos.

4. Pero la revolución rusa permanece aislada. Con Lenin muerto y Trotsky apartado, los burócratas de la URSS conducidos por Stalin se proponen en adelante aprovecharse tranquilamente de los privilegios que les confiere la administración del país. Los partidos comunistas son subordinados en todas partes después de 1923, en búsqueda de alianzas para la URSS. Desde esta perspectiva, Zinoviev, Stalin y Bujarin obligan al Partido Comunista chino a incorporarse al Kuomintang, la expresión política de la burguesía china emergente. Según la IC en curso de estalinización, un «bloque de las cuatro clases» nacionales debería agrupar a la clase obrera, al campesinado, a la pequeña burguesía urbana y a la burguesía. La encarnación de esta alianza de clases es supuestamente el Kuomintang.

5. A partir de 1922, las huelgas se multiplican en las grandes ciudades. Chocan con las autoridades británicas y japonesas, ya que la mayoría de las fábricas pertenecen a capitalistas extranjeros. Los estudiantes se lanzan a la lucha antiimperialista. Los campesinos están dispuestos a tomar las tierras de los grandes propietarios y usureros. Todas las características de una situación revolucionaria se reúnen, con el proletariado como punta de lanza de la lucha antiimperialista y de la aparición de soviets.

6. Los capitalistas chinos y los terratenientes se inquietan por esta efervescencia de los explotados de las ciudades y del campo. El general Jiang Jieshi, el principal jefe militar del Kuomintang, lleva acabo un golpe de Estado en Cantón el 20 de marzo de 1926, que le permite ascender al liderazgo del Kuomintang. Su primera medida será prohibir toda propaganda comunista. Chen y la dirección del PCCh quieren romper con el Kuomintang. Sin embargo, en ese mismo momento, el Kuomintang es admitido como miembro de la Internacional Comunista, a propuesta de Stalin y Bujarin. Siguiendo una consigna de la IC, el Partido Comunista frena a las masas obreras y campesinas y reafirma su confianza en el Kuomintang. Bajo la mirada del Ejército nacionalista, los obreros de Shanghai se levantan en febrero de 1927; al precio de duros enfrentamientos, se convierten en amos de la ciudad. El Ejército nacionalista burgués, bajo el comando de Jiang Jieshi, se vuelve contra el proletariado desprevenido el 12 de abril de 1927. Al menos asesina a 5.000 trabajadores con la complicidad de las organizaciones mafiosas (triadas) de Shanghai y de las potencias imperialistas.

7. El terror blanco reina. El pánico que levanta la derrota de su estrategia, conduce a Stalin a minimizar la derrota. Luego declara, a destiempo, que China está madura para la revolución, y para cubrirse desencadena levantamientos en el campo (la «Cosecha de otoño») y una insurrección minoritaria en la otra metrópolis del país (la “Comuna de Cantón»), que conllevan nuevas masacres de varios millares de trabajadores. Los militantes del PCCh que ponen en entredicho la línea de la IC, como Chen Duxiu y Peng Shuzhi, fueron expulsados por «trotskismo». En efecto, para la Oposición de Izquierda de la IC y para la IV Internacional, el “etapismo” y el «frente único antiimperialista» están caducos. La revolución en China y en los otros países dominados debe ser permanente: dirigida por el proletariado, arrancando a la juventud y al campesinado de la dominación de la burguesía nacional, su victoria no puede detenerse en las tareas democráticas.

1927-1949: el PCCh, partido estalinista de base campesina, continúa tendiendo la mano a la burguesía

8. Mao Zedong, un dirigente del PCCh que participó con diligencia en el Kuomintang y en la “Cosecha de otoño», busca refugio en el campo creando un «Ejército de Liberación Popular». El PCCh sigue los bandazos de la burocracia del Kremlin. En 1929, sus tropas, entre ellas las de Mao, se lanzan prematuramente al asalto de grandes ciudades, en el marco de la política del «3er. período», ultraizquierdista, de la IC. En 1936, cuando un General descontento del Kuomintang detiene a Jiang Jieshi, Mao lo hace liberar, en el marco del cambio de rumbo de la IC hacia los «Frentes Populares». En 1937, cuando Japón invade China, el PCCh propone de nuevo el «frente único antiimperialista» a la burguesía nacional y a su Kuomintang. El PCCh, por tanto, frena al movimiento campesino, lo que facilita la conquista japonesa que demuestra su crueldad en Nankin. Pero a pesar de las concesiones del PCCh, el Kuomintang está más preocupado de luchar a él que al invasor. El EPL, que protege a los campesinos y que se opone con más determinación que el Kuomintang a Japón, amplía progresivamente su apoyo popular y su base geográfica en detrimento del Kuomintang.

9. Los ejércitos guerrilleros y el Partido Comunista Chino son, durante todo este período, organizaciones estalinistas particulares, bastante diferentes de los partidos «comunistas» de Europa o América. La base del PCCh no es obrera, sino campesina. Su jerarquía político-militar funciona ya como un aparato de Estado en los territorios que controlan. En las «zonas rojas», Mao y su camarilla van a purgar regularmente a sus adversarios en el EPL y el PCCh, recurriendo a las calumnias y también a las detenciones, torturas, simulacros de juicio y ejecuciones, que les permiten mantener un poder político. Son los casos de Futian en 1930 y de Yan’an en 1942. En 1938, Mao se asegura el control del PCCh con la aprobación del Kremlin y goza de un verdadero culto en los territorios controlados por el EPL, una característica típica del estalinismo.

10. Después de la derrota del Japón, en 1946, Jiang Jieshi se vuelve abiertamente contra el PCCh, con la ayuda de los Estados Unidos. Para resistir a los ejércitos nacionalistas, para contar con el apoyo de los campesinos pobres, el PCCh y el EPL están obligados a enfrentarse hasta cierto punto a los terratenientes. Aunque la repartición de tierras que deciden sea muy parcial, los campesinos pobres se reconocen en el EPL, revestido de la autoridad de la revolución rusa y de la victoria de URSS en la II Guerra. Entre 1946 y 1948, al Ejército de Liberación del PCCh se unen 1,6 millones de reclutas. En 1949, el Estado controlado por Jiang Jieshi se hunde. A pesar de la reticencia de Stalin, los ejércitos campesinos de dirección estalinista se apoderan una por una de las grandes ciudades, pidiendo al mismo tiempo a los obreros y a los empleados no paralizar el trabajo. En 1949, Mao declara la República Popular China. Jiang se refugia en Formosa (Taiwán). Mao sale por primera vez de China, para viajar a Moscú.

11. El levantamiento de la Guardia Nacional y la proclamación de la Comuna de París en 1871, la insurrección organizada por el Partido Bolchevique y la entrega del poder a los soviets en 1917, fueron capaces de fundar un Estado obrero, incluso no habiendo aún expropiación del capital, sin hablar de un plan para la economía. Pero el avance del Ejército de la URSS en Europa Oriental en 1944-45, la toma del poder en 1944 por Tito en Yugoslavia y por Hoxha en Albania, la toma del poder por Mao en 1949, la toma del poder por Castro en 1959, no produjeron por sí mismas la fundación de Estados obreros, ya que no se trataba de direcciones proletarias e internacionalistas. Mao intentó preservar la alianza con la burguesía, instalando un Gobierno de coalición, limitando las nacionalizaciones y reprimiendo a los militantes revolucionarios, en particular a los del Partido Comunista Revolucionario (sección china de la IV Internacional).

1950-1992: las vicisitudes de un Estado obrero en manos de una burocracia estalinista

12. En circunstancias excepcionales, los partidos pequeño burgueses, incluidos los estalinistas, pueden ir más lejos de lo que habían previsto en la ruptura con la burguesía. La IV Internacional lo previó en su fundación y el inicio de la 2da. Guerra Mundial lo había confirmado, según Trotsky. La derrota del Kuomintang da un violento impulso a las revoluciones coreana e indochina. Pero el imperialismo no había dicho su última palabra. Los Estados Unidos decretan el bloqueo de China. El Kuomintang amenaza a la revolución desde Taiwán. El Ejército norteamericano, en nombre de la ONU, rechaza en 1950 al Ejército de Corea del Norte hasta las fronteras de China, sin que fuese seguro que se detuviesen allí. El PCCh envía al EPL, en forma de «voluntarios» chinos, a enfrentar en Corea a las tropas de los Estados Unidos. Los capitalistas chinos y las ruinas del Kuomintang, que Mao intentaba administrar e integrar, sabotean la guerra. De 1950 a 1955, el PCCh expropia a los terratenientes y a los capitalistas, lanza a prisión o empuja al suicidio a los antiguos miembros del Kuomintang. La mayoría de los terratenientes son ejecutados por los campesinos pobres. La mayoría de los capitalistas que habían permanecido luego de 1949 se refugian en Hong Kong o en Taiwán.

13. Sobre la base de la apropiación colectiva de los principales medios de producción, del monopolio del comercio exterior y del primer plan quinquenal (1953-1958), las relaciones sociales de producción no son ya capitalistas. La propia economía no se basa ya en la producción de mercancías, que permite materializar la plusvalía resultante de la explotación de una mano de obra que vende su fuerza de trabajo por los poseedores privados de los medios de producción. China no se vuelve socialista en realidad, lo que es imposible a escala de un único país, más aún atrasado. Pero se sientan las primeras bases del socialismo, constituye una formación social intermedia, ahora sí un «Estado obrero». La industria extractiva, la industria manufacturera, el sector de la construcción y las obras públicas, los transportes de los bienes, etc, en adelante se organizan previamente, según un plan promotor de un desarrollo de las fuerzas productivas de tipo no capitalista. China se unifica por primera vez desde la caída del Imperio (sin contar Taiwán, protegido por los Estados Unidos) y adquiere una base industrial, educa a la niñez, emancipa a las mujeres. La tercera revolución china provee a los obreros, a los campesinos, a los jóvenes, a las mujeres, de conocimientos considerables, con la garantía del empleo en el campo y en las ciudades.

14. El PCCh no es por tanto un partido centrista, menos aún revolucionario, como lo afirmó la dirección de la IV Internacional que, después de haber cortejado a Tito, rechazó a sus propios camaradas del PCR. Pablo-Mandel-Maitan consideran que el PCCh no es ya estalinista y que aplica la «revolución permanente». En 1951, un Congreso Mundial ratifica la revisión del programa de la IV Internacional. Esto deja las manos libres al Secretariado Internacional pablista para liquidarla transformando a los trotskistas en auxiliares del estalinismo y del nacionalismo, que en adelante son investidos de la misión de dirigir la revolución en los países capitalistas y de reformar los estados obreros. La IV Internacional no se repondrá. En realidad, realizando al mismo tiempo una obra progresista al colectivizar los principales medios de producción, los partidos estalinistas no dirigen en ningún caso la revolución socialista mundial. No pueden sustituir a partidos obreros revolucionarios basados en el marxismo. La burocracia rusa, la burocracia yugoslava, la burocracia china y, más tarde, la burocracia cubana, comparten la pretensión de realizar el socialismo en un único país oprimiendo al mismo tiempo a la clase obrera, lo que sirve a la burguesa mundial para desacreditar al socialismo a los ojos de numerosos trabajadores. De manera complementaria, las burocracias utilizan el prestigio que ganaron en su resistencia al imperialismo y en la expropiación, para predicar la colaboración de clases y la «revolución por etapas», para impedir la revolución socialista.

15. La supresión del capitalismo en China y la cristalización simultánea de una nueva burocracia que la controla no pueden comprenderse sino a escala mundial y no situándose a escala del país. Sólo la sucesión de la crisis capitalista mundial, del conflicto inter-imperialista y la ola revolucionaria que siguió, prolongaron el reino de Stalin y de la burocracia privilegiada y usurpadora que personificaba. Enfrentado al Kuomintang y a Japón, el PCCh no era un partido campesino (ya que el campesinado es incapaz de cualquier papel propio significativo), ni burgués de tipo jacobino (el tiempo de tales partidos había pasado), sino un partido estalinista, adosado a la burocracia de la URSS. Aunque nacionalista, el PCCh no era, en esa época, un partido burgués, como si la burguesía fuera capaz de tales transformaciones sociales en la época de su decadencia. Lo que hace este partido, durante la guerra civil y luego en el poder, deriva de la existencia del Estado obrero degenerado vecino, que implica todavía alguna herencia de la revolución rusa. A partir de 1950, el PCCh se convierte en la herramienta política de una burocracia privilegiada que, sobre el modelo de la URSS, expolia la nueva China, usurpa el poder de los productores, impone un régimen policial, ejecuta o encarcela a los trotskistas. Con avidez, los antiguos jefes de la guerra comparten los puestos del nuevo Estado y declaran haber realizado el socialismo. De allí resulta la identidad de naturaleza con la URSS: el Estado obrero chino es, inmediatamente, burocrático. El PCCh modela abiertamente a China sobre el Estado obrero degenerado resultante de la contrarrevolución estalinista, con la ayuda de consejeros llegados de la URSS. Todas las burocracias oficiales de este tipo oscilan entre el proletariado mundial y la burguesía mundial. Sin embargo, no constituyen la clase explotadora de un nuevo modo de producción: no tienen lugar a escala de la historia. O el proletariado derroca a la casta usurpadora y extiende la revolución socialista, o la burguesía mundial restablece el capitalismo derribando a la burocracia oficial o basándose en ella.

16. La transición al socialismo exige la extensión de la revolución mundial, que la burocracia existente obstaculizó por su colaboración con la burguesía de los países capitalistas y su contribución al mantenimiento del orden mundial. La burocracia china, para reconciliarse con el imperialismo norteamericano, hizo capitular al Partido Comunista indonesio ante la burguesía nacional. El carnicero Suharto, con la ayuda de la CIA y de los islamistas, aplasta a la clase obrera desarmada en 1965, destrozando por centenares de miles a los militantes comunistas, los sindicalistas y a la población china. Esta derrota abre la vía a la intervención norteamericana en Indochina. En Indonesia, la dictadura militar de Suharto va a sobrevivir hasta 1997. En 1972, en el apogeo de la agresión imperialista contra Vietnam, Mao Zedong y Zhou Enlai reciben al Presidente norteamericano Nixon en Pekín. En 1973 Mao y Zhou no condenan el Golpe de Pinochet en Chile y entablan relaciones con su dictadura.

17. La transición al socialismo exige la libre actividad del proletariado, la elevación de su nivel cultural, la formación más completa posible de su niñez, el control de los trabajadores de las ciudades y el campo sobre el Plan. De 1950 a 1992, la burocracia de la Ciudad Prohibida inflinge al proletariado y al pueblo una serie de zigzags. Oscila entre, por una parte las concesiones a los mecanismos de mercado y la apertura al capital extranjero; por otra parte, la autarquía imposible y el encuadramiento totalitario de la población. Eso conduce a desgarramientos periódicos en su seno.

18. En 1953, el primer plan quinquenal es calcado sobre los de la URSS, en particular da prioridad a la industria pesada, envía a estudiantes en masa a la URSS. En 1953, la burocracia china condena el levantamiento de los obreros en Alemania del Este. En 1956, critica a su mentor de la URSS por ser demasiado clemente respecto al movimiento de masas en Polonia y Hungría. El PCCh liberaliza la vida intelectual en 1957; Mao invita incluso a la crítica (las «Cien flores»). Como los estudiantes y los intelectuales aprovechan para cuestionar a la burocracia, el PCCh, bajo la tutela de Mao y Deng Xiaoping, los reprime violentamente y en masa con la «campaña antiderechista» (sic). El EPL aplasta el levantamiento de la dirección clerical del Tíbet en 1959 y, solamente entonces, el PCCh suprime la servidumbre, para luego redistribuir las tierras en 1961.

19. Hostil a la «desestalinización» y a las reformas de Kruchev, que le parecen abrir la puerta a los peligros de la revolución anti-burocrática o a la contrarrevolución capitalista, Mao lanza en 1958 el «Gran salto adelante». Éste incluye grandes obras y la edificación de una industria local, pero fija también objetivos desproporcionados. Peor, colectiviza de manera tan prematura como forzosa el campo. Se agrupa a los campesinos en «comunas populares» que deben ser autosuficientes, de 5.000 familias encuadradas de manera autoritaria. Las cosechas son tan catastróficas que entrañan el hambre en 1960. La industria nacional se ve privada de materias primas y de salidas. Sufre por otro lado de la retirada criminal de los 1.300 expertos de URSS en 1960, que empeora los efectos del bloqueo organizado por los Estados Unidos. La dirección del PCCh descarta en 1961 a Mao. Liu Shaoqi y Deng Xiaoping recurren a los métodos entonces en curso en la URSS: la planificación centralizada, la formación científica y técnica, la autoridad de los directores de las empresas, la restitución de las parcelas individuales a los campesinos, las concesiones en cuanto a salarios…

20. Mao guardó un prestigio que sus adversarios no se atrevían a no poner en entredicho y conservó el activo de la policía secreta por medio del fiel torturador Kang Sheng. En 1966, toma el control del Ejército gracias a Lin Piao e impone el «pequeño libro rojo» y el culto al «pensamiento Mao Zedong». Así asegurado, Mao desencadena la «Gran Revolución Cultural Proletaria China» (GRCPC) que lanza a los «Guardias Rojos» contra la fracción de Liu Shaoqi. Estas Guardias Rojas no tienen nada que ver con los obreros en armas de la revolución rusa; bajo este ruidoso término se anima a los estudiantes a lanzarse contra los burócratas privilegiados – rebautizados «burgueses” para las circunstancias – y aquellos no se abstienen. La rebelión de los jóvenes se canaliza así contra los adversarios de Mao. El único libro en circulación es la recopilación de citas de ingeniería infalible. La idolatría hacia el “Gran Timonel», la crasa ignorancia del marxismo, la denuncia de la creación artística, el menosprecio de la ciencia y la xenofobia estúpida caracterizan a este movimiento de desclasados. Los enfrentamientos se multiplican, ya que los adversarios de Mao replican con la creación de sus propios «Guardias Rojos». Las bandas maoístas saquean los monasterios de Lhassa en 1967, lo que alimenta el sentimiento nacional de los tibetanos. Se humilla y tortura a algunos veteranos de la guerra civil.

21. Viendo a la burocracia dividida y paralizada, los trabajadores intentan aprovechar la ocasión para imponer su propia voz en 1967 («Comuna de Shanghai»), lo que inmediatamente es condenado por Mao. Por lo tanto, el Ejército y la Policía secreta reestablecen el orden: los «Guardias Rojos» son disueltos y reprimidos, los más radicales son liquidados o encarcelados, los más numerosos son enviados por millones a hacerse «reeducar» (en el campo!) por falsarios y mojigatos que vejaron su sexualidad y los privaron de formación. Mao sale al parecer victorioso del conflicto interburocrático, puesto que Liu Shaoqi es expulsado del partido en 1968 y muerto en prisión, en 1969. En realidad, la burocracia se volvió a soldar en torno a Zhou Enlai basada en un acuerdo. En 1971, China comienza a intercambiar secretamente informaciones militares sobre la URSS con los Estados Unidos; Nixon es recibido oficialmente en Pekín en 1972, en el momento de los gigantescos bombardeos sobre Vietnam, lo que va a permitir el levantamiento del bloqueo norteamericano a China. A nivel interno, Lin Piao es eliminado en 1971 y Deng Xiaoping reaparece en 1973.

22. Mao muere en 1976. Inmediatamente, Hua Kuo Feng, el nuevo Primer Ministro, hace detener a la «banda de los cuatro», lo que queda de los dirigentes que habían lanzado la GRCPC. A finales de 1978, Deng toma el control del PCCh basándose en las preocupaciones de la burocracia ante el callejón sin salida económico de la autarquía y el voluntarismo, así como en la aspiración de las masas a la calma y al aflojamiento del totalitarismo maoísta. China invade Vietnam en 1979, que había vencido a los Estado Unidos en 1975, pero debe retroceder. Deng reafirma en 1979 el monopolio del partido único, tolerando al mismo tiempo una vida intelectual, artística y científica que había desaparecido bajo la «Revolución Cultural». El modelo del PCCh no es ya la URSS sin aliento, sino más bien Singapur, Taiwán o Corea del Sur, países capitalistas que combinan regímenes políticos autoritarios, inscripción en la «mundialización» e intervención del Estado en la economía. De la misma manera que, anteriormente, la burocracia yugoslava, la burocracia rusa, la burocracia húngara, ahora la burocracia china introduce elementos de mercado para estimular la actividad y recurre a los grupos capitalistas extranjeros para acceder a las técnicas modernas. En 1978, Deng y Chen Yun toman dos iniciativas en este sentido: desmantelamiento de la colectivización del campo y apertura de cuatro «zonas económicas especiales» abiertas a las empresas extranjeras en el sureste.

23. En 1980, la República Popular China se adhiere al FMI y al Banco Mundial. En 1984-85, Deng, Zhao Ziyang y Hu Yaobang desarrollan la industria de los bienes de consumo, profundizan en las reformas de mercado y en la apertura al capital extranjero. 14 ciudades costeras, como Cantón, Wenzhou y Shanghai, son autorizadas a crear su propia zona económica y técnica de desarrollo, abierta a las inversiones extranjeras. El PCCh crea un doble sistema de precios, suprime la planificación imperativa, concede autonomía a las empresas, flexibiliza el comercio exterior, disuelve las comunas populares… Muchas de estas medidas son emparentadas a la «Nueva Política Económica» preconizada por Lenin en 1921. Pero hay una diferencia enorme: si la NEP estuvo llena de peligros restauracionistas, el poder continuó mantenido en Rusia por la clase obrera por medio de su vanguardia internacionalista; por el contrario, el poder en China es el de una pequeña burguesía nacionalista. En 1987, el XIII Congreso del PCCh bautiza su política como «nuevo sistema de economía de mercado planificada» (sic). Los jefes de la burocracia pensaban seguramente en controlar el proceso, pero éste va a llegar más lejos de lo que habían previsto pues los tiempos han cambiado: la URSS se derrumbará pronto y, a falta de una revolución antiburocrática, la ola de mundialización capitalista en curso va a devorar lo que quedaba de la revolución de 1950-1955…

1989-1992: La burocracia aplasta el movimiento de masas y restaura el capitalismo

24. A pesar de innumerables combates y sacrificios de los trabajadores y oprimidos en todos los continentes, la ola revolucionaria mundial de los años 1960-1970 no desembocó, ni en el derrocamiento de las burguesías (excepto la de Vietnam del Sur), ni en la desaparición de las burocracias privilegiadas y parásitas de los países donde se había expropiado anteriormente al capitalismo. Las burocracias en el poder de los Estados obreros deformados (en particular de la URSS, China y Cuba), las burocracias de las organizaciones obreras de los países capitalistas (vinculadas a las anteriores o reformistas tradicionales), las organizaciones nacionalistas burguesas y pequeñoburguesas, consiguieron contener la revolución (Irlanda, Francia, Italia, Portugal, Nicaragua, Polonia…), o incluso aplastarla (Checoslovaquia, Polonia, Bolivia, Palestina, Chile, Líbano, Irán, China…).

25. En el curso mismo de la ola revolucionaria, el capitalismo con todo manifestó una fragilidad que sus turiferarios reformistas y revisionistas consideraban definitivamente superada por la hegemonía norteamericana y la cooperación capitalista internacional, por el fordismo y la producción en masa, por el intervencionismo estatal y las políticas económicas keynesianas. La tasa de beneficio bajaba, los Estados Unidos conocían un déficit comercial inédito, el sistema monetario internacional se dislocaba, etc, y para terminar, una crisis económica mundial abierta estalló en 1973, haciendo resurgir la inflación y el desempleo en masa hasta en los centros imperialistas. La crisis económica imponía a la burguesía mundial una contraofensiva, que fue permitida por la traición de las direcciones de las masas. En cada sociedad capitalista, la burguesía emprendió la tarea de liquidar las conquistas anteriores basándose en los partidos reformistas y las direcciones sindicales corrompidas; a escala internacional, el imperialismo norteamericano aumentó la presión económica, diplomática y militar contra la URSS, China, Cuba y Corea del Norte.

26. Durante la crisis capitalista de los años treinta, la URSS, con los primeros planes quinquenales, escapaba a la crisis mundial. Por el contrario, en 1973, la crisis económica afecta también a la URSS y a la Europa Oriental. En los años setenta, el ritmo de crecimiento de China y Vietnam es superado por el de los «tigres» asiáticos vecinos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur). El supuesto socialismo en un único país está por todas partes en un callejón sin salida, debido al carácter autoritario e irracional de la dirección de la economía por la minoría burocrática, y de los límites de la autarquía, ya que las fuerzas productivas no pueden desarrollarse sino a escala mundial.

27. En China, la liberalización de la agricultura y la creación de las «zonas económicas especiales» permiten reanudar el crecimiento. Sin embargo, las diferencias en las rentas se acrecientan, tanto en el campo como en las ciudades, el descontento crece ante la corrupción y la inflación. Esto se refracta en la burocracia y en su partido. Zhao Ziyang es descartado en 1988 en favor de Li Peng, que congela las reformas y restablece el control de los precios. De 1988 a 1991, el poder reafirma el rol prioritario y directriz del sector estatal. Pero la irrupción de las masas en la escena pública, en primer lugar de las estudiantiles y luego de las obreras, va a desencadenar en 1989 el pánico de la burocracia entera, que se mueve en otra dirección de lo que empieza en Europa Oriental. Deng Xiaoping va a hacer reprimir de manera sangrienta a los estudiantes por el EPL, y sobre todo a los obreros de Pekín que habían protegido a los primeros y habían comenzado a constituir sus propias organizaciones (mil muertos y miles de heridos). Veinte años después, hay aún 130 presos en las cárceles del PCCh por haber ocupado la plaza de Tianamen.

28. La transición al socialismo no podía tener lugar sino por una revolución política, es decir, el derribamiento de la casta de nuevos mandarines y de sus fuerzas represivas, la instauración de la democracia soviética, la defensa del Estado obrero para la preparación de la revolución mundial, en particular por la extensión de la revolución política en la URSS y de la revolución social en Asia. En los años treinta, la perspectiva de la revolución antiburocrática en la URSS se basaba en la tradición – aún presente en la conciencia de las masas – de los soviets y del Partido Bolchevique. La tercera revolución china no incluyó estos factores, con lo que, cuando una fracción decisiva de la burocracia emprendió conscientemente la restauración del capitalismo en 1991-92, ninguna generación había conocido consejos obreros ni partido revolucionario. Los intelectuales, los campesinos, los jóvenes, no deseaban defender el “socialismo”, que tenía para ellos la cara de la opresión y la pobreza.

29. Para levantar una alternativa al capitalismo, faltó un partido de tipo pequeño bolchevique-leninista, es decir, un reagrupamiento, aunque pequeño al principio, de la vanguardia obrera capaz de reunir a los trabajadores de las ciudades, los campesinos, a los jóvenes estudiantes, de unirlos contra la burocracia maoísta, de darles una dirección, de vincularlos con el proletariado mundial en una Internacional obrera revolucionaria. La influencia de la Internacional Comunista estalinizada sobre el PCCh, de la represión del Kuomintang y del PCCh vuelto estalinista contra la Liga Comunista en los años treinta, el ensañamiento del poder contra el Partido Comunista Revolucionario a fines de los años cuarenta y a principios de los años cincuenta, la destrucción de la IV Internacional bajo la presión del estalinismo, impidió la aparición de tal partido. Toda tentativa de las masas por dirigir sus destinos chocó con la represión del EPL y el PCCh, durante la caída de Jiang Jieshi (1949), durante las Cien Flores (1957), la Comuna de Shanghai (1967) y el levantamiento de Tiananmen (1989).

30. En 1989, se restablece parcialmente el mercado laboral, pues a los trabajadores se les había afectado anteriormente sus puestos en el estado. El aumento de productividad en la agricultura liberan una mano de obra que se desplaza para vender su fuerza de trabajo en el sector informal de las metrópolis o en las fábricas de las zonas económicas especiales de la costa (ZES). Filiales de grupos extranjeros y capitalistas locales explotan a estos proletarios. El capitalismo reaparece en la RPC como relación entre la fuerza de trabajo y el capital. Además, la liberalización de la agricultura, la autonomía de las empresas, el comercio en los dos sistemas de precios, la libertad de exportación en las zonas económicas especiales, permitieron una acumulación de capital-dinero por numerosos elementos de la burocracia: jefes del Ejército, dirigentes de empresas, altos funcionarios, responsables nacionales del partido, dirigentes de las provincias, dirigentes de las ciudades… Un número de ellos, sobre todo en el Este, tejió vínculos con los capitalistas hans de Hong Kong y Taiwán mediante las ZES o colocando su dinero en el extranjero. En 1990, una Bolsa se abre en Shanghai y otra en 1991 en Shenzhen. La fracción que intenta preservar el antiguo sistema queda en minoría en noviembre de 1991. El hundimiento de la URSS tras las reformas políticas y económicas de Gorbachov y la decisión de Yeltsin de reestablecer el capitalismo en Rusia, consolidan a los antiguos burócratas que se han convertido en capitalistas o a los que aspiran a serlo. Deng Xiaoping, Jiang Zemin, Li Peng y Zhu Rongji expresan las aspiraciones de la clase capitalista en gestación de restaurar completamente el capitalismo y transformar a China en una potencia imperialista.

31. En enero de 1992, en un desplazamiento por las ZES, Deng, a pesar de su edad, da el pistoletazo de salida oficial a su generalización. En el otoño, el XIV Congreso del PCCh se asigna un nuevo objetivo: «la economía socialista de mercado» (sic). A partir de 1992, los precios son liberados progresivamente así como los intercambios exteriores. En 1993, por primera vez una empresa de la RPC cotiza en la Bolsa de Hongkong. El mismo año, el poder ratifica la diversidad de las formas de propiedad y permite la creación de sociedades privadas (SARL y SA). En 1994, se reforma el sistema bancario, los impuestos, el cambio. En 1997, el Estado se retira de la mayor parte de la industria, mientras en diez años 50 millones de trabajadores son despedidos de las empresas estatales y pierden toda protección social. El Estado Mayor del EPL controla grandes grupos industriales, sobre el modelo del Ejército capitalista turco. En 1997, Hong Kong vuelve a China; en 1999, vuelve Macao. Los dos se convierten en «regiones administrativas especiales» en las cuales «el sistema capitalista permanecerá sin cambios durante 50 años». La Bolsa de Hong Kong será pues la principal ruta de entrada de capitales extranjeros a China. Por otro lado, la incorporación de Hong Kong y Macao abre la RPC al crimen organizado (las tríadas), tanto más cuando el Gobierno restauracionista da pruebas de mansedumbre al aspecto. En 1999, el régimen reconoce oficialmente el papel de las empresas privadas. En diciembre de 2001, China entra a la Organización Mundial de Comercio. El XVI Congreso del PCCh abre oficialmente el partido el 2002 a los «empresarios». A partir del 2002, los Grupos extranjeros pueden invertir en la banca y los seguros. En el 2004, la propiedad privada se declara inviolable. En dicha fecha, las empresas públicas ya no ocupan más que un 32% de la mano de obra industrial, contra un 80% en 1978. La prohibición hecha a las empresas privadas de intervenir en algunos sectores (infraestructuras, servicios públicos, servicios financieros) se levanta en el 2005. En el 2007, China cuenta con al menos 66 multimillonarios en dólares; ocupa el quinto puesto mundial en número de millonarios en dólares (después de los Estados Unidos, Japón, Alemania, y delante de Francia y Gran Bretaña). El PCCh se vuelve a reunir en el 2005 con el Kuomintang; en el 2008 los dos partidos se encuentran de nuevo. A finales de diciembre de 2007, la Bolsa de Shanghai ocupa el segundo puesto mundial en términos de capitalización, bastante muy por detrás de Nueva York (15.650 billones de dólares) pero por delante de Tokio (4.330 billones de dolares). La Bolsa de Hong Kong sirve a la privatización de las industrias rentables y de los bancos.

Por una revolución proletaria que conquiste las libertades y elimine a la nueva burguesía

32. Una contrarrevolución social se realizó de forma consciente en 1992, preparada por el amordazamiento del proletariado en 1949, las represiones de 1957, de 1967 y de 1989. El PCCh abandona toda pretensión igualitaria y asume el papel de aplastar la resistencia a la liquidación de la propiedad colectiva y de la protección social derivada («el cuenco de hierro del arroz»), a la instauración de relaciones de producción capitalistas y a su expresión jurídica, la propiedad privada de los medios de producción. El Estado que está en manos de un partido único dominado por capitalistas, que usa el nacionalismo para garantizar la cohesión social, que liquidó la propiedad colectiva y que crea el entorno económico y jurídico necesario para el capitalismo, es un Estado burgués. La transformación de la RPC en «taller del mundo», la soberanía del mercado (es decir de la ley del valor), la reaparición de una clase obrera explotada (incluyendo niños y obreros agrícolas) y del desempleo (probablemente 10% de la población activa), la reconstitución de una burguesía explotadora (compuesta por ex-burócratas, mafiosos y capitalistas chinos en el extranjero), la agravación de las desigualdades (el 10% más rico acapara un 45% de las riquezas; el 10% más pobre sólo el 1,5 %) certifican la regresión capitalista.

33. La restauración del capitalismo en el país más poblado del mundo es una derrota para la clase obrera mundial, que se añade a la sucedida en Rusia y de la que procede en mucho. El restablecimiento de la propiedad privada de los medios de producción, del mercantilización de la fuerza de trabajo y del reinado del beneficio en Rusia, en Europa Oriental y en China alimentó, subjetivamente, la desmoralización y el escepticismo de la clase obrera de los centros imperialistas, ya expuesta a sus propios retrocesos y derrotas. Contribuyó, objetivamente, a la recuperación de la tasa de ganancia, haciendo bajar la composición orgánica del capital total y aumentando la tasa de explotación media. Esta restauración fue un medio que el capitalismo utilizó para superar la crisis «asiática» de 1997-1998, crisis que aceleró la integración de China al mercado mundial por la recepción de los capitales venidos de los países en crisis en el Sudeste Asiático. El revés de la moneda es que el sistema bancario detenta enormes créditos sobre los Estados Unidos, que una recesión de la RPC tendría consecuencias negativas para la economía capitalista mundial, en primer lugar para Asia del Este y Oceanía, que las importaciones de China no desempeñarían ya su papel desinflacionario mundial, etc.

34. En su reinserción en la división internacional del trabajo, China se benefició del tamaño y del nivel de educación de su población, de su infraestructura y su industrialización consecuencias de la revolución, de la proximidad de la diáspora capitalista han y de la coincidencia de su apertura con el movimiento de internacionalización de los grandes grupos capitalistas. Se convirtió en el primer productor del mundo de camiones, juguetes, teléfonos móviles, televisores, aparatos electrodomésticos, el tercer fabricante de material electrónico. Sus exportaciones de bienes la colocan a en el tercer lugar mundial, detrás de Alemania y de los Estados Unidos. Aunque sigue siendo el primer exportador de industria textil, aquella composición evoluciona: los dos primeros lugares son para el material informático (15% del valor de las exportaciones) y el material de telecomunicaciones (8 %). El PIB de China sobrepasa al de Alemania, sólo detrás de los Estados Unidos y Japón. El PIB per cápita pasó de 386 dólares en 1990 a 2.228 dólares en 2005. El consumo final aumentó durante la década anterior a un ritmo de más de 8 % anual. Es el resultado de un crecimiento sostenido durante un cuarto de siglo en razón de alrededor de un 8% anual, que alcanzaría más de un 11% el 2008.

35. Por el momento, con más del 20% de la población mundial (1.300 millones de habitantes), la RPC no contribuye con menos del 6% de la producción mundial, o sea 1/5 de la producción de los países de la Unión Europea (que producen casi el 30% del PIB mundial), mientras que Estados Unidos, con solamente el 5% de la población mundial, proporciona más del 25% de la producción mundial. Su renta per cápita ha devenido la número 129 a nivel mundial en 2006, claramente detrás de Irán y Brasil. Casi la mitad de la población es aún rural. La reaparición del trabajo infantil y el deterioro de la suerte de millones de muchachas y mujeres (infanticidios, matrimonios forzados, prostitución…) la colocan junto a los países atrasados. El crecimiento sigue siendo dependiente del intercambio exterior; ya que una parte significativa de la población sigue siendo pobre, el consumo final es limitado. Ahora bien, las exportaciones corren el riesgo de sufrir a causa de la recesión norteamericana (tanto más que el yuan tiende a apreciarse con relación al dólar norteamericano, y también al euro), mientras que las importaciones aumentan (China es el tercer importador del mundo): en particular, la industria es cada vez más consumidora de componentes importados. Los salarios tienden a aumentar, lo que reduce la ventaja para China. Entre otras fragilidades de la economía china figuran la escasez de energía, la dependencia creciente de muchas materias primas y del petróleo del extranjero, la inflación que es oficialmente de más del 6% (pero más del 18% para los alimentos); la contaminación, la falta de agua potable, la disminución de las tierras cultivables y el deterioro inaudito del medio ambiente…

36. La nueva burguesía intenta constituirse en imperialista, pero ese lugar ya está ocupado por el imperialismo dominante (Estados Unidos) y por sus rivales, los imperialismos secundarios (Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña…). Su propio militarismo es de envergadura reducida. Por ejemplo, el Ejército chino no tiene ni bases en el extranjero, ni portaviones. Ciertamente, el EPL participa en la fuerza de la ONU en el Líbano, pero la tarea del batallón chino (182 soldados de ingeniería) es el desminado. En África, el Ejército chino participó en varias operaciones de “mantenimiento de la paz” (Costa de Marfil, Eritrea, República Democrática del Congo, Sahara Occidental, Liberia, Darfour) pero solamente con algunas decenas de militares por vez. Si China ha firmado acuerdos de asociación militar con países africanos, es con los que le proporcionan petróleo y gas: Argelia, Egipto, Nigeria, Sudán, pero no es el principal cliente de esos países (aparte de Sudán) y el Ejército chino no tiene ninguna base militar permanente en África, contrariamente a los imperialismos francés y norteamericano. China está aún lejos de emular a los Grupos capitalistas de los países imperialistas en cuanto a explotación de trabajadores en el extranjero. Al contrario, su crecimiento económico se debe ampliamente a la importación de capital extranjero que llega para explotar una mano de obra abundante, poco costosa y desprovista de derechos, y también buscando nuevas salidas a sus mercancías. Oficialmente, 24 millones de asalariados trabajan para filiales de grupos extranjeros. China es el segundo país de recepción de las «inversiones directas en el extranjero» entrantes, después de los Estados Unidos, con un 12% de las existencias mundiales. En cuanto a sus propias inversiones en el extranjero (salidas IDE), permanecen limitadas: en total, las existencias de las inversiones chinas en el extranjero representan menos de 110 mil millones de dólares, lo que representa apenas 18 meses de flujo de inversión extranjera en China. Por el momento, estas participaciones de China representan menos la voluntad de aumentar los beneficios a escala internacional que tentativas de asegurarse materias primas (terreno en el cual choca con rivales temibles: los Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos, España, Brasil…) y de obtener tecnología avanzada que el país no posee, a pesar de un esfuerzo muy importante en investigación. La unidad nacional es frágil, no sólo debido a la separación de Taiwán y a los particularismos nacionales (cincuenta y cinco etnias no hans sumando más de 100 millones de personas), sino también porque el Oeste se benefició menos del crecimiento y porque cada provincia, o incluso cada ciudad, juega en detrimento de las otras.

37. En ningún caso los comunistas podrían demandar a las grandes potencias imperialistas que ocupan Afganistán o Irak que ejerzan presión sobre el Estado chino o tomen de medidas de represalia contra él. En todas partes a donde los obreros chinos emigran, deben ser integrados a esa clase obrera nacional y a sus luchas; en todas partes donde los estudiantes chinos estudian, deben ser acogidos fraternalmente por la juventud local. En los Estados Unidos, en la Europa Occidental y en Japón, el deber del proletariado es oponerse a las campañas antichinas, sobre todo cuando son reflejadas por las direcciones de los sindicatos y por los partidos reformistas, aunque su pretexto sea el Tíbet, los derechos humanos, el tipo de cambio, la competencia de la mano de obra, las deslocalizaciones industriales, la peligrosidad de los juguetes o alimentos, la inflación mundial, la contaminación, el espionaje… Por el contrario, su solidaridad debe manifestarse hacia las luchas de las trabajadoras y trabajadores de China contra los capitalistas han así como contra los capitalistas extranjeros, contra el Estado burgués y contra el partido único.

38. Así como corresponde al proletariado chino limitar su explotación y prohibir la de su niñez, encabezar a la población para arrancar las libertades políticas y preservar el medio ambiente; las masas de China deben derrocar en esta lucha al PCCh y al Estado burgués e instaurar una democracia basada en sus Consejos. Ya en el campo los campesinos pobres luchan contra la usura practicada por los campesinos ricos, la multiplicación de los impuestos y la confiscación de las tierras. Las mujeres resisten a los maltratos y los homosexuales a las persecuciones. La mayor parte de la juventud soporta difícilmente la limitación de los derechos políticos y el costo creciente de los estudios. Los trabajadores jubilados tienen, en el mejor de los casos, pensiones reducidas. La población pobre se rebela contra la inflación, la corrupción del PCCh y la contaminación del medio ambiente. Los trabajadores quieren, para ellos y sus familias, acceso al alojamiento, a la salud, a la educación. En las empresas públicas, los obreros luchan contra los despidos y sus consecuencias. En las empresas privadas, los obreros, los técnicos, los empleados combaten para limitar el tiempo de trabajo, para disminuir los riesgos de enfermedades y accidentes laborales (sólo en las minas de carbón, hay millares de muertes al año), para elevar los salarios, para tener una jubilación, para organizarse libremente fuera del partido de los capitalistas y de su «sindicato» vendido a los dueños. En el 2005, las autoridades contabilizaron 87.000 «desórdenes sociales de masas». Las manifestaciones y las huelgas son reprimidas, especialmente cuando los trabajadores crean organizaciones independientes.

39. La clase obrera de la RPC es la más importante del mundo (alrededor de 380 millones de personas) y tiene ramificaciones, mediante la inmigración, en las clases obreras de numerosos otros países. Por su número, por su concentración y por su lugar como creadora de la mayor parte de las riquezas y como adversario de la burguesía, tiene la capacidad de mantener la unidad del país reconociendo los derechos (incluido el de separarse) de las minorías nacionales (en particular de los Tibetanos y de los Uigures), estableciendo una planificación que beneficie a todas las regiones. Puede poner fin a los chauvinismos en toda la región abriendo la perspectiva de una cooperación a través de los Estados Unidos Socialistas de Asia del Este. Tiene la capacidad de imponer su control sobre las empresas, de suprimir la explotación de la mayoría por la minoría burguesa y por el capital extranjero, de poner fin al desgaste y a la explotación en el campo, de emancipar a las mujeres, de liquidar las mafias, de dar un futuro y un ideal a toda la juventud.

40. Al tomar el poder, la clase obrera resolverá de paso los problemas democráticos que no se solucionaron nunca (libertad de prensa, reunión, organización, derecho de separación de las minorías…) o que se mantienen (igualdad de las mujeres, derecho a la tierra…), comenzando al mismo tiempo la transición al socialismo sobre una base humana y técnica mucho más propicia que la China posterior a la Guerra Mundial y a la Guerra Civil (colectivización de los principales medios de producción e intercambio, autoorganización, planificación democrática…). Para realizar esta revolución socialista, para emanciparse ella misma y guiar a todos los oprimidos, para instaurar el poder de los trabajadores, necesita construir a sus propias organizaciones, independientes del partido de los capitalistas y dirigidas contra el capital: sindicatos, comités, piquetes y milicias de autodefensa y, sobre todo, su propio Partido, volviendo a enlazarse con la fundación de la sección china de la Internacional Comunista, la lucha de la Oposición de Izquierda china para rectificar al Partido Comunista y la tentativa de la sección china de la Cuarta Internacional por crear un partido proletario.

21 de junio de 2008

Colectivo Revolución Permanente
6ta. Conferencia del Grupo Bolchevique (Francia)