Carta del GRA COREP

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Estimadas camaradas y estimados camaradas del Gruppe für revolutionäre arbeiterinnenpolitik,

El 16 de febrero, el GRA envió al Colectivo Revolución Permanente una carta detallada que se refiere en gran parte al Llamamiento del Colectivo, en agosto de 2003, a una conferencia internacional. Nos habíais comunicado antes vuestras tesis sobre la 4ª Internacional. Disculpad nuestra lentitud en respondeos, que se debe a la extrema debilidad del aparato del Colectivo y también a nuestras insuficiencias lingüísticas.

1. Los 21 puntos de 2003 no son la última palabra del Colectivo

Como sabéis, nuestro reagrupamiento internacional es resultante de una aproximación, al calor de la crisis revolucionaria argentina, de fragmentos que provenían de tres tradiciones diferentes: el Comité internacional de la 4ª Internacional trotskista de 1953 (GB Francia), el SICI revisionista pablista de la misma época via su rama morenista (GOI-CI Chile, LOI-CI Argentina) y la corriente cliffiste via la LICR proclamada en 1989 a partir del trabajo internacional de un grupo británico que se había desgajado del revisionismo cliffista (CWG Nueva Zelanda, LM Perú). El trabajo común condijo a una declaración sobre Irak (enero de 2003) y a un Llamamiento a los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias (agosto de 2003).

Apenas el Colectivo había aparecido en la escena política, la dirección Munzer-Novak de su mayor componente, la LOI-CI, empezó a destruir el grupo del Perú, tratado de polpotiste, luego a intentar liquidar el propio Colectivo. La LOI arrastró a sus satélites de Chile y Bolivia, así como al CWG, en un «Comité de enlace» que abandonó los 21 puntos. El CE, constituido sin programa con grupos de Brasil, Argentina y Francia partidarios del frente único antiimperialista (que había sido explícitamente repudiado en la Llamamiento), acaba de desaparecer sin gloria, como lo habíamos predicho cuando se constituyó.

Frente a la creación de un «Buró de Buenos Aires» contra el Colectivo, a la adaptación al nacionalismo panlatino y a las calumnias morenistas, supimos sacar algunas conclusiones para la vanguardia: polémica de LM contra la LOI-CI sobre la perspectiva de reagrupaciones de tipo Zimmerwald deliberadamente centristas, tesis del GG sobre la burocracia obrera y la aristocracia obrera, respuesta de GB al POR Argentina y a la FT de Brasil sobre el Comité de enlace sin programa.

El Colectivo sobrevivió a esta primera crisis. En primer lugar, se ha delimitado más precisamente (carta del boletín Revolución Permanente), ha elaborado documentos sobre varios aspectos de la lucha de clases mundiales: atentados de Londres, emergencia de formas soviéticas en Bolivia, motines en los barrios pobres de Francia, multiplicación de los Estados en Europa y tentativa de dotar la UE de una constitución, defensa de Irán contra las amenazas de intervención militar… Además, todos los grupos que lo componen han intervenido, en base a sus medios, en la lucha de las clases a escala local. Por último, ha establecido vínculos con revolucionarios griegos que desembocarán, así lo esperamos, en la intervención del Colectivo Revolución Permanente en este país.

Dejamos para la historia los instructivos debates entre el Grupo bolchevik y la LOI-CI, que desembocaron en la aprobación de los 21 puntos y de su preámbulo. El Grupo Germinal Estado español, que proviene como el GB del CI de la 4ª Internacional constituido por James Cannon, Marcel Bleibtreu, Gerry Healy and Peng Shuzhi (más tarde, del combate de Stéphane Just), se adhirió posteriormente al Colectivo con su propia valoración. Tres años después de su adopción, todos los componentes del Colectivo hacen un análisis crítico del Llamamiento. Por lo tanto, el BP del Colectivo considera el Llamamiento de 2003 y sus 21 puntos de delimitación como parcialmente superados. Sin embargo, aceptamos de buen grado discutir con el GRA, con el fin de establecer una base de principio que nos permitirá combatir juntas, en la misma organización, revolucionaria y democrática.

Para eso, responderemos al problema que colocáis en primer plano, como el más importante, el del programa (I), antes de examinar las divergencias que planteáis sobre el período (II) y de tratar de las cuestiones de estrategia y táctica que enumeráis (III).

I. El programa del comunismo y los programas de los comunistas

Planteáis la cuestión de saber si el programa del Colectivo es su Llamamiento de de 2003 o el programa de 1938:

Habláis sin cesar de «vuestro programa»… Si, cuando mencionáis «nuestro programa», debe entenderse el programa de transición de 1938, tenemos un problema del que deberíamos discutir seriamente. Si se entiende que son vuestras 21 tesis, tenemos también un problema, pero probablemente solamente de terminología. Ya que estos «acuerdos programáticos» no cumplen según nuestra opinión las exigencias de un programa.

No sabemos lo que la dirección de la LOI-CI entendía por «nuestro programa»; por lo que se refiere al Colectivo, cuando hablamos de «nuestro programa» designamos el programa histórico del proletariado, no solamente los 21 puntos de 2003, no solamente la La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional de 1938

2. Nuestro debate se facilitará si distinguimos el programa histórico de los documentos programáticos formales

El método de Marx, que es dialéctico, le condujo a menudo a emplear conceptos de manera flexible y móvil. En efecto, trabaja las relaciones, pasando de una contradicción a otra en función del objeto de su estudio y la progresión del análisis. Esto sucede de la mayoría de las categorías que emplea: modo de producción, fuerzas productivas, clase, partido, programa… Por ejemplo, cuando Marx habla de partido, a veces lo entiende en el sentido histórico, como la expresión consciente de los trabajadores, mientras que a veces se refiere a una organización concreta que existe en un momento dado. Del mismo modo, el programa puede designar algo más amplio que un programa.

La teoría comunista, comúnmente llamada «marxismo», obedece a las leyes de la dialéctica. No es invariable, no ha aparecido de golpe bajo su forma perfecta y definitiva, como la diosa Aphrodite. La teoría comunista nació con la lucha de clases moderna, se desarrolla con el refuerzo numérico del proletariado y con la actualidad de la revolución socialista él mismo que se deriva de la decadencia histórica del capitalismo, desaparecerá con la extinción de las clases. Si bien hay una unidad del programa comunista con el paso del tiempo, el programa formal de la 3ª Internacional era más avanzado que el de la 2ª Internacional; el de la 4ª Internacional representa a su vez un progreso. Socialismo científico, el marxismo se desarrolla de manera contradictoria, incorporando tal o cual elemento científico producido por otros corpus, encontrando un elemento olvidado o mal comprendido, combatiendo sin cesar contra los que lo quieren endulzar, revisar.

Aunque comprendéis el problema, (cuando destacáis con mucha razón que es incompleto y también hay que ponerlo al día), tendéis a reducir el programa al modelo del Programa de transición adoptado en la conferencia de fundación de la 4ª Internacional. Bastaría con mantener el «método», es decir, la transición:

La lógica transitoria elaborada en el Programa de Transición es para nosotros el método central de la constitución de un nuevo programa revolucionario.

El Colectivo no niega el avance que representó la elaboración de un programa de reivindicaciones que sirviera de puente para pasar de la situación objetiva del proletariado en el capitalismo en declive a su necesidad de tomar el poder. No niega tampoco la necesidad de actualizarlo, 70 años después de su adopción. Pero es necesario insistir: La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, llamado Programa de transición, no era el programa de la 4ª Internacional, contrariamente a una idea extendida en el «movimiento trotskista».

3. El programa de la 4ª Internacional (1933-1953) no se limitaba al «Programa de Transición»

La 4ª Internacional no estaba desprovista de todo programa antes de 1938. En 1935, una fracción del GBL lanzó, tras la expulsión de los bolcheviques-leninistas del PS-SFIO, «grupos de acción revolucionarios» alrededor de un pretendido «diario de masad» titulado La Comuna, sobre una plataforma mínima, a pesar de la decisión de la mayoría de la sección francesa y contra la opinión del Secretariado internacional de la LCI (véase Nicolle Braun, L’Organe de masse, 1935, reproducido en los Cahiers du CERMTRI n° 53). Dicho de otro modo, Raymond Molinier y Pedro Frank tiraban el programa por la borda, se negaban a defender la totalidad del programa, con la esperanza de ganancias rápidas, una política que a menudo será imitada por los epígonos de Trotsky. En una polémica con los escisionistas, Trotsky explicó:

¿Es que nunca nos hemos preocupado de la «preponderancia» de organización? Se trata para nosotros de un programa, que corresponde a la situación objetiva. Si otra organización más amplia que la nuestra acepta este programa (no en palabras, sino en los actos), nosotros estamos dispuestos a fusionar sin la menor pretensión de preponderancia. Ved los Estados Unidos y Holanda. Pero en la carta de P. Frank, en todo su pensamiento (como en el famoso llamamiento de La Comuna) no hay ninguna mención al programa, y no sin razón: el programa, es un obstáculo serio para la fraternización general de los pequeños-burgueses, de los intelectuales, de los pesimistas, de los escépticos y de los aventureros, y en cambio nosotros creemos que el programa lo determina todo. (León Trotsky, Carta al Comité central del Grupo bolchevique-leninista, 1935, en OEuvres t. 7, EDI, p. 197)

Aunque Trotsky menciona en sucesivas ocasiones en su carta «el programa«, no se trata del Programa de transición, que se adoptó tres años más tarde; cuando dice: «el programa determina todo», hace alusión, en nuestra opinión, al programa en sentido amplio, al programa histórico, a la sustancia de todos los documentos formales adoptados por la Oposición de izquierda internacional más tarde el LCI (BL). Por ejemplo, el manifiesto de la conferencia de alarma de la 4ª Internacional de 1940 menciona que el programa estaba constituido por varios documentos:

Nuestro programa está formulado en una serie de documentos accesibles a todo el mundo (La Guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940, GB, p. 33)

Esta «serie de documentos» incluye en nuestra opinión, además del Programa de Transición, las otras resoluciones de la conferencia de fundación de la 4ª Internacional en 1938 (Manifiesto a los trabajadores del mundo entero, Resolución sobre la lucha de clases y la guerra en Extremo Oriente, Llamamiento para la clase obrera española…), y también los textos adoptados anteriormente. Sin hablar de la Oposición de izquierda rusa, los de la reunión internacional de la OII de 1930; la Declaración de los 4 (OII, SAP, RSP y OSP) de 1933 y la Carta abierta de 1935; los documentos adoptados por la conferencia de 1936; los de la conferencia internacional de juventud de 1938 y los de la conferencia de alarma de 1940.

Por último, La Agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, llamado Programa de transición, no es ni siquiera un verdadero programa… si atendemos a otras observaciones del mismo redactor del proyecto:

No se trata aún del programa de la 4ª Internacional. El texto no contiene ni la parte teórica, es decir, el análisis de la sociedad capitalista y su fase imperialista, ni el programa la revolución socialista propiamente dicha… El verdadero programa de la 4ª Internacional debería ser elaborado por una comisión especial creada por la conferencia. (León Trotsky, Carta a Rudolf Klement, 1938, OEuvres t. 17, ILT, p. 135)

El manifiesto de 1940 se adaptaba más a la nueva situación ya que trazaba un programa para la guerra mundial, en relación con el programa histórico del proletariado. Presenta otro mérito, el de resumir este programa histórico en algunas palabras solamente:

Nuestro programa está formulado en una serie de documentos accesibles a todo el mundo. Se puede resumir la sustancia en dos palabras: dictadura del proletariado. (León Trotsky, La Guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940, GB, p. 33)

Los epígonos ha citado a menudo tal o cual pasaje del programa de 1938 para cubrir su revisión del programa y su oportunismo; ellos no se refieren casi nunca al último texto programático adoptado por la 4ª Internacional de Trotsky vivo.

4. Ninguna internacional comunista revolucionaria puede surgir del movimiento antimondialisation

Nosotros estamos de acuerdo en un punto decisivo, la 4ª Internacional está muerta. Pero vosotros mencionáis dos problemas en vuestra carta que son, creemos, malentendidos. Uno con respecto a un párrafo de la carta de presentación de Revolución Permanente.

No nos es muy comprensible lo que queréis expresar con la frase siguiente de la carta: «cualquiera que sea su nombre, será la quinta Internacional Obrera.»

El Colectivo considera, como vosotros, que la mejor formulación es actualmente «Internacional obrera revolucionaria » y no » 5ª Internacional » por dos razones al menos: el nombre de «4ª Internacional » no satisfacía a Trotsky (preconizaba «Partido mundial de la revolución socialista»); el Colectivo considera que la naturaleza de fuerzas que constituirán la IOR es una cuestión abierta.»

La observación de la carta sólo tiene por función afirmar la herencia y la filiación del Colectivo, una manera de delimitarnos de anarquismo, la socialdemocracia y el estalinismo. El principal reproche que hacemos a Workers Powers de Gran Bretaña y a la ex LICR no es que anuncien su voluntad de crear una «5ª Internacional», sino el de regresar hacia el cliffisme y mantener la confusión y el oportunismo cuando pretenden fundar una nueva internacional obrera sobre la base… ¡del Foro social!

Amplias movilizaciones contra las instituciones financieras internacionales, las contracumbres continentales, las acciones transfronterizas y las jornadas de acción simultáneas llamadas por los Foros sociales, con decenas de millares de participantes, han cambiado las formas de la lucha de clases. (L5I, Forward to the Fifth Internacional! 2003)

La L5I cae en el completo ridículo cuando explica que la solución a la cuestión vasca pasa, no por un partido revolucionario y soviets, sino por el Foro social… presentado como una nueva organización obrero (sic):

Se necesitan nuevas organizaciones de la clase obrera y juventud anticapitalista para llevar juntos las luchas nacionales, democráticas y sociales. Ya se construye tales organizaciones en toda Europa y en España, son los foros sociales. (Fifth Internacional n 2, p. 70)

A pesar de la diferente etiqueta, la L5I converge con la 4ª Internacional pablista versión Mandel. La característica común es la apología de una especie de frente único antiimperialista, el «Foro social mundial». El FSM es una coalición tan charlatana como impotente entre la burocracia castrista, los partidos y los sindicatos reformistas de América Latina, Asia y Europa por una parte, los partidos ecologistas, la Iglesia Católica, ONG financiadas por los Estados imperialistes por otra parte. El objetivo del FSM es la mejora del capitalismo y en particular la reforma de las instituciones capitalistas internacionales (OMC, FMI, BM). Esta orientación, idéntica a la de su sede de origen (el SWP), condujo al grupo WP a firmar con el SWP Gran Bretaña, la LCR Francia y el PRC Italia una llamada… a los gobiernos imperialistas europeos:

A todos los ciudadanos de Europa y a sus representantes… Las voces que se solidarizan con el pueblo iraquí no tienen ninguna oportunidad de ser oídas por la Casa Blanca. Pero tenemos aún la posibilidad de influir a los gobiernos europeos puesto que muchos de ellos se oponen a esta guerra. Lanzamos pues una llamada en dirección a nuestros jefes de Estado europeos para que se pronuncien públicamente contra la guerra, reciba o no ésta el aval de la ONU. Les pedimos también exigir que George Bush ponga fin a sus preparativos de guerra. (Rouge, 19 de septiembre de 2002)

Como los reformistas, WP se dirige a los «ciudadanos» y declara que su enemigo principal no está en su propio país. Esto es lo separa al Colectivo Revolución Permanente de la Liga por la 5ª Internacional.

La perspectiva de una 5ª Internacional basada en los foros sociales acaba de morirse sin gloria por la explosión reciente de WP Gran Bretaña y de toda su corriente internacional. El Colectivo se dirigió a la corriente que intenta librarse de este callejón sin salida para ayudar al máximo de militantes a sacar conclusiones y ofrecerles una perspectiva bolchevique.

El otro problema que planteáis se refiere a dos pasajes del Llamamiento de 2003.

Es incomprensible para nosotros la formulación en «el llamamiento»: «la reagrupación de las fuerzas sanas del movimiento obrero y especialmente de las que se reivindican de la continuidad del trotskismo y de la IVª Internacional es indispensable». Encontramos también en las 21 tesis una formulación similar: «Reafirmamos la pertinencia del leninismo y del trotskismo, del programa de la 4ª Internacional como prolongación y actualización del de lq 3ª Internacional de Leénin y Trotsky, esta escuela de estrategia revolucionaria.»

La primera frase, que figura en el preámbulo (Révolution Socialiste, septiembre de 2003, p. 3) es en efecto falsa bajo una perspectiva. Para el Colectivo no hay continuidad organizativa con la 4.o Internacional: murió como centro internacional y ninguna sección ha sobrevivido a la adopción de posiciones revisionistas por su dirección Pablo-Mandel en 1951 y al estallido consecutivo de 1952-1953.

Por el contrario, no tenemos nada que decir de la segunda frase, sacada del apartado 16 (Révolutión Socialiste, septiembre de 2003, p. 8). La expresión «la escuela de la estrategia revolucionaria» es una valoración – en nuestra opinión pertinente – que se retoma de Trotsky. «Leninismo» y «trotskismo» son términos aproximativos; por otra parte, el Colectivo de hoy se reclama precisamente de la Liga de los comunistas, del «partido de Marx» de la AIT , del ala izquierda de la Internacional obrera, de los cuatro primeros congresos de la Internacional del comunista, de la OII de la IC y de la 4ª Internacional de 1933 a 1940 (Carta de 2005). El «programa» de la 4ª Internacional incluye pues para nosotros el Manifiesto de alarma, tanto como el Programa de Transición.

La tarea es elaborar, sobre la base de la teoría comunista, una plataforma capaz de dar cuenta de los acontecimientos y tareas de hoy.

II.Nuestro programa procede de la decadencia del capitalismo

Pedís una explicación:

La crisis del capitalismo se menciona en las tesis muy a menudo y de manera muy indidiferenciada. ¿de qué tipo de crisis se trata?

En relación con esta cuestión, os preocupa saber si el Colectivo reconoce el desarrollo de las fuerzas productivas.

No encontramos, sin embargo, en ningún lugar, una indicación de que las fuerzas productivas hayan podido seguir desarrollándose después de 1945 en contra de lo esperado por Trotsky – en las condiciones imperialistas de posguerra. Por el contrario, se habla muy a menudo de crisis y en vuestra representación se deja sugerir una posición: como Trotsky lo consideraba en el programa de transición, el capitalismo se dirige continuamente hacia su crisis final desde el periodo de entreguerras y es absolutamente incapaz de proseguir el desarrollo de sus fuerzas productivas. Nosotros no vemos las cosas así, esta previsión de Trotsky se reveló falsa.

5.El CRI Francia denuncia «los mitos y los fantasmas sobre la decadencia del capitalismo«

A este respecto, os referís a textos en francés:

Una polémica entre el Grupo Bolchevik y el grupo francés CRI despertó el interés de algunos de entre nosotros.

Los debates políticos serios, o sientan una base programática para el trabajo en común y la fusión, o demuestran a la vanguardia que la negativa por parte de los centristas a avanzar con los bolcheviques tiene relación con su dependencia respecto a las corrientes nacionalistas o las burocracias obreras. El GB Francia intentó trabajar conjuntamente para fusionarse con el CRI Francia sobre la base de los 21 puntos. Éste se negó, no por una cuestión de «fuerzas productivas», sino a causa de sus pequeños asuntos sindicales, de sus vínculos con estalinistas y, en último análisis, con el Estado burgués.

El CRI es un pequeño grupo pretencioso, a pesar (o debido a) su composición social completamente pequeño-burguesa. Algunos estudiantes de historia y de filosofía de una de las «grandes escuelas» francesas (la ENS) se adhirieron al final de los años noventa al ala derecha del pretendido «movimiento trotskista» francés, que no destaca por atraer a muchos jóvenes que buscan la vía de la revolución. En el seno del CCI- PT, estos jóvenes intelectuales no dieron ninguna batalla contra el reformismo y el social-patriotismo, contra la adaptación a la burocracia sindical de FO y contra los vínculos con partidos burgueses, es decir las alianzas con el MRC (sin hablar de relaciones más dudosas aún: un fundador del PT, Alexandre Hébert, dio en esta época una entrevista a un periódico del Frente nacional). Rompieron con del CCI y el PT por la derecha, a partir de un debate académico sobre… las fuerzas productivas.

Cuando apareció en la escena política, el CRI enarboló posiciones verbalmente radicales, a la izquierda de la casa madre lambertista. Por estas razones, el GB manifestó una gran flexibilidad respecto al CRI. En 2003, invitó el CRI a su 2ª conferencia y puso en contacto a este grupo, que llevaba una existencia estrechamente nacional, con los representantes de LM Perú y de la LOI Argentina, que participaban en la conferencia.

Pero el CRI rechazó el trabajo en común con el Grupo bolchevique sobre las consignas de frente único obrero en el movimiento contra la reducción de las pensiones de jubilación (como en Austria y Alemania en el mismo momento) que estalló inmediatamente después de la conferencia, en mayo y junio de 2003. Se negó a cosignar el Llamamiento de 21 puntos, recurriendo contra él a toda una serie de argumentos extraídos de toda la gama de los revisionismos, incluidas las posiciones de la fracción Burnham-Shachtman de la sección americana (contra la que Trotsky dirigió su último combate político). La polémica de GB, del que vosotros aisláis un solo aspecto, era una defensa del programa contra esta corriente centrista.

A nivel internacional, después de haberse incorporado al Comité de enlace establecido por la LOI contra el Colectivo, el CRI sólo tiene en 2006 relación con el POR Argentina, un grupo lorista que, habiendo roto con el POR Bolivia, continúa defendiendo la herencia oportunista de esta variante del pablismo (frente único antiimperialista, sindicalismo de los policías…).

Trotsky explicó el centrismo de Sneevliet por el pago de subvenciones del Estado neerlandés al sindicato «rojo» que dirigía. Los errores del CRI no son sino ideológicos, tienen raíces sindicales y financieras que el GB sólo ha descubierto progresivamente. Retrospectivamente, la negativa del CRI a trabajar con el Colectivo y el grupo francés proviene de que habría tenido que romper se otros vínculos a los cuales estaba mucho más ligado, con una fracción del PCF y, más allá, con el aparato de Estado. En el momento en que el grupo francés del Colectivo le abría su conferencia, en abril de 2003, el CRI preparaba, sin decir nada al Grupo bolchevik ni a los otros constituyentes del Colectivo, el lanzamiento de un sindicato estudiantil suplementario. Este pequeño sindicato, la Federación sindical de estudiantes (FSE), proclamado en septiembre de 2003, nace de un bloque entre el CRI y la fracción de la UEC y el PCF hostil a la adhesión a la UNEF, el sindicato tradicional de estudiantes controlado por el PS. La FSE está subvencionada por la 5ª República, al igual que los demás sindicatos de estudiantes (la UNEF, SUD Estudiantes, Confederación de estudiantes), gracias a su participación en los órganos de cogestión de la universidad.

Esta es la explicación para el Grupo bolchevik de la campaña entusiasta del grupo CRI a favor del NO en el referéndum, junto con el PCF en 2005; para el Colectivo esta es la fuente del fantasma del CRI de un desarrollo de las fuerzas productivas «en proporciones gigantescas» que comparte con el PCF y que desemboca en el mito de la eterna juventud del capitalismo:

Es indispensable, para quien quiere progresar en la construcción del partido marxista, romper definitivamente con los mitos y los fantasmas sobre la «decadencia del capitalismo»… (CRI, Contribución, 2003, apartado 2.A.a)

Vuestra carta plantea numerosas preguntas. A nuestra vez, permitid que os preguntemos: ¿cuál es vuestra opinión sobre el verdadero análisis del capitalismo del CRI, a sea, su rechazo de toda decadencia del capitalismo?

6. Si bien la posibilidad del socialismo reside en el desarrollo previo de las fuerzas productivas, su necesidad se deriva de su contradicción con las relaciones de producción existentes

La célula central de GB hizo desaparecer del primer punto del proyecto del Llamamiento la cantinela: «las fuerzas productivas ha dejado de crecer» para sustituirlo por el pasaje que aprobáis en vuestra. El punto 1 del Llamamiento de 2003 denuncia a los ideólogos socialdemócratas, estalinistas y centristas que le inventan al Estado capitalista la capacidad de controlar la economía. Los predecesores del CRI (Max Shachtman y Felix Morrow, Tony Cliff y Michael Kidron, Ernest Mandel y Henri Weber…) revisaron así el marxismo en uno de sus aspectos esenciales.

Las contradicciones de las relaciones de producción capitalistas: valor de uso y valor de cambio, mercancía y dinero, compra y venta, producción y consumo, capital y trabajo asalariado, etc, toman mayores dimensiones en tanto más se desarrolla la fuerza productiva. (Karl Marx, Teorías sobre la plusvalía, 1861-1863, Ediciones sociales, t. 3, p. 58)

Si las relaciones de producción designan las relaciones de los humanos para producir lo que les es necesario (relaciones que se han convertido, desde la prehistoria, en relaciones de clase) y si las fuerzas productivas describen la relación de la humanidad con la naturaleza (cuyo nivel mide la capacidad de la especie para crear por ella misma con qué cubrir sus necesidades), ellas mismas están relacionadas, puesto que son dos formas del trabajo social. Las fuerzas productivas y las relaciones de producción de una formación social no están separadas, ni son arbitrarias. Obran recíprocamente, a veces en conjunción, en correspondencia, a veces en contradicción, en oposición.

En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un grado de desarrollo determinado de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base concreta sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden formas de conciencia sociales determinadas. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser; por el contrario, es su ser social lo que determina su conciencia. En una determinada fase de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en el seno de los cuales se habían movido hasta entonces. De ser formas de desarrollo de las fuerzas productivas anteriormente, estas relaciones pasan a ser obstáculos. Entonces se abre una época de revolución social. (Karl Marx, Contribución a la crítica de la economía política, 1859, Ediciones sociales, prólogo, p. 4)

Antes de la dominación del capitalismo sobre el planeta, que rompió las relaciones sociales tradicionales (correspondientes a un bajo nivel de las fuerzas productivas), generalizó la gran industria (que permite la producción en masa) e instauró el mercado mundial (que pone por primera vez en relación todas las partes de la humanidad), el comunismo no podía ser sino una utopía. El comunismo es posible gracias al desarrollo y a la internacionalización de las fuerzas productivas que ha permitido el capitalismo.

Pero para desarrollarlas hasta el punto de la abundancia, para cubrir las necesidades sociales, es necesario terminar con las relaciones de producción capitalistas que las obstaculizan, las reduce y las destruye periódicamente por medio de crisis económicas y guerras.

Las fuerzas productivas engendradas por el modo de producción moderno entraron en contradicción flagrante con el modo de producción mismo, hasta tal punto que se vuelve necesaria una convulsión del modo de producción y distribución que elimine toda diferencia de clase, si no se quiere ver perecer toda la sociedad moderna . (Friedrich Engels, AntiDühring, 1877, Ediciones sociales, 2.o parte, CH 1, p. 186)

La decadencia del capitalismo anuncia la actualidad del socialismo:

El imperialismo surgió como el desarrollo y la continuación directa de las propiedades esenciales del capitalismo en general. Pero el capitalismo no se convirtió en el imperialismo capitalista más que en un grado definido, muy elevado, de su desarrollo, cuando algunas de las características fundamentales del capitalismo han comenzado a transformarse en sus contrarios, cuando se han formado y plenamente revelado los rasgos de una época de transición del capitalismo a un régimen económico y social superior. (Vladimir Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916, Ediciones en lenguas extranjeras de Pekín, CH 7, p. 104-105)

Corresponde a un producto de la dominación del modo de producción capitalista, la clase obrera, llevar a cabo la revolución, suprimir las fronteras nacionales y abrir la perspectiva del comunismo.

7. No se puede pretender que un pronóstico político tenga la misma exactitud que un pronóstico astronómico

Vosotros alegáis la responsabilidad de Trotsky en los errores de juicio de la 4ª Internacional sobre la economía después de la Segunda Guerra Mundial.

En todos los ámbitos, es cómodo demostrar sabiduría después de los acontecimientos. Por regla general, no es sorprendente que los revolucionarios se muestren optimistas sobre los plazos de la revolución y pesimistas sobre el futuro inmediato del capitalismo. Por razones simétricas, los oportunistas son a su vez optimistas sobre el futuro a medio y largo plazo del capitalismo. Marx y Engels esperaron todos los años 1850 la crisis económica. Lenin no registró el reflujo de la revolución de 1905 hasta diciembre de 1907.

Los pronósticos de Engels son siempre optimistas. No es raro que se anticipen a la marcha de los acontecimientos. ¿Se puede concebir, sin embargo, un pronóstico histórico que, según la expresión francesa, no queme algunas etapas intermedias? (León Trotsky, Diario de exilio, 1934-1935, Gallimard, p. 47)

Para los comunistas, las fórmulas tienen su utilidad como resumen de una línea. Ningún lema debe substituir a la reflexión colectiva, a la elaboración de una orientación basada en una visión lúcida de la coyuntura económica y política. Si embargo, una serie de organizaciones, como el Club-SLL-WRP y el PCI-OCI-PCI, que habían resistido a la liquidación de la 4ª Internacional y de sus secciones por Pablo y Mandel, Moreno y Hansen, se apuntalaron dogmáticamente sobre un pasaje del principio del programa adoptado en 1938:

Las premisas económicas de la revolución proletaria has llegado globalmente al punto más elevado que pueda alcanzarse bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad se estancan. (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, 1938, GB, p. 5, la versión francesa publicada por la CCI- PT, LO y el LCR es defectuosa , en estas dos frases y algunas otras)

El peligro del dogmatismo es que la dirección no sepa avanzar cuando llega el momento de la ofensiva ni retroceder cuando llega el momento de la defensiva, que la dirección puede transformar la organización en secta al tiempo que es tentada de recurrir a atajos, por impaciencia ante la marcha demasiado lenta de los acontecimientos. A mitad de los años setenta, Gerry Healy se vendió literalmente a Gadhafi y a Hussein para financiar su diario prematuro, mientras que, a la mitad de los años ochenta, Pierre Lambert puso la organización que controlaba al servicio burocracia sindical de FO procedente de la guerra fría. Los dos partidos lo pagaron muy caro y, bajo formas diferentes, desaparecieron.

Nadie puede saber cómo hubiera analizado Trotsky la recuperación económica y la expansión prolongada que siguió. De de lo que estamos seguros, es que no tenía necesidad de camuflar sus maniobras con un radicalismo de fachada, como Lambert, Healy, Moreno, Grant y compañía. Por una parte, concedía que sus formulaciones sobre la economía capitalista eran rudimentarias:

El primer capítulo no es más que una sugerencia y no una formulación completa. (León Trotsky, Completar y aplicar el programa, 1938, en Trotsky, Debates sobre el programa de transición, LC, p. 20, este debate del 7 de junio de 1938 con cuadros del SWP no figura en el volumen 18 del OEuvres)

Por otra parte, ni Lenin, ni Trotsky pensaron jamás que hubiera crisis insuperables para el capitalismo, sin perjuicio de que las masas pagan un pesado precio por la supervivencia de aquél.

Abordemos la crisis revolucionaria, base de nuestra acción revolucionaria. Aquí, es necesario tener en cuenta sobre todo dos errores muy extendidos. Por una parte, los economistas burgueses representan esta crisis como un simple malestar… Por otra parte, revolucionarios se esfuerzan a veces en demostrar que esta crisis no tiene salida en absoluto. Es un error. No existe situación absolutamente sin salida. (Vladimir Lenin, Informe sobre la situación mundial y las tareas de las IC, 1920, OEuvres t. 31, p. 233)

¿Puede asegurarse la burguesía una nueva época de crecimiento capitalista? Negar tal posibilidad, contar con una «situación sin salida» del capitalismo sería simplemente verbalismo revolucionario. (León Trotsky, Crítica del programa, 1928, La Internacional comunista después de Lenin, PUF, t. 1, p. 159)

De la misma manera que es necesario distinguir partido histórico y organización política formal, programa del comunismo y documentos programáticos formales, es necesario distinguir la decadencia histórica del capitalismo (la crisis estructural) de sus crisis financieras y económicas repetidas (las crisis coyunturales) aunque ambos se juntan en las grandes crisis económicas (1929, 1973) y las guerras mundiales (1914, 1939).

8. Los rasgos de putrefacción en la anterior fase de crecimiento económico

Ahora bien, el período de relativa prosperidad capitalista del final de los años cuarenta a principios de los años setenta tuvo por condición una destrucción colosal de las fuerzas productivas en la crisis económica tras la guerra interimperialista.

El final de todo papel progresista de la burguesía tiene su pendiente ideológica: el racionalismo de las ‘Luces’ del siglo XVIII y el cienticismo del siglo XIX dejaron cada vez más lugar al pesimismo y al oscurantismo. Sus universitarios y sus políticos tienden a esterilizarse en filosofía post-modernista y economía neoclásica, a restablecer el malthusianismo (en forma de ecologismo) y a retroceder hacia las religiones (e incluso la astrología en el caso de Reagan y de Mitterrand).

Ciertamente, el capitalismo se ha beneficiado de una prórroga histórica, debido a los retrocesos y a las masacres del proletariado resultantes del fascismo y la guerra y, sobre todo, debido a las traiciones de la burocracia del Kremlin, de su aparato internacional y de la socialdemocracia de la ola de la revolución mundial que comenzó en 1943. Resultó de ello una nueva fase de acumulación del capital, incluyendo un cierto desarrollo de las fuerzas productivas, entre ellas la extensión numérica y geográfica del proletariado. Sin embargo, la contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción no ha desaparecido, sino que se ha visto elevada a un nivel superior, como lo demostraban trotskistas como Gérard Bloch, Cliff Slaughter, Stéphane Just o Tom Kemp.

En particular, la producción y la mejora de las técnicas han encubierto cada vez más a verdaderas fuerzas destructivas, con la investigación científica cada vez más orientada hacia fines militares y con la producción de armamentos a gran escala. Marx lo intuyó:

La gran industria creó una masa de fuerzas productivas para las que la propiedad privada se volvió un obstáculo, lo mismo que el gremio lo había sido para la manufactura y la pequeña explotación rural lo fue para la artesanía en vías de desarrollo. Estas fuerzas productivas conocen en la propiedad privada un desarrollo que sólo es unilateral. Pasan a ser, para la mayoría, fuerzas destructivas y una gran cantidad de ellas no puede encontrar la menor utilización bajo este régimen. (Friedrich Engels y Karl Marx, La Ideología alemana, 1845, ES, p. 58-59)

Durante el período que comprende de la Segunda Guerra Mundial hasta 1973, denominado más tarde por los economistas burgueses “los 30 gloriosos”, las características de «putrefacción» (Lenin) del principio de la fase imperialista se acentuaron: subdesarrollo, gasto de armamentos, capas sociales improductivas, publicidad, separación entre accionistas y «gerentes», etc.

De acuerdo con los análisis premonitorios de Gérard Bloch, Shane Mago, Paul Mattick y Geoff Pilling, las leyes del modo de producción capitalista estaban todavía en funcionamiento e implicaron una nueva reducción de la tasa de ganancia a partir de los años sesenta, y más tarde una crisis económica mundial en 1973.


Tasa de beneficio en los Estados Unidos
Fuente : Fred Moseley, Capital & Class n° 67, primavera 1999

9. Al no haber tomado el poder con ocasión de la crisis de los años 1960 – 1970, el proletariado ha retrocedido y ello ha permitido que continúe la acumulación del capital

La ola revolucionaria internacional de los años 1960-1970 fue la expresión social y política de las contradicciones económicas mundiales que minan el capitalismo decadente. Esta ola revolucionaria de nuevo fue contenida por los viejos aparatos del movimiento obrero, por el nacionalismo burgués bajo formas clásicas (ANC Sudáfrica…) y cada vez más reaccionaria (islamismo en Irán…), por el nacionalismo pequeño- burgués (guerrillas castristas, BPP, ETA, IRA…), por el nuevo centrismo (incluyendo los epígonos del trotskismo…).

La nueva prórroga obtenida por la burguesía abría la vía a un reajuste de su dominación de clase cuyos precursores fueron Thatcher y Reagan, a una contraofensiva tanto interior (derrotas de la huelga de los mineros británicos y controladores aéreos americanos, desmantelamiento de la siderurgia europea…) como exterior (apoyo a los islamistas en Afganistán, a la contra en Nicaragua, intervención norteamericana directa en Granada, reconquista de las Malvinas por el ejército británico, presión militar creciente sobre la URSS…). Debido a su incapacidad para tomar el poder, el proletariado sufrió la mutilación de sus conquistas previas y un refuerzo de la tasa de explotación. La clase capitalista desmontó los centros de resistencia del proletariado mediante privatizaciones, reestructuraciones y reducciones de los centros de producción (a pesar del aumento de los grupos económicos por medio de fusiones y adquisiciones), deslocalizaciones en el país (hacia el sur en los Estados Unidos) o en el extranjero, remodelados de los procesos de producción (automatización, flujos tensos1, etc).

Tasa de crecimiento del PIB. 1820-1998 .Media anual

Fuente : Angus Maddison, L’Economie mondiale, OCDE, 2001

A pesar de la crisis de 1973, una nueva ola de revisionistas promete un largo y bello futuro al capitalismo, mezclando en un mismo saco conceptos prestados del Capital con Walras, Kondratiev y/o Keynes: regulación (Aglietta, Boyer…), estructura social de acumulación (Weisskopff, Bowles…), «marxismo analítico» (Roemer, Wright, Elster…) y, desde hace 15 años, globalización financiera y neoliberal (Negri, Chesnais, Duménil, Harvey, Desai…). Las corrientes afianzadas en la aristocracia obrera y vinculadas a las burocracias obreras corrompidas se acunan con ilusiones sobre una nueva expansión prolongada que les permitiría mantener los pequeños asuntos a los que están acostumbrados: campañas electorales, maniobras sindicales, apoyo a los Foros sociales, etc. Se engañan. La crisis mundial de 1973 y las crisis locales después de ella, la multiplicación de las expediciones militares de gran envergadura y el aumento de las rivalidades imperialistas desde los años noventa anuncian que, si el proletariado no aprovecha sus próximas oportunidades, si los comunistas contemporáneos se revelan incapaces de construir verdaderos partidos, las fuerzas productivas se destruirán a gran escala en una gran crisis o un nuevo conflicto de gran amplitud.

Ciertamente, la tasa de ganancia remontó durante los años ochenta y países enteros se abrieron al capital. Sin embargo, la disminución relativa (y a veces absoluta) del valor de la fuerza de trabajo limita también las salidas de las mercancías capitalistas. La informatización generalizada y el desarrollo de las telecomunicaciones crean vulnerabilidades inéditas de los grandes grupos capitalistas (y de los ejércitos). Las inversiones en medios de transporte, máquinas-herramientas, robots, ordenadores, redes, etc implican un aumento de la parte del capital constante y contribuyen al aumento de la composición orgánica del capital. Además los paliativos utilizados por los Estados Unidos, las otras potencias imperialistas y el FMI para contener y superar las crisis económicas locales recurrentes (entre ellas la crisis bursátil de 2001 en el centro del imperialismo) alimenta a su vez los déficits norteamericanos y la especulación mundial lo que agranda aún más la masa de capital que pretende su parte de la plusvalía o excedente social. Ahora bien, ésta no aumenta a la misma escala, ya que se basa en una proporción cada vez más reducida de capital variable, es decir, de trabajo vivo que crea todo nuevo valor. La tasa de ganancia inevitablemente volverá a caer pronto…

Sin tener en cuenta el movimiento global del capital, más contradictorio que nunca, vuestra insistencia unilateral sobre el desarrollo de las fuerzas productivas presenta un riesgo apologético. En vuestro combate por la independencia de clase y la revolución permanente en Venezuela, ¿qué ponéis en primer lugar? ¿Las realizaciones del populismo a lo Chávez o más bien sus límites y sus rasgos reaccionarios? El Colectivo trata así al capitalismo contemporáneo, sin aislar las «fuerzas productivas», sin hacer de ello una cuestión separada.

¿Creéis que la tarea de los marxistas es declarar como los estalinistas que el capitalismo genera una maravillosa «revolución científica y técnica» o el crecimiento «en proporciones gigantescas» (CRI) de las fuerzas productivas? Desde 1973, el crecimiento económico se ha ralentizado, excepto en China. La creación de riquezas sociales lleva la huella del carácter caduco y reaccionario del capitalismo: el predominio de las actividades de ocio pasivas y el consumo masivo de psicotrópicos, el mantenimiento del desempleo masivo y la miseria para una gran parte de la población mundial, la especulación y la hipertrofia financiera, la multiplicación de las fronteras y la renovación de las tensiones entre potencias imperialistas, el resurgimiento del clericalismo y la xenofobia y la extensión de redes mafiosas, los conflictos interétnicos y las intervenciones militares imperialistas, el deterioro del medio ambiente de la especie humana y el derroche desvergonzado de los recursos de la naturaleza, etc.

10. La restauración del capitalismo en los Estados obreros es una derrota para el proletariado mundial

En «el acuerdo programático», leemos que para vosotros Corea del Norte, Cuba y China son todavía Estados obreros burocráticos. Nos interesaría de conocer la justificación de esta posición.

Si vosotros consideráis que la URSS, Corea del Norte, Cuba y China fueron Estados obreros , ¿desde cuándo ya no lo son?

El CWG Nueva Zelanda afirma que el país donde interviene es un país dominado. Es cuestionable, pero no tuvimos tiempo de discutir con ellos, ya que eligieron seguir a la LOI Argentina en el CE luego la FLT, tragándose las calumnias contra sus camaradas del CEMICOR de Perú, cubriendo el nacionalismo latino de Múnzer y dejando de lado su propia hostilidad a la perspectiva oportunista de reanimar el cadáver de la 4ª Internacional. La dirección de la LOI considera que Turquía es un país imperialista mientras que proclama que toda América Latina está dominada, pero no tuvo tiempo de explicarnos la diferencia entre Turquía y Brasil. Mantenía que el capitalismo se ha sido restaurado en China pero no en Cuba, pero ignoramos su justificación.

En China, el capital explota de nuevo a millones de jóvenes trabajadoras y jóvenes trabajadores. La restauración del capitalismo se inició hace mucho tiempo, desde la muerte de Mao, bajo el lema del «socialismo de mercado» (sic): zonas especiales, reintegración de Hongkong, entrega de la tierra a los agricultores, abandono del plan, cierres de empresas estatales, etc. Para otros, es dudoso que la burocracia china pueda terminar con los restos supervivientes del Estado obrero (empresas industriales públicas, fijación del tipo de cambio, sistema bancario no guiado por el beneficio, etc.) sin estallar, más cuanto que está amenazada la unidad del país, que únicamente ha sido garantizada por la revolución de 1949. Para algunos militantes del Colectivo, el proceso está acabado, como lo prueba la adhesión de China a la OMC y los rasgos mencionados anteriormente sólo son elementos de capitalismo de Estado. Para todos, China no será el motor de una ola de expansión duradera del capitalismo mundial, ni el rival de los Estados Unidos.

La burocracia cubana, económicamente estrangulada desde la desaparición de la URSS, camina progresivamente hacia el capitalismo, apostando por los imperialismos de la Unión Europea (en particular España) para aflojar la presión norteamericana, que no se ha reducido. El Foro social tan querido de la mayoría de los pseudotrotskistas es por otra parte un bloque entre la burocracia de La Habana y sectores de la burguesía europea, lo que corresponde a la vía castrista de restauración del capitalismo. Corea del Norte, exangüe, sigue desde hace poco la vía china del «socialismo de mercado», autorizando zonas francas.

11. el imperialismo americano intenta sacar el provecho de la destrucción de la URSS

La contraofensiva reaccionaria comenzada contra el proletariado británico, victoriosa en la RDA y en la URSS, también implicó una tentativa de estrechamiento de la dominación sobre los países dominados.

II nos interesaría saber si piensáis que el imperialismo aspira de manera general a una política neocolonial o – como lo pensamos nosotros – si encara una política de ocupación colonial en algunos Estados estratégicamente centrales, sobre todo en torno a los yacimientos de petróleo en Oriente Medio, en el Cáucaso y para posiciones estratégicas desde el punto de vista militar (Afganistán, el Cáucaso).

Nosotros pensamos que «el imperialismo» no existe en realidad como centro de decisión. El imperialismo es más bien una fase de decadencia del capitalismo en la cual las fracciones más potentes del capital, las burguesías imperialistas, se apoyan en su Estado para explotar mucho más allá de sus fronteras nacionales. Estos Estados están de acuerdo, de manera general, en meter en cintura a todo régimen que amenace su dominación colectiva pero se encuentran también en rivalidad – más o menos disimulada – para proteger su burguesía y sus grupos multinacionales contra la competencia de las otras empresas y las exigencias de las otras potencias. El militarismo americano va dirigido, más allá de sus recientes objetivos (Afganistán, Irak) a sus aliados. Sin atreverse a desafiarlo abiertamente, el imperialismo francés ha mantenido una cierta autonomía militar, el imperialismo japonés y el imperialismo alemán se rearman. La guerra en la antigua Yugoslavia es un testimonio de las rivalidades entre Francia y Alemania; la segunda guerra contra Irak es una prueba de las tensiones entre Alemania, Francia y Rusia por una parte y los Estados Unidos, España, Italia, Polonia… por la otra.

Ningún Estado imperialista tiene por objetivo ocupar definitivamente un gran país lejano. El imperialismo americano se contentaría con disponer de bases militares y regímenes que le estén subordinados. Pero la lucha entre el proletariado y la burguesía a escala mundial, entre las burguesías dominantes y las clases propietarias de los países dominados, entre las fracciones nacionales de la burguesía imperialista no son controlables por ningún Estado, ni siquiera el más potente, ni ningún organismo internacional, puestos que éstos últimos son producto, inevitablemente, de compromisos entre Estados burgueses. Los Estados Unidos financiaron, armaron e intruido a Bin Laden y sus redes, que se han vuelto contra ellos. Han soportado la parte fundamental del trabajo de conseguir la capitulación de la burocracia del Kremlin. Ahora bien, sólo se aprovechan parcialmente de ello, mientras que su rival alemán y, en menor medida, el imperialismo francés, reconstruyen sus posiciones en Europa Central al abrigo de la Unión Europea. Enfangados en Irak y, sin duda, en Afganistán, lo mismo que el imperialismo francés, salvando las proporciones, se encuentran en dificultades en Costa de Marfil.

Las burocracias reformistas, tanto sindicales como políticas, apoyan a su propio imperialismo, que es el comedero donde meten el morro.

12. ¿Es el reformismo un fenómeno psicológico que se desarrolla en la cabeza de los trabajadores o es sobre todo la práctica política de las burocracias obreras de la época imperialista?

Nosotros partimos de hecho de que en los países imperialistas, durante los años del desarrollo económico, se estableció una conciencia reformista profundamente arraigada en las mentes de la clase obrera. En algunos países como, por ejemplo, Austria, apenas se puede hablar desde hace años de un verdadero movimiento obrero, sólo hay militantes obreros bastante aislados. La masa de los trabajadores se ha deshabituado de la necesidad de informaciones; las reuniones políticas o sindicales están – desgraciadamente – fuera de su horizonte político. A excepción del año 2003, hubo aquí pocas huelgas en las últimas décadas. En otros países, especialmente en Francia, hay un movimiento obrero pero también una conciencia reformista profundamente afianzad y tendencias reaccionarias (racismo, chauvinismo) en la masa de la clase obrera. No se han tomado en consideración estos hechos, objetivos para los revolucionarios, en vuestro documento.

La restauración del capitalismo en el único país donde el proletariado tomó el poder ha contribuido a la desorientación del proletariado mundial. Los partidos reformistas, que nunca han tenido por objetivo la dictadura del proletariado (los partidos laboristas o socialistas) y los que la abandonaron desde hace tiempo (los antiguos partidos estalinistas), en su mayoría, han abandonado toda referencia al socialismo. Numerosas antiguas corrientes guerrilleras ha abandonado las armas. Las organizaciones ostensiblemente revolucionarias de los años sesenta y 1970 desaparecieron o evolucionaron rápidamente hacia un centrismo de derecha cada vez más próximo al reformismo, en particular en Europa. Nunca la conciencia de clase del proletariado mundial ha sido tan baja.

Nos ponéis ante un «hecho» que sería una «conciencia reformista profundamente arraigada«. ¿Pero qué entendéis por «conciencia reformista«? ¿Es idéntico al racismo que mencionáis al final del mismo párrafo? Si la explicación de esta «conciencia reformista» reside en «los años del desarrollo económico«, ¿cómo podría la «conciencia reformista» permanecer «profundamente arraigada» cuando los trabajadores se enfrentan a los años de la ralentización económica y a sus consecuencias: fin del crecimiento del poder adquisitivo, amenazas de despidos, intensificación del trabajo, descualificación de la juventud, precariedad?

Si queréis decir que, dejado a su espontaneidad, el proletariado no alcanza, en su masa, la conciencia de sus intereses históricos, nosotros estamos de acuerdo. El Colectivo rechaza vigorosamente «el objectivismo» pablista que defiende que la revolución puede desarrollarse victoriosamente sin construcción paciente de un partido. El morenismo (que incluye su ala izquierda, la LOI Argentina) es un buen ejemplo de este cretinismo espontaneista que confiere a todo movimiento de masa un carácter revolucionario y a las masas en movimiento, incluidas pequeño- burguesas, una conciencia revolucionaria.

El partido no es idéntico a la clase. Los comunistas toman seriamente la fuerza de la clase capitalista, cuyas ideas son las ideas dominantes, ya que son inculcadas por el aparato de Estado y los aparatos religiosos, difundidas por los grandes medios de comunicación, que a su vez están en manos de grandes grupos capitalistas.

Toda dominación de una minoría se organiza socialmente de una manera que concentra la clase dominante, lo vuelve apta para una acción unificada y, por ello mismo, desorganiza y disgrega a las clases oprimidas. (Georg Lukács, Lénine, 1924, EDI, p. 98)

La desorganización y la disgregación de la conciencia de clase descansa, en la época del imperialismo, cada vez más en los agentes de la burguesía que controlan las organizaciones constituidas por la clase obrera en el período anterior: mutualidades, cooperativas, sindicatos, partidos… resumidamente, en el «reformismo»:

La solidaridad de los «socialistas» reformistas con «su» burguesía nacional respectiva constituye la piedra angular del reformismo. (Tesis sobre la unidad del frente proletario, 1922, Cuatro primeros congresos de la IC, Maspero, p. 161)

De manera contraria a los reformistas, que asignan la responsabilidad de las derrotas a las masas, los comunistas denuncian la traición de los aparatos que controlan actualmente las organizaciones obreras; de manera contraria a los centristas que achacan el reformismo a errores, los comunistas lo consideran como el resultado de la corrupción de las burocracias del movimiento obrero.

Citáis, en vuestro apoyo, dos países, Austria y Francia. Para Francia, mencionáis las «tendencias reaccionarias en la masa de la clase obrera». ¿Y entonces? ¿No las había en 1880? Sin embargo, no se tienen en cuenta en el programa redactado conjuntamente por Marx, Engels y Guesde (Programa del Havre, en Georges Lefranc, El Movimiento socialista bajo la 3ª República, 1977, Payot, t. 2, p. 399-400). ¿No las había en 1934? El programa redactado a propuesta de Trotsky, que sirvió para preparar el Programa de transición, no se interesa mucho por los elementos retrasados:

La reagrupación revolucionaria del proletariado se efectuará mediante la delimitación de una plataforma de clase consecuente, mediante fusiones y rupturas. Tal desarrollo del partido revolucionario del proletariado depende enormemente de la acción propia de sus elementos más conscientes… (Pierre Naville, Programa de acción de la Liga comunista, 1934, en los Cuadernos del Cermtri n° 53, p. 25)

Ciertamente, en la Francia contemporánea, Le Pen, el candidato del Frente nacional, obtuvo un 16,8% de los votos en la primera vuelta de la elección presidencial, a los que es necesario añadir más de un 2,3% para su rival fascista Mégret, del MNR. Los partidos demagogos y xenófobos, del tipo FN o FPÖ, obtienen sus éxitos buscando cabezas de turco sobre las hacer recaer las dificultades de la economía nacional. Su terreno es el desaliento de las clases pequeño- burguesas y, en una menor medida, de la capas de obreros y empleados cuando ven que los Gobiernos establecidos por los partidos reformistas son incapaces de mejorar su suerte.

Sí, el racismo contamina a los trabajadores. Eso no ha impedido, tres años después, una movilización de numerosos alumnos, profesores y padres de alumnos para defender a los alumnos y a los estudiantes extranjeros «sin papeles», es decir, sin permiso de residencia. Por ejemplo, en junio de 2006, en un barrio popular de la aglomeración de Nantes, una petición recogió 215 firmas de padres de alumnos de una escuela maternal de 4 clases, por el derecho a permanecer en Francia de una familia de Turquía que tiene un niño alumno en aquélla.

En Austria, en el primer del siglo XX, el proletariado fue paralizado por su dirección socialdemócrata, ante la amenaza fascista. Después de la victoria del fascismo en Alemania, una contraofensiva del proletariado austríaco podía aún invertir el curso de la historia.

Al comprometerse inmediatamente en la vía de la defensa activa, el proletariado austríaco, respaldado por el de todos los países de Europa, desarrollando su ofensiva de manera consecuente y valiente, podría arrancar el poder de las manos de sus enemigos: la relación de fuerzas en el interior garantiza su victoria. La Austria roja se convertiría inmediatamente en un punto de apoyo para los obreros alemanes. Toda la situación se modificaría brutalmente en favor de la revolución. El proletariado de Europa sentiría que representa una fuerza invencible. Y sólo le falta esta conciencia para aplastar a todos sus enemigos. (Leon Trotsky, Proyecto de declaración de los delegados de la Oposición de Izquierda para el Congreso de lucha contra el fascismo, 1933, OEuvres t. 1, EDI, p. 97)

Ahora bien, después de haber retenido a sus tropas en 1927 y en 1929, el SPÖ siguió apostando por la democracia burguesa, por los políticos burgueses autodenominados demócratas. ¿Era esto culpa de la conciencia reformista arraigada en las mentes de la clase obrera? ¿O, a pesar de las aspiraciones de las trabajadoras y los trabajadores conscientes, era una política criminal del aparato del partido reformista, una capa corrompida por el parlamentarismo, el Estado burgués, el capitalismo?

Mientras que el proletariado italiano y el proletariado alemán habían sido vencidos sin combate, fue necesario la artillería para vencer la resistencia espontánea de los obreros de Linz y Viena que se habían armado en febrero de 1934 contra los Heimwehern fascistas apoyados por la policía. Esto prueba que no hay que confundir masas con dirección: los dirigentes del movimiento obrero austríaco manifestaron su impotencia y su cobardía; aunque militarmente derrotados, los trabajadores austríacos salvaron su honor y escribieron una página gloriosa de la historia del proletariado mundial.

Más recientemente, ¿no hay en Austria movimientos de huelga contra la privatización del transporte ferroviario y contra la reforma de las pensiones? ¿No hay ninguna relación entre la creación de vuestro joven grupo a finales de 2003 y este renacimiento de la actividad obrera de masa en vuestro país en los meses precedentes?

III. La revolución permanente hoy

No indicáis las conclusiones prácticas que extraéis de la teoría de «conciencia reformista profundamente arraigada», levantando al mismo tiempo una serie de interrogantes sobre la aplicación del programa a principios del siglo XXI: sobre el frente único antiimperialista, sobre la Asamblea Constituyente en Bolivia, sobre las fuerzas sociales revolucionarias en Palestina, el trabajo en los sindicatos.

13. No hay política revolucionaria sin lucha a muerte contra las burocracias conservadoras y sus guarda-flancos centristas

Dentro de los sindicatos luchamos por una fracción sindical revolucionaria para dotar a los sindicatos tanto de una dirección revolucionaria como de un programa revolucionario. Esto que se basa en el método del Minority movement en los sindicatos británicos del tiempo de Lenin. ¿Veis esto de la misma manera?

Estamos de acuerdo con esta perspectiva. La hemos practicado estos últimos años en base a nuestras fuerzas, por todas partes donde podíamos (SUTEP a Perú, CGT, FO y FSU en Francia). Si condenamos las corrientes sectarias (como los izquierdistas de Révolution internationale, como lal «4ª Internacional» del WSWS, etc.) quiénes abandonan la lucha en los sindicatos, nos oponemos también a los centristas que crean sus propios sindicatos junto a los sindicatos existentes. Sobre todo si, como la LCR de Francia (con los sindicatos SUD y la confederación Solidaires) o el CRI Francia (con su minúscula FSE), los sindicatos de división participan y cogestionan de la misma manera que los sindicatos reformistas. Es necesario también precisar que los reagrupamientos sindicales no pueden ser un sustituto a la construcción del partido revolucionario (y de los núcleos comunistas en los sindicatos), tal y como tan a menudo lo practicó Lambert con aliados dudosos. Por encima de todo, nos delimitamos de los centristas que se niegan a enfrentarse a las burocracias corrompidas, o incluso que se integran en ellas.

Las secciones de la IVª Internacional deben esforzarse constantemente, no solamente de renovar el aparato de los sindicatos, proponiendo en los momentos críticos, con audacia y determinación, nuevos líderes listos para la lucha en lugar de los funcionarios rutinarios y carreristas, tienen también que crear, en todos los casos donde es posible, organizaciones de combate autónomas que responden mejor a las tareas de la lucha de las masas contra la sociedad burguesa, sin detenerse, si fuera necesario, ante una ruptura abierta con el aparato conservador de los sindicatos. (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, 1938, GB, p. 12)

Vosotros mismos ¿qué conclusiones políticas y organizativas sacáis, para el trabajo en los sindicatos y para la construcción del partido, de la «conciencia reformista profundamente arraigada en las mentes de la clase obrera»? ¿Cómo hay que «tomar en consideración» estos «hechos objetivos para los revolucionarios»? Únicamente vemos dos maneras, que no conducen ni una ni otra a una «política obrera»: o se constituye un círculo que se confina al estudio y a la propaganda en espera de días mejores, o se orienta hacia un partido «amplio» adaptado al atraso de los trabajadores, bien bajo la forma de un partido reformista o nacionalista existente, bien participando en su creación.

Por una parte, parece que estáis en retraso de un período entero, haciendo hincapié en el desarrollo de las fuerzas productivas en el momento en que éste se ralentiza y también descubriendo a principios del siglo XXI una «conciencia reformista» que se deriva «del desarrollo económico» que designa probablemente los años, pasados, de posguerra. Por otra parte, elogiáis el «método» del Programa de transición, sin ver que precisamente está hech para responder al problema que planteáis de manera separada.

Los revolucionarios apuestan por la oposición inevitable entre el proletariado y la burguesía y trabajan en la edificación del partido que falta, en las circunstancias más difíciles. Por otra parte, es lo que vosotros hacéis en la práctica: ¿si ninguna trabajadora ni trabajador austríaco se interesa por la lucha de clases, por la revolución y por el comunismo, para qué vuestro debate con los núcleos bolcheviques de los otros países, para qué polemizar con los centristas de vuestro propio Estado con respecto a un país lejano, para qué publicar un boletín, para qué constituir un «grupo por una política obrera revolucionaria» en Austria?

Los dialécticos deben atender a las contradicciones, a las inversiones bruscas, los comunistas saben que la conciencia de los trabajadores se diferencia y es cambiante.

La victoria no es en absoluto el fruto maduro de la «madurez» del proletariado. La victoria es una tarea estratégica. Es necesario utilizar las condiciones favorables de una crisis revolucionaria con el fin de movilizar las masas; al tomar como punto de partida el nivel dado de su «madurez», es necesario impulsarles a ir adelante, de enseñarles a darse cuenta de que el enemigo no es en absoluto omnipotente, que está rasgado por contradicciones, que el pánico reina detrás su imponente fachada. Si el Partido bolchevique no hubiera conseguido llevar a cabo este trabajo, ni siquiera se podría hablar de revolución proletaria. Los soviets habrían sido aplastados por la contrarrevolución, y los pequeños sabios de todos los países habrían escrito artículos o libros cuyo leitmotiv habría sido que sólo unos visionarios impenitentes podían soñar en Rusia con la dictadura de un proletariado tan escaso numéricamente y tan poco maduro. (León Trotsky, Clase, partido y dirección: ¿por qué ha sido vencido el proletariado español? 1939, La Revolución española, Minuit, p. 561-562)

Nuestro documento de 2003 tiene muchos defectos. En cualquier caso, si «no toma en consideración» el atraso de los trabajadores, está en buena compañía. Pocos documentos programáticos se paran en ello. Por ejemplo, el Manifiesto del partido comunista no se preocupa casi de los obreros que van a las ceremonias religiosas, que hacen trabajar a sus niños o que beben demasiado alcohol. Hacéis gran caso del Programa de transición en vuestra carta, pero parecéis descuidar el modo de empleo que proporcionó su autor a sus camaradas de la sección americana, el SWP:

El programa debe expresar las tareas objetivas de los trabajadores más que referir su atraso político. (León Trotsky, El Atraso político de los trabajadores americanos, 1938, Debates sobre el programa de transición, LC, p. 20); El problema no es el estado de ánimo de las masas, sino la situación objetiva, y nuestro trabajo es poner el material de las masas frente a tareas que vienen determinadas por los hechos objetivos y no por su psicología. (León Trotsky, Debate sobre el partido trabajador, 1938, OEuvres t. 17, ILT, p. 282)

Todo se resume en la cuestión de la dirección, a la construcción de un nuevo partido y de una nueva internacional.

bLa crisis actual de la civilización humana es la crisis de la dirección del proletariado. (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, 1938, GB, p. 6)

14. Por la alianza del proletariado, los otros trabajadores y la juventud en formación

Tenéis perfecta razón al destacar que una posición correcta sobre Bolivia exige responder a la cuestión agraria. En particular en países como Perú o Bolivia, la cuestión de la alianza con la paisanaje sigue siendo esencial.

Debemos promover un «frente único» con las organizaciones de estudiantes y campesinas. (León Trotsky, Debates sobre China, 1935, OEuvres t. 6, EDI, p. 109)

La acumulación del capital conduce, a escala mundial, a colocar cada vez la contradicción principal de nuestro tiempo a nivel más elevado, más capital contra más proletariado. A escala mundial, una de las consecuencias más importantes es el debilitamiento numérico del pequeña-burguesía tradicional (en particular los campesinos) y el refuerzo numérico de la clase obrera (trabajadores, empleados, técnicos, etc). En los países avanzados, las necesidades de la explotación y de cohesión social, así como la presión de las capas intermedias y del proletariado por alcanzar instrucción y cualificación, consiguen una nueva situación: una mayoría de juventud se forma en vez de ser inmediatamente explotada.

Sin embargo, las formaciones sociales del principio del siglo XXI llevan las marcas de la decadencia del capitalismo: enorme ejército de reserva de la economía (parados) y reducción de las plantillas industriales en los países imperialistas, multiplicación de los profesionales de los cuerpos de represión (ejército, policía, funcionarios de prisiones, milicias privadas…) y de algunas capas pequeño- burguesas (profesiones liberales y sobre todo cuadros en los países avanzados, trabajadores independientes en las ciudades de los países dominados).

La conservación artificial de las capas pequeño- burguesas desde hace tiempo caducas no reduce de ningún modo las contradicciones sociales. Al contrario, las vuelve especialmente mórbidas. Añadiéndose al ejército permanente de los parados, es la expresión más maligna de la pobredumbre del capitalismo. (León Trotsky, 90 años de Manifiesto comunista, 1937, OEuvres t. 15, ILT, p. 235)

Los comunistas deben encontrar consignas para responder a esta situación: Alianza obrera y popular? ¿Alianza de todos los trabajadores (asalariados, independientes y en formación)? En cualquier caso, la consigna de Gobierno obrero y campesino no tiene ya sentido en los países de Europa, Norteamérica, Oceanía y Asia donde ya hay más estudiantes e incluso ingenieros o médicos que campesinos trabajadores.

15. Hay un único pueblo oprimido en Palestina

Nosotros consideramos absolutamente necesario añadir que preconizamos conjuntamente los plenos derechos de los trabajadores israelíes-judíos y que los trabajadores israelíes-judíos y palestinos deben combatir conjuntamente contra sus regímenes reaccionarios respectivos y contra el imperialismo mundial.

Salvo problema de traducción, esta simetría entre trabajadores palestinos y judíos supuestamente para luchar contra su régimen reaccionario respectivo es engañosa. Algunos tienen todos los derechos, otros no tienen ninguno. Desemboca en la solución de los «dos Estados» de la ONU y de las potencias imperialistas.

El Colectivo conviene que las consignas transitorias, o incluso de las consignas democráticas, desempeñarán un gran papel en la movilización de las masas bajo hegemonía del proletariado. Precisamente por eso no ponemos sobre el mismo plano a un Estado opresor (Israel) y a un pueblo oprimido (los árabes de Palestina). Jamás se ha visto ningún tanque palestino en el territorio de Israel, mientras que el ejército sionista surca toda la Palestina, incluidos los guetos de la Autoridad palestina, aterroriza allí a los árabes, destruye sus culturas, sus infraestructuras y sus viviendas. Si bien es cierto que solamente el proletariado del Oriente Próximo puede solucionar la cuestión nacional, los trabajadores judíos de Israel no pueden allí cumplir plenamente su papel más que si consiguen romper con el nacionalismo judío, mientras que los trabajadores palestinos deben ponerse a la cabeza de la lucha contra la opresión nacional de la que son víctimas los árabes de Palestina (los de Israel y los de los Territorios) y los refugiados palestinos. El Colectivo no oculta que está a favor de la destrucción del Estado colonial, enlace del imperialismo americano en la región, como condición previa de una Palestina donde los Judíos ateos o israelítas tendrán el derecho a vivir tanto como los árabes ateos, musulmanes o cristianos en el marco de la federación socialista del Próximo oriente.

El Colectivo revolución permanente mantiene que solamente la unidad de los trabajadores de toda la región en torno a los Palestinos oprimidos en Israel, en los Territorios y en los campos de refugiados abrirá la posibilidad de una Palestina tanto para los Judíos como los Árabes, laicos, democráticos y socialistas, que sólo será viable en la federación socialista del Próximo Oriente. (¡Liberación de los militantes de la FPLP! 2006)

El Colectivo rechaza toda adaptación a las burguesías imperialistas y a su ONU, lo que conduce a la justificación del Estado colonial de Israel, toda adaptación al islamismo reaccionario bajo pretexto de frente único antiimperialista con la burguesía palestina y los regímenes árabes (o persa) de la vecindad.

16. La Asamblea Constituyente puede transformarse en nudo corredizo en torno al cuello del proletariado

Relacionada – a nuestro modo de ver – con el tema de la conciencia de la clase obrera está vuestra posición sobre la Asamblea Constituyente. Naturalmente, la rechazamos como estrategia pero en algunas situaciones es una táctica buena y necesaria. En Bolivia, la rechazáisteis porque visiblemente partíais de que la gran mayoría de las masas bolivianas ya había roto con el reformismo y de que la reivindicación de Asamblea Constituyente sólo serviria para alejarlas de la lucha por el poder. Algunos camaradas del GRA no ven las cosas así. Según su estimación las masas opresas y explotadas de Bolivia que viven de manera aislada y extremadamente dispersa han demostrado ciertamente su energía revolucionaria pero todavía no han roto con ilusiones reformistas esenciales. Estos camaradas creen que la táctica de la constituyente revolucionaria habría sido una posibilidad de curar las masas de sus ilusiones reformistas.

A los reformistas y a los centristas les gusta recordar que Luxemburg criticó la disolución de la Asamblea nacional por el Partido bolchevique. Olvidan que, ella misma, enfrentada al nudo corredizo democrático que los dirigentes del SPD apretaban en torno al cuello del proletariado alemán y a los consejos obreros, escribió poco antes de su asesinato por el Gobierno socialdemócrata:

La Asamblea nacional es una herencia caduca de las revoluciones burguesas, una vaina vacía, un residuo del tiempo de las ilusiones pequeño- burguesas sobre el «pueblo unido», sobre la «libertad, igualdad, fraternidad» del Estado burgués. El que, hoy, recurre a la asamblea nacional, quiere, consciente o inconscientemente, hacer retroceder la revolución hasta la fase histórica de las revoluciones burguesas; es un agente camuflado de la burguesía… (Rosa Luxemburg, la Asamblea nacional, 1918)

La consigna temporal de Asamblea nacional o constituyente sólo tiene sentido en las circunstancias donde la masa de la población, en particular la mayoría de los pequeño-burgueses, ve que se le niega todo derecho a intervenir en la vida política oficial por el opresor extranjero o por un régimen autóctono autoritario:

La consigna de asamblea nacional – o constitutiva – conserva todo su valor en países como China o la India. (La Agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta internacional, 1938, GB, p. 33)

El socialismo no resulta de la democracia burguesa, como lo ha aventurado en sucesivas ocasiones Ted Grant o Peter Taaffe, sino del poder de los soviets:

En una determinada etapa de la movilización de las masas sobre las consignas de la democracia revolucionaria, los soviets pueden y deben surgir. Su papel histórico en cada período dado, en particular sus relaciones con la asamblea nacional, viene determinado por el nivel político del proletariado, por la conexión entre éste y la clase campesina, y por la naturaleza de la política del partido proletario. Pronto o tarde, los soviets deben acabar con la democracia burguesa. (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta internacional, 1938, GB, p. 33)

El Gobierno del MAS utiliza la Asamblea Constituyente para impedir la aparición de órganos soviéticos como la Asamblea popular indígena de EL Alto y la Coordinación de Cochabamba de junio de 2005.

Los epígonos siguen a los nacionalistas burgueses y a los reformistas que transforman las consignas democráticas, que no pueden ser sino coyunturales, en nudo corredizo en torno al proletariado como en Francia en 1945, en Brasil en 1985 y en Bolivia en 2006. Por ejemplo, la LCR Francia, que ha renunciado abiertamente a la dictadura proletariado, que votó a favor de Chirac en 2002, que ha llevado la campaña por al No en el referéndum de la Unión Europea con el PCF y partido chauvinista MRC, aprueba la Asamblea constituyente:

El éxito electoral de Evo Morales es el fruto de las movilizaciones populares bolivianas por la nacionalización de los hidrocarburos y los recursos naturales, por la defensa e industrialización de la producción de hoja de coca, por una política económica soberana respecto a los imperialismos norteamericano y europeo, por una sociedad democrática fundada por una nueva Asamblea constituyente. (LCR, Comunicado, 19 de diciembre de 2005)

El PT Francia, una secta social- chauvinista que no defiende el derecho a entrar de los trabajadores inmigrantes, que hizo campaña contra la constitución europea con el MRC, está por la Asamblea Constituyente, en Francia como en Bolivia:

Bolivia: Ni elecciones anticipadas, ni sucesión. ¡Asamblea Constituyente soberana, nacionalización del petróleo y el gas! (Informations Ouvrières, 23 de junio de 2005)

Igualmente, el SWP Gran Bretaña, que fue el organizador del Foro social europeo de Londres en octubre de 2004, con el alcalde socialdemócrata Ken Livingstone, y que está comprometido con la constitución de un Frente Popular (Respect) en su propio país, sostiene la Asamblea Constituyente del Gobierno burgués de Bolivia.

El MAS debe ahora transformar sus propuestas en realidades, garantizando el crecimiento y respetando sus promesas: nacionalización de las extensas reservas de hidrocarburos, reforma agraria, eliminación de la corrupción, inversiones masivas en la educación y la cultura, y organización de una Asamblea Constituyente prevista para agosto de 2006. (Socialist Worker, 7 janvier 2006)

WP Gran Bretaña sigue a su sede central:

La Asamblea Constituyente puede ser una herramienta potente para barrer los privilegios, la corrupción, la constitución antidemocrática, etc (Workers Power, mai 2006)

¡Cuántas virtudes le prestan la LCR y el PT, el SWP y WP, a un simple cambio de la fachada del Estado burgués! En un país donde las libertades democráticas se restablecieron en 1982, dónde las masas han expulsado a un Presidente elegido y han intentado crear de los órganos soviéticos, la Asamblea Constituyente no es más que otra tentativa de diversión por parte del Gobierno burgués.

El Colectivo rechazó efectivamente la consigna de Asamblea Constituyente en Argentina en 2001, en Bolivia en 2003 o en 2005, en Ecuador en 2005, pero no porque consideraba que las «masas ha roto con el reformismo». Intentamos tener en cuenta la situación concreta, la movilización real de las masas. Por una parte, las libertades democráticas, entre ellas el derecho a elegir los diputados, a adherirse a partidos políticos, existían en estos tres países. Por otra parte, la movilización revolucionaria de las masas proletarias y pequeño-burguesas choca, no con el régimen fascista o una monarquía absoluta, sino con a la democracia burguesa, con los organismos que resultan del sufragio universal, y expulsan al Presidente elegido.

El partido debe acordarse de que, con relación a su objetivo principal (la conquista del poder con las armas en la mano), las consignas democráticas sólo tienen un carácter secundario, provisional, momentáneo, episódico. (León Trotsky, La Cuestión china tras el 6º congreso de la Internacional comunista, 1928, OEuvres t. II, ILT, p. 295)

Las fórmulas de la democracia (libertad de asociación, de prensa, etc), sólo son para nosotros consignas momentáneas o episódicas en el movimiento independiente del proletariado, y no un nudo corredizo democrático pasado en torno al cuello del proletariado por los agentes de la burguesía (¡España!). (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta internacional, 1938, GB, p. 37)

La capitulación de los epígonos sobre la Asamblea Constituyente en Bolivia está vinculada a su perspectiva de apoyo de los sectores de la burguesía.

17. ¿Por qué mantener una formulación que ha conducido a catástrofes desde hace más de 80 años?

Curiosamente, mientras insistís mucho en la necesidad de corregir el carácter caduco de la fórmula de 1938 sobre las fuerzas productivas, seguís siendo respetuosos de una fórmula que se remonta al menos a 1922, que se reveló pasada del tiempo incluso con la 3ª Internacional y que sirvió posteriormente para cubrir los peores hábitos de los epígonos y desempeñó un papel preponderante en la destrucción de la 4ª Internacional.

Estamos de acuerdo con vosotros en que la 4ª Internacional y sus epígonos colaron numerosas alianzas sin principios con partes de la burguesía nacional en el mundo imperialista a nombre de la táctica de FUA de Lenin. Pero para nosotros eso no es ninguna prueba de que el FUA sea absolutamente falso. Hasta el momento no hemos encontrado ningún pasaje donde Trotsky después de 1927 se refiera en positivo o en negativo a la táctica de FUA. Que esta táctica haya tenido desde el principio ya una falsa trayectoria y deba ser pues retrospectivamente rechazada o que siga siendo básicamente correcta aunque su realización sea altamente improbable y sea cada vez más increíble sigue siendo una cuestión abierta para nosotros.

La 3ª Internacional vaciló sobre la estrategia en los países atrasados, en particular sobre las alianzas de clases, abordada en el 2º congreso de las IC (1920), el 1er congreso de los pueblos de Oriente (1920) y el 4º congreso de la IC (1922).

Comprendiendo, bajo la insistencia de Lenin, el carácter revolucionario del movimiento de los pueblos de las colonias y de los otros países dominados, la Internacional comunista proyectó la estrategia victoriosa del Partido bolchevik en Rusia a escala mundial como una alianza del proletariado de Europa con los campesinos de los países de Asia.

Es especialmente importante apoyar el movimiento campesino de los países atrasados contra la aristocracias, contra la gran propiedad de la tierra, contra todas las manifestaciones o supervivencias del feudalismo. Es necesario esforzarse en conferir al movimiento campesino el carácter más revolucionario, uniendo por todas partes donde eso es posible a los campesinos y todos los explotados en los soviets, y por ello mismo, realizando la unión más estrecha posible del proletariado comunista de Europa Occidental con el movimiento revolucionario de los campesinos en Oriente… (Tesis sobre las cuestiones nacional y colonial, 2º congreso de la IC, 1920, La Cuestión china en la Internacional comunista, EDI, p. 32)

Pero eso deja abierta la cuestión de la orientación a practicar en los países dominados. En los debates de la 3ª Internacional, Lenin acepta una estrategia diferente de aquélla que había preconizado en Rusia cada vez más claramente a partir de 1903: la revolución democrática será conducida por un bloque entre clase obrera y el campesinado, hay que rechazar toda alianza con la burguesía «liberal» rusa. Lenin parte de la debilidad de los núcleos comunistas y de la debilidad del proletariado en estos países.

No está mal la representación que tenemos aquí del movimiento revolucionario de los países capitalistas avanzados y de los países atrasados. Esto es sólo un pequeño principio, pero lo importante es que haya un principio. La unión de los proletarios revolucionarios de los países capitalistas avanzados con las masas revolucionarias de los países donde no hay o casi no hay proletariado… (Vladimir Lenin, Informe sobre la situación mundial y las tareas de la IC, 2º congreso de la IC, 1920, Progreso, p. 239)

Lenin deduce la necesidad de una alianza con la burguesía nacional:

La Internacional Comunista debe concluir una alianza temporal con los demócratas burgueses de las colonias y los países atrasados… (Vladimir Lenin, Esbozo de tesis sobre la cuestión nacional, 1920, Progreso, OEuvres t. 31, p. 151)

Se enfrenta a Manabendra Nath Roy (India) que dice:

La ruptura en los países coloniales entre el movimiento democrático burgués dirigido por la burguesía y el movimiento de los obreros y campesinos pobres se agrava sin cesar. El primero intenta controlar al otro. La IC deben oponerse a este control… (La Internacional comunista y los problemas coloniales, Mouton, p. 32)

El resultado del debate es más bien confuso. Se atenúan algunos aspectos de entre los más cuestionables del proyecto de tesis de Lenin. Así pues, se adoptan por unanimidad en el 2º congreso al mismo tiempo que las «tesis complementarias» de Roy que son más contradictorias que complementarias, bajo propuesta de Henk Sneevliet (Indonesia). El carácter equivocado de las posiciones de Lenin se comprueba rápidamente en Turquía, donde el movimiento nacionalista burgués asesina en 1921 a Mustafa Suphi, el delegado al 1er congreso de la IC y masacra a toda la dirección del joven Partido comunista.

Entre el 3º y el 4º congreso de la IC, el KPD y la dirección de la IC adoptan la táctica del «frente único obrero» a partir de la experiencia alemana (y de la revolución rusa). Por definición, el frente único obrero se opone a toda alianza con la burguesía:

La tarea precisa de la IC y sus secciones será revelar a las masas la hipocresía de los dirigentes obreros que prefieren a la unión con la burguesía… Por unidad del frente proletario, es necesario entenderla unidad de todos los trabajadores que desean combatir el capitalismo… (Tesis sobre la unidad del frente proletario, 1922, los Cuatro primeros congresos de las IC, Maspero, p. 163)

El 4º congreso de la IC adopta tesis ambiguas para los países dominados. Junto a toda clase de afirmaciones correctas, podemos encontrar que la burguesía puede desempeñar un papel progresista en Asia y se prevén alianzas del partido obrero con ésta, bajo el vocablo «frente único antiimperialista» o «frente unido antiimperialista»:

La tarea fundamental, común a todos los movimientos nacional- revolucionarios, consiste en realizar la unidad nacional y la autonomía política. La solución real y lógica de esta tarea depende de la importancia de las masas trabajadoras que tal o cual movimiento nacional sabrá implicar en su curso, después de haber roto todas las relaciones con los elementos feudales y reaccionarios… Así como la consigna del frente único proletario contribuyó y contribuye aún en Occidente a destapar la traición, por los socialdemócratas, de los intereses del proletariado, la consigna del frente antiimperialista único contribuirá a destapar las vacilaciones y las incertidumbres de los distintos grupos del nacionalismo burgués. (Tesis generales sobre la cuestión de Oriente, 1922, Los Cuatro primeros congresos de la IC, Maspero, p. 175, p. 177)

Si el frente único antiimperialista en los países retrasados es el equivalente del frente único obrero en los países avanzados y si la forma superior del FUO (como Trotsky lo dirá más tarde) es la soviética, ¿cuál es la forma superior del FUAI? El FUAI es la propuesta que hacen los partidos comunistas al nacionalismo burgués de los países dominados para formar un bloque político. El ponente de la Comisión sobre la cuestión de Oriente, Karl Radek, es explícito cuando se dirige al 4º congreso:

El 2º congreso decidió apoyar el movimiento nacionalista burgués en las colonias: era una decisión correcta y hay que seguir ajustándose a ellas, a pesar de la «traición» de Kemal Pacha en Turquía, que representa un episodio de la lucha de clase. En Oriente, la revolución no está próxima y no hay que sobrestimar las fuerzas revolucionarias… (El Internacional comunista y los problemas coloniales, Mouton, 1968, p. 99)

El «nacionalismo burgués» se llamaba China Guomindang. Los comunistas chinos vuelven a entrar en 1923 en el Guomindang. Bujarin y Stalin, en 1926, les dan la consigna de no crear soviets, de frenar a los campesinos y los obreros, de no trastornar insiponer al Guomindang. En 1927, la IC funda una «Alianza antiimperialista» a escala mundial con el Guomindang; Jiang Jieshi, el jefe del Guomindang, es declarado miembro de honor de la IC.

El aplastamiento de la revolución proletaria en China en 1927 y la masacre de los militantes del PCC por el Guomindang requieren una rectificación programática que una parte de la Oposición rusa ya había esbozado.

18. La 4ªInternacional elimina una ambigüedad de la 3ª Internacional adoptando la estrategia de la revolución permanente

A partir de 1922, hubo una revolución y una contrarrevolución en China. Debéis tenerlo en cuenta, tanto más cuanto que es la partida de nacimiento de la Oposición de izquierda internacional.

Hubo la Revolución rusa. Es una prueba. Luego la Revolución china. Hemos empezado por aquí. (León Trotsky, Debate sobre una posible fusión con los lovestonistes, 1938, OEuvres t. 18, ILT, p. 195)

Cuando Stalin y Bujarin inventan el «socialismo en un sólo país», olvidan las recomendaciones de Lenin y trangreden lo construido en los cuatro primeros congresos de las IC, regresan al menchevisme y se abandonan en la alianza con el Guomindang, Trotsky multiplica las advertencias contra la sumisión a la dirección nacionalista, reclama la salida del Guomindang y la disolución de la Alianza antiimperialista y saca las lecciones esenciales, decisivas, de la tragedia de la revolución china:

La revolución china tiene un carácter nacional burgués… Cualquiera que sea la importancia relativa de los elementos «feudales», no pueden ser barridos sino por la vía revolucionaria, por lo tanto por la lucha contra la burguesía y no en alianza con ella. (León Trotsky, La Revolución china y las tesis de Stalin, 1927, La Cuestión china en la Internacional comunista, EDI, p. 195)

Si estáis de acuerdo con esta lección, qué es lo que queda del «frente único antiimperialista»?

Toda decisión de la IC no era infalible. Los cuatro primeros congresos son insuficientes sobre la democracia en el partido, sobre el fascismo, sobre el análisis de la economía capitalista, sobre las alianzas de clase en los países dominados… Los cuadros revolucionarios tenían la excusa de tener que tratar urgentemente de los problemas para los cuales Marx y Engels los habían dejado a veces sin línea precisa. Vosotros deberíais considerar el FUAI, con la ventaja de 80 años de perspectiva, como una fórmula confusa, anacrónica y peligrosa, testimonio de una etapa pasada de nuestra historia, y sobre todo no como una consigna para hoy.

Como para los textos programáticos de 1930 a 1940 adoptados por la 4ª Internacional, la referencia del Colectivo a los cuatro primeros congresos del 3ª Internacional vale para su línea estratégica básica, no para cada frase, y sobre todo no la táctica desmentida por la historia del FUAI.

Igualmente formalista es vuestra declaración según la cual encuentráis inaceptables los estatutos de la Liga comunista francesa, que se solidarizan con los cuatro primeros congresos del Internacional comunista. Con toda probabilidad, no hay un sólo camarada francés que piense que todas las decisiones de los cuatro primeros congresos son infalibles e incambiables. Es una cuestión de línea estratégica básica. (León Trotsky, Al Comité de redacción de Prometeo, 1930, Writings 1930, Pathfinder, p. 287, traducción francesa en el MIA)

Después de las experiencias de la IC en los países dominados, la Oposición de izquierda extiende y sistematiza la estrategia de la revolución permanente que Trotsky había concebido para la Rusia zarista y que fue enteramente verificada por 1917. Aunque el abandono de las tesis erróneas de la IC no es explícito, por razones fáciles de comprender en una época en la que los estalinistas calumnian a los leninistas bolcheviques y oponen Lenin a Trotsky, el FUAI ya no es citado por la Oposición de izquierda de la IC y queda claro, para que quien lee atentamente Trotsky, que lo abandonó. El Grupo bolchevik desafió al POR Argentina a encontrar cualquier referencia al frente unido antiimperialista en los documentos de la 4ª Internacional en vida de Trotsky. Todavía esperamos la respuesta.

Una de las contribuciones decisivas de Trotsky es que la clase obrera debe ponerse a la cabeza de toda revolución, incluso en los países atrasados dónde es socialmente minoritaria.

Para los países con desarrollo burgués retardatario, y en particular para los países coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la solución verdadera y completa de sus tareas democráticas y la liberación nacional no puede ser otra que la dictadura del proletariado, que toma la cabeza de la nación oprimida, sobre todo de sus masas campesinas… Pero la alianza entre estas dos clases no se realizará más que en una lucha implacable contra la influencia de la burguesa nacional. (León Trotsky, La Revolución permanente, 1931, Minuit, p. 124)

La 4ª Internacional preconiza claramente como estrategia la alianza de los trabajadores asalariados con los trabajadores independientes y juventud en formación, bajo la hegemonía del proletariado:

Hay que distinguir el frente único de las acciones comunes… La acción común, en particular una acción a corto plazo, es una cosa. Pero la capitulación ante la burguesía, un «frente unido» permanente como el Frente Popular francés es otra cosa. Es completamente diferente… Debemos promover un «frente único» con las organizaciones de estudiantes y campesinas. (León Trotsky, Debates sobre China, 1935, OEuvres t. 6, EDI, p. 109)

Radek defendió hasta 1927 la adhesión del PCC al Guomindang y siguió justificándolo a continuación. A partir de 1934, la dirección de la IC y los partidos comunistas de los países imperialistas se hundieron en el patriotismo, haciendo del estalinismo un gemelo de la socialdemocracia y confirmando el diagnóstico de la Oposición de izquierda de 1933: la 3ª Internacional murió como organización revolucionaria. La burocracia de la URSS, la fuerza social que controla la IC y que la transformó en un instrumento a su servicio, extiende el frente unido antiimperialista a los países avanzados mismos, incluidos los que ya habían conocido una revolución burguesa, bajo el nombre de Frente Popular. En los países dominados, esta orientación condujo a múltiples derrotas el proletariado que fue sometido a la burguesía nacional: Grecia 1944, Irán 1953, Irak 1958, Indonesia 1965, Jordania 1970, Chile 1973, etc

La contribución del programa de 1938 no se limita a las reivindicaciones transitorias. Va más allá, refuta el Frente Popular para los países atrasados (por tanto el frente único antiimperialista) lo mismo que para los países avanzados y actualiza y mejora la estrategia de la revolución mundial integrando la cuestión del Estado obrero degenerado (revolución política) y clarificando la naturaleza de clase de la revolución en los países pospuestos (revolución permanente).

El peso específico de las distintas reivindicaciones democráticas y transitorias en la lucha del proletariado, sus vínculos mutuos y su orden de sucesión están determinados por las particularidades y las condiciones propias de cada país atrasado, en una parte considerable por el grado de su atraso. Sin embargo, la dirección general del desarrollo revolucionario puede estar determinada por la fórmula de la revolución permanente. (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4º Internacional, 1938, GB, p. 33-34)

Del mismo modo, el manifiesto de 1940 se opone al frente único antiimperialista de Radek, a todo bloque político con la burguesía:

La lucha por la independencia nacional de las colonias, desde el punto de vista del proletariado revolucionario, no es más que una etapa transitoria en el camino que lleva a los países atrasados hacia la revolución socialista internacional. La 4ª Internacional no levanta una barrera estanca entre países atrasados y avanzados, revolución democrática y socialista. Los combina y los supedita a la lucha mundial de los oprimidos contra los opresores. Así como la única fuerza auténticamente revolucionaria de nuestro tiempo es el proletariado internacional, así mismo el único programa verdadero para la liquidación de toda opresión, social o nacional, es el de la revolución permanente. (León Trotsky, La Guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940, GB, p. 22-23)

19. En 1922, el frente único antiimperialista era un error; en 1951, era un crimen

Pero en 1951, la misma dirección de la 4ª Internacional revisa el programa en el 3er congreso de la CI. Pasa en 1952 a la liquidación de la internacional, con la expulsión de la sección francesa, que se había opuesto, antes del 3er congreso, a sus desviaciones, y con el apoyo del Secretariado internacional a fracciones pro estalinistas en la sección británica y la sección americana.

El Secretariado internacional de Pablo-Mandel-Maitan-Frank-Posadas consideró que la burocracia estalinista, o al menos una fracción decisiva de ésta, era apta para reformarse y adoptar el «trotskismo», lo que volvía superflua la construcción de partidos obreros revolucionarios de tipo bolchevique. En los países donde la burocracia usurpaba el poder de la clase obrera (Yugoslavia, China, Europa del Este y la URSS) se abandona de hecho la revolución política, la perspectiva de que la clase obrera derroque a la burocracia. En los países donde domina el partido estalinista, el SI ordenará a las secciones que se incorporen a su interior. En los países dominados, en particular en América Latina donde existen un cierto número de secciones, eso significa la adaptación a la política del estalinistas, a los Frentes Populares.

En el 3er congreso de la 4ª Internacional, en 1951, sus dirigentes Pablo y Mandel vuelven al «frente único antiimperialista», es decir, a la alianza con sectores de la burguesía nacional, contra la estrategia de la revolución permanente que era la base programática explícita de la internacional bolchevique-leninista. Como Pablo no puede proceder abiertamente en esta etapa, embrolla frases ortodoxas con la afirmación – vacilante o disimulada – de una orientación que le conducirá a convertirse en el consejero del Gobierno burgués argelino. La maniobra es la siguiente:

  1. Pablo llama a alianzas momentáneas con los movimientos antiimperialistas de la pequeña-burguesía, lo que en efecto es posible, o incluso necesario, en algunos casos:

El proletariado y su partido podrán verse obligados a efectuar alianzas momentáneas con tal o cual movimiento de la pequeña-burguesía para objetivos limitados y precisos de acción común. (Resolución sobre América Latina, 1951, Los Congresos de la 4ª Internacional t. 4, La Brèche, p. 284)

  1. Luego presenta fraudulentamente a los movimientos nacionalistas burgueses (APRA, MNR) como pequeños-burgueses:

Lo que nos distingue del pasado, lo que le da calidad a nuestro movimiento actual y que constituye la prenda más segura de nuestras victorias futuras, es nuestra capacidad creciente de comprender, de apreciar el movimiento de las masas tal y como existe… y de pretender encontrar nuestro lugar en este movimiento… Es el caso por ejemplo en América Latina donde el movimiento de las masas antiimperialista y anticapitalista toma a menudo formas confusas, bajo una dirección pequeño- burguesa, como en Perú con el APRA, como en Bolivia con el MNR, o incluso burguesa como en Brasil con Vargas, como en Argentina con Perón. (Michel Pablo, Informe al 3er congreso, 1951, Los Congresos de la 4ª Internacional t. 4, La Brèche, p. 99)

  1. Lo que permite introducir la alianza con la burguesía, el Frente Popular contra el que se fundó la 4ª Internacional, bajo la etiqueta de «frente único antiimperialista» más aceptable para un congreso de la 4ª Internacional, sólo once años después del asesinato de Trotsky.

En Bolivia, nuestra sección… se esforzará por influenciar el ala izquierda del MNR… preconizará una táctica de frente único antiimperialista hacia el conjunto del MNR… (Resolución sobre América Latina, 1951, Los Congresos de la 4ª Internacional t. 4, La Brèche, p. 290)

Una de las más graves debilidades del Comité internacional de la CI, la fracción fundada en 1953 por las secciones que habían resistido al pablismo, fue su incapacidad que debe poner en entredicho esta revisión de 1951 y extraer las lecciones de su aplicación en Bolivia en 1952. Bajo la dirección de Pierre Lambert, el PCI Francia la adoptó hacia el movimiento nacionalista argelino (MNA) en la segunda mitad de los años cincuenta. Bajo la dirección de Gerry Healy, el WRP Gran Bretaña la aplicó con los regímenes nacionalistas burgueses del Próximo Oriente a mediados de los años setenta. Hoy aún, la casi totalidad de las corrientes que se reclaman de la 4ª Internacional y del trotskismo reivindican el «frente único antiimperialista», entre ellas el CRI Francia y L5I (ex LICR).

Ahora bien, la introducción de contrabando del frente popular bajo la etiqueta hipócrita de frente único antiimperialista sirvió para cubrir verdaderas traiciones al proletariado en nombre de la 4ª Internacional. El pablismo reprodujo para Bolivia, Argentina, Perú, Sri Lanka, Argelia… la política de la socialdemocracia y el estalinismo. Durante las revoluciones bolivianas de 1952 y de 1971, esta revisión programática y esta regresión histórica desembocaron en la subordinación del proletariado a la burguesía, idéntica a la política estalinista.

20. El frente único antiimperialista en la práctica es siempre el frente popular

En la práctica, la línea de Pablo y Mandel superará, en su objeto y en el tiempo, las «alianzas momentáneas para objetivos limitados y precisos«, se extenderá rápidamente a nacionalismos reconocidos por la Resolución de 1951 como burgueses, como el Movimiento justicialista de Argentina. Dos grupos argentinos participan en el 3er congreso, la sección reconocida por el SI, el GCI dirigido por Posadas, y el POR dirigido por Moreno. La delegación del POR, que incluye a Moreno, hace una autocrítica:

Los dos delegados del POR hacen una autocrítica: la dirección de nuestro partido estuvo en contra de la consigna de frente único antiimperialista… (Declaración del POR argentino a la Comisión latinoamericana, 1951, Los Congresos de la 4ª Internacional t. 4, La Brèche, p. 298)

Así inspirado por el 3er congreso, el POR iba a alinearse con la bandera del nacionalismo burgués. A lo largo de toda su carrera, Moreno construirá «partidos amplios», reclamándose de Perón, luego del castrismo.

La huelga general de 1953 en Alemania del Este y la revolución en Hungría de 1956, como la revolución en Bolivia de 1952, probaron rápidamente la quiebra del pablismo. El POR Bolivia tenía una base obrera, una tradición, una influencia. Desempeñó un gran papel en la insurrección de abril de 1952. Una revolución dirigida por un partido bolchevique-leninista estaba al alcance en Bolivia. Habría cambiado la situación de toda América Latina, habría vuelto a poner en la vía del programa a la 4ª Internacional y le habría dado un impulso en todo el mundo… Pero, contra todas las lecciones del bolchevismo, contra la revolución permanente, el POR dio su apoyo al Gobierno burgués MNR de Paz, el POR se alineó bajo «el ala izquierda» de Lechín (que era ministro del gobierno burgués) , del partido nacionalista burgués que controlaba la nueva central obrera, la COB.

El Gobierno pequeño- burgués, gracias a las circunstancias, tiene la posibilidad de transformarse en Gobierno obrero y campesino. (Lucha Obrera, diario del POR, 25 de mayo de 1952, citado por José Villa, La Revolución de 1952, Poder Obrero, 1992)

El Partido obrero revolucionario sostendrá el ala izquierda del MNR en su lucha contra la derecha del partido… (Lucha Obrera, 11 de noviembre de 1952)

La clase obrera debe intervenir activamente en la formación del nuevo Gobierno. (Lucha Obrera, 11 de noviembre de 1952)

La totalidad de la lucha se centra en la consigna: control total del Estado por el ala izquierda del MNR. (BP del Partido obrero revolucionario, 23 de junio de 1953)

En consecuencia, la burguesía boliviana, gracias al MNR, ayudado por su ala izquierda, esta misma flanqueada por el POR, conservó el control de la situación, reconstituyó su ejército y pudo restablecer el orden. El POR estalló de 1953 a 1956, y una buena parte de sus cuadros se integraron en el MNR. En 1971, lo que quedaba del POR apostó por los generales para armar el proletariado. Después del aplastamiento de la clase obrera, Guillermo Lora, el impenitente partidario del FUAI, se adhirió a un bloque político con los estalinistas y nacionalistas burgueses opuestos a la dictadura de Banzer, resumidamente, a un Frente Popular.

En 1956, el POR Perú apoyó, junto al partido estalinista, la candidatura de Belaúnde presentada por el Frente nacional de los jóvenes demócratas, que fundó el partido burgués Acción Popular. Belaunde será más tarde dos veces presidente. En cuanto a lo que quedaba del POR, iba a convertirse en un adepto castrista de la guerrilla campesina bajo el nombre de FIR. En 1985, la organización hermana de la LCR se disolvió en el PUM, que llamó a votar por el reaccionario Fujimori en 1990.

El LSSP Sri Lanka (Ceilán), que tenía una base obrera importante, también aplicó el frente único antiimperialista. En 1956, aportó su apoyo crítico al SLFP burgués cuando accedió al poder. En 1960, el LSSP sostuvo de nuevo el SLFP en las elecciones. En 1964, el LSSP volvió a entrar en el Gobierno burgués. La más importante sección de Asia era liquidada.

La alianza con las burguesías de Asia, preconizada por Lenin en 1920, en el 2º congreso de la IC, para los países sin auténtica clase obrera, formalizada bajo el nombre de «frente único antiimperialista» por Radek en 1922, se reveló un callejón sin salida histórico: las burguesías de los países dominados no tienen más papel revolucionario que la de Rusia en 1905 o en 1917. Además, el desarrollo de las fuerzas productivas que vosotros invocáis reforzó numéricamente el proletariado en muchas antiguas colonias o semicolonias: Sudáfrica, Brasil, México, Corea del Sur…

El difunto Nahuel Moreno terminó por cuestionar la revolución permanente, como el difunto Tony Cliff antes que él. En la práctica, el SWP cliffiste apoyó la reacción musulmán en los países dominados en más de una ocasión. En su propio país, participa en un pequeño partido nacionalista-burgués (SSP) en Escocia y él mismo creó una coalición de Frente Popular (Respect) en Inglaterra con una organización musulmana (MAB) y un dirigente reformista partidario del control de la inmigración y antiabortista (Galloway).

La adopción por la LICR del «frente único antiimperialista» condujo al WP y su L5I a la adulación del Foro Social, como el SWP y su TSI, y a una política de presión sobre el Frente Popular en el poder en Brasil:

La clase obrera brasileña, los campesinos sin tierra y los pequeños agricultores deben soldarse en una fuerza irresistible para forzar al Gobierno Lula a salir del camino de la esclavitud al FMI y a sus apoyos locales, hacia la confrontación con el capitalismo brasileño. (Fifth Internacional n 2, p. 91)

La L5I alimenta la esperanza grotesca de ver al Gobierno PT-PSDB-PDT-PRB conducir una «confrontación con el capitalismo».

Luiz Inacio Lula da Silva es candidato a su propia sucesión… El Sr. Lula da Silva estará acompañado por el mismo Vicepresidente, José Alencar, del Partido republicano brasileño, vinculado a los evangelistas. (Le Monde, 26 de junio de 2006)

La L5I le da a la clase obrera como todo horizonte el de ejercer presión sobre un gobierno burgués. Camina sobre los rastros de la GR, el POUM, el LSSP, el MIR y de muchos otros incluida la falsa 4ª Internacional, que tiene un Ministro dentro del gobierno Lula-Alencar. En el test del Frente Popular, la L5I se revela ser una varieante del centrismo y el revisionismo. Su línea de «Frente Popular de combate» (Marceau-Pivert) es antagónica del programa, que propone la ruptura con la burguesía.

La acusación capital que la 4ª internacional lanza contra las organizaciones tradicionales del proletariado es que no quieren separarse del semi-cadáver de la burguesía…. De todos los partidos y organizaciones que se apoyan en los obreros y los campesinos y hablan en su nombre, exigimos que rompan políticamente con la burguesía y entren en la vía de la lucha por el Gobierno obrero y campesino. En esta vía, les prometemos un apoyo completo contra la reacción capitalista. Al mismo tiempo, desplegamos una agitación incansable en torno a las reivindicaciones transitorias que, en nuestra opinión, deberían constituir el programa del «Gobierno obrero y campesino». (León Trotsky, La agonía del capitalismo y las tareas de la 4ª Internacional, 1938, GB, p. 31-32)

Camaradas del GRA, si sois fieles al programa, si rechazáis el Frente Popular, ¡acabad con la herencia de los liquidadores de la 4ª Internacional, con una fórmula que justifica los bloques con la burguesía! El proletariado de Venezuela y el de Bolivia necesitan un programa claro, no regresión ni confusión.

Conclusión

21. Propuestas para un trabajo común y para un reagrupamiento principista

Como objetivo prioritario de una corriente internacional flexible, vemos la elaboración progresiva de documentos programáticos como base de una uniformación política creciente. Resoluciones actuales y políticas comunes vendrían, por el contrario, en segundo lugar . Eso significa, para nosotros, pequeño grupo recientemente fundado, que queremos clarificar en el debate internacional con ustedes en primer lugar cuestiones programáticas y que no estaríamos dispuestos más que a partir de un determinado acuerdo político a elaborar resoluciones políticas actuales.

Vuestra actitud es positiva. Sin embargo, vuestra oposición entre «documentos programáticos» y «resoluciones actuales y políticas» es formal y artificial.

Una plataforma o un programa, es algo que procede en general del resultado de experiencias extendidas a partir de actividades comunes sobre la base de una serie de ideas y métodos comunes…. La Oposición de izquierda ha creado su plataforma el quinto año de su lucha… y también ha estado superada en varios aspectos. León Trotsky, Al Comité de redacción de Prometeo, 1930)

Los documentos programáticos no son textos que se reduzcan a la historia y a la teoría. Ciertamente, recurren a la historia y a la teoría, pero para aprender las lecciones de los problemas recientes y actuales de la lucha de clases mundial, para formalizar el acuerdo sobre los acontecimientos y las tareas del momento. Por otra parte, el GRA se delimita actualmente de los grantistas y de otras corrientes oportunistas pseudotrotskistas sobre un problema político actual, la lucha de los clases en Venezuela.

¿Qué es el partido? ¿En qué consiste su cohesión? Esta cohesión es una comprensión común de los acontecimientos, de las tareas, y esta comprensión común, es el programa del partido. (León Trotsky, Completar y aplicar el programa, 1938)

Nosotros hemos respondido con franqueza a vuestra carta. Para resumir:

  1. El programa se define por la actitud común de los revolucionarios hacia los principales problemas de la lucha de clases mundial.

  2. Nuestro tiempo es el de la decadencia del método de producción capitalista, lo que no excluye fases de extensión económica. La revolución socialista mundial es necesaria para desarrollar las fuerzas productivas de la humanidad que son obstaculizadas por las relaciones de producción capitalistas y las fronteras nacionales arcaicas.

  3. Acabado desde hace mucho tiempo el papel revolucionario de la burguesía, el programa de los comunistas del siglo XXI debe rechazar el frente único antiimperialista y toda perspectiva de alianza con esta clase, de acuerdo con las lecciones de la lucha de clases desde un siglo.

  4. El obstáculo principal a la revolución socialista reside en las direcciones actuales de las masas, no en el atraso subjetivo del proletariado. La tarea de los comunistas es construir una nueva dirección.

  5. Las reivindicaciones democráticas son a veces útiles, las reivindicaciones transitorias son indispensables, pero tienen por objetivo la toma del poder, se supeditan a la dictadura del proletariado.

Si estáis de acuerdo con estas conclusiones, tenemos posiciones suficientemente cercanas para prever trabajar en un marco internacional común, en la edificación de una internacional obrera revolucionaria. Tenemos, vosotros y nosotros, una responsabilidad importante después de un período de retroceso objetivo y subjetivo.

El restablecimiento del capitalismo en Rusia en 1991 constituye una derrota colosal del proletariado mundial, cuya vanguardia sufre también las consecuencias. Probablemente, por algunos años aún, sólo grupos o fracciones reducidas se volverán hacia el programa. Nuestra capacidad para reunir a los comunistas, en estas circunstancias difíciles, será decisiva para proporcionar un marco a la nueva generación que no sufrió estas derrotas y que se levanta en todos los continentes para combatir la opresión y la explotación: el movimiento de los trabajadores latinos en los Estados Unidos, las protestas masivas contra la agresión imperialista contra Irak en Europa occidental, los levantamientos populares en varios países de Sudamérica, la movilización contra Aznar y los locales del PP en España, los recientes movimientos de estudiantes en Italia, Francia, Chile y en Grecia son avisos de la ola revolucionaria que viene.

El Colectivo está dispuesto, a pesar de los obstáculos lingüísticos, a entrevistarse con vosotros, como lo proponéis, cuanto antes y en el lugar de vuestra elección, para discutir de los siguientes textos:

  • Las Tesis del GRA sobre la 4ª Internacional,

  • El Manifiesto por los Estados Unidos socialistas de Europa del Colectivo,

  • La carta del GRA al Colectivo

  • Esta respuesta del BP.

Si nuestra respuesta os satisface y si el encuentro es positivo, os proponemos que:

a) La dirección del GRA elabore con el BP del Colectivo las próximas declaraciones sobre los grandes acontecimientos internacionales, en particular Venezuela;

b) Los grupos del Colectivo estén invitados a la próxima conferencia del GRA y que los grupos del Colectivo inviten al GRA a su conferencia;

c) Las Tesis sobre la 4 Internacional del GRA sirvan de base para un debate muy abierto de seis meses de tal manera que cada grupo (Austria, Estado español, Perú, Grecia, Francia) y cada miembro de una dirección nacional pueda contribuir libremente;

Así cumpliremos las condiciones para una participación de los bolcheviques-leninistas de Austria en una elaboración (que incluye la elaboración de un análisis serio de la situación económica mundial) y en un combate en común en un marco internacional que será democrático y revolucionario.

Aunque se trate por ambas partes de fuerzas reducidas, la adhesión del GRA al Colectivo sería un gran paso para el Colectivo y para el GRA.

Fraternalmente,

El Buró político del Colectivo

1 N. del T.: En el francés “flux tendus” , en inglés “just in time”. Alude a una forma de organización de los procesos productivos tendente a reducir a la mínima expresión el tiempo que los bienes finales permanecen sin ser vendidos.