¡Solidaridad con la lucha de clases en Panamá!

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Declaración del Colectivo Revolución Permanente (CoReP)

Panamá, un país de aproximadamente 4,5 millones de habitantes , es mundialmente conocido por su estratégico canal, que representa aproximadamente el 6% del comercio marítimo mundial. A pesar de una tasa de crecimiento económico promedio del 7,4% en 2023, Panamá sigue siendo uno de los países con mayor desigualdad del mundo. Su economía se centra en gran medida en el sector servicios —en particular, el canal, la banca y el comercio internacional—, pero una gran parte de la población vive en la pobreza y la desigualdad social está estructuralmente arraigada.

En este contexto, ha surgido un poderoso levantamiento de la clase trabajadora y los sectores oprimidos. A partir de una huelga de docentes, se ha desarrollado una ola nacional de movilizaciones, huelgas, bloqueos de carreteras y ocupaciones. El objetivo: la derogación de la «Ley 462», que pretende sabotear el sistema público de pensiones, aumentar la edad de jubilación y allanar el camino para su privatización total. Al mismo tiempo, se ha cristalizado la ira popular contra la nueva cooperación militar entre el presidente panameño José Raúl Mulino y la facción Trump del capitalismo imperialista estadounidense: una subordinación que de facto transforma al país en un puesto avanzado semicolonial de Washington.

Las protestas adquieren una nueva dimensión: el poderoso sindicato de la construcción SUNTRACS, el sindicato de trabajadores y trabajadoras bananeros SITRAIBANA, los trabajadores de la salud, las comunidades indígenas y los estudiantes luchan codo con codo. La burguesía panameña responde con una feroz represión: más de 190 arrestos, ataques selectivos contra manifestantes, unidades especiales contra comunidades indígenas y redadas policiales para intimidar a barrios enteros. La huelga en Chiquita, filial del gigante bananero norteamericano, ha sido declarada ilegal. Líderes sindicales como Jaime Caballero y Erasmo Cerrud han sido arrestados con el pretexto de «socavar el orden económico».

Imperialismo: no sólo guerra, sino contrarrevolución social

No es casualidad que Donald Trump esté detrás de la nueva estrategia de Estados Unidos en Panamá. El presidente, militarista y chovinista confeso, pretende recuperar el control del Canal de Panamá y establecer nuevas bases militares. En realidad, no se trata solo de acabar con la posición económica de China en Panamá; se trata de transformar Centroamérica en una zona estratégica de despliegue para el futuro conflicto entre bloques imperialistas, a costa de la seguridad social, los salarios y las pensiones, sacrificados en aras del capital financiero.

Como siempre, el proletariado está en primera línea. La revuelta contra el régimen de Mulino es inseparable del rechazo a la dominación imperialista. El levantamiento en curso en Panamá es una llamada de atención para toda Latinoamérica y más allá.

No es sólo una “protesta social”: ¡es una lucha de clases!

Lo que los medios burgueses panameños e internacionales presentan como meras «reivindicaciones económicas» es en realidad una lucha organizada de sectores centrales de la clase trabajadora contra una brutal ofensiva capitalista. El magisterio lleva semanas en huelga indefinida. Las plantaciones bananeras están paralizadas. Las carreteras están bloqueadas, con la participación activa de familias enteras. En la provincia de Bocas del Toro. del Toro, el transporte público está paralizado: los trabajadores bloquean la economía para defender sus intereses de clase.

Este movimiento plantea objetivamente la cuestión del poder político. Sin embargo, aún no ha surgido ninguna organización que le proporcione un liderazgo revolucionario consciente. Si bien SUNTRACS ha empleado métodos militantes en el pasado, su dirección continúa buscando la negociación con el gobierno. La burocracia sindical carece de una estrategia revolucionaria; siempre busca canalizar la presión popular para obtener su propio beneficio. De ahí la urgencia histórica de construir un partido obrero revolucionario.

Los últimos acontecimientos confirman esta necesidad estratégica: la policía política ha detenido a Genaro López, figura histórica del SUNTRACS, mientras que su sucesor, Saúl Méndez, se vio obligado a solicitar asilo político. Al menos doce líderes sindicales están siendo procesados por «conspiración para delinquir». Mientras tanto, el régimen declaró «ilegal» la huelga de los trabajadores bananeros y, a través de la multinacional Chiquita, anunció despidos masivos, una amenaza destinada a separar familias. Las pérdidas se estiman en 75 millones de dólares. Mulino multiplica los ultimátums e intenta acuerdos parciales para sembrar la división.

Frente a esta brutal ofensiva sólo una respuesta es adecuada: la huelga general política

La huelga debe superar la actual fragmentación sectorial y unificar conscientemente a todos los sectores organizados de la clase obrera, más allá de las regiones y los sectores económicos. Debe tener un claro carácter político : contra el régimen de Mulino, contra la penetración imperialista, contra la dictadura burguesa de las multinacionales.

Para evitar que se convierta en una simple «señal de alerta» sin futuro, es necesario crear comités de huelga elegidos democráticamente en empresas, barrios, escuelas y pueblos. Estos consejos, compuestos por delegados revocables en cualquier momento, son la herramienta necesaria para asegurar el control popular de la lucha, fortalecer la unidad y allanar el camino para que la clase trabajadora tome el poder.

Sin estas estructuras, la lucha se verá debilitada por la represión, las negociaciones secretas o las concesiones selectivas. Solo una huelga general controlada por la base puede generar la energía social suficiente para derrocar al régimen y allanar el camino para un gobierno obrero y campesino basado en los consejos.

¿Qué hacer?

El CoReP hace un llamamiento a las organizaciones sindicales y políticas de todo el mundo para:

Organizar la solidaridad internacional con los huelguistas en Panamá
(manifestaciones frente a las embajadas, campañas de información, recogida de fondos para apoyar la huelga).

Derogación de la Ley 462 – ¡No a la privatización de la seguridad social!

¡Alto a la intervención imperialista!

¡Ni tropas estadounidenses, ni bases militares, ni acuerdos secretos!

¡Por la autodeterminación del pueblo panameño !

¡Libertad para todos los sindicalistas y presos políticos !

Por una respuesta revolucionaria

Las luchas en Panamá no son un «incidente local», sino la expresión de una crisis global del sistema capitalista. El empobrecimiento, la represión y el desmantelamiento de los derechos democráticos y sindicales también afectan a Europa, Norteamérica, Oriente Medio y África. El capitalismo mundial está en bancarrota: solo ofrece guerra, crisis y autoritarismo.

Por eso, una respuesta internacional y coordinada de la clase trabajadora es una necesidad vital hoy. Debe enfocarse no a arreglar el sistema, sino a derrocarlo .

Construir una nueva internacional obrera revolucionaria es la tarea central de nuestro tiempo. El levantamiento en Panamá demuestra que amplios sectores del proletariado están dispuestos a luchar, pero aún falta la herramienta política consciente: un partido revolucionario como el de los bolcheviques rusos.

¡Por un partido obrero revolucionario en Panamá! ¡
Por la unidad de las luchas en Latinoamérica contra los regímenes proimperialistas de la burguesía nacional! ¡Por la federación de estados socialistas en Latinoamérica y el Caribe! ¡Por la nueva Internacional Obrera Revolucionaria!

Colectivo de Revolución Permanente (CoReP)

24 de mayo de 2025