Intervención de la representante del CoReP en la reunión internacional de Milán, 16 de julio de 2023

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Los organizadores ayer nos invitaron a exponer claramente nuestras posiciones, lo cual trataré de hacer hoy también, en nombre del Colectivo Revolución Permanente.

El estado imperialista ruso ha iniciado una guerra para recolonizar Ucrania. Prigozhin, antes de su reciente caída, y Putin, antes de su próxima caída, han coincidido en una cosa: hay que volver a los viejos tiempos. A los buenos viejos tiempos antes de la revolución de 1917, antes de la decisión del poder de los soviets de reconocer el derecho a la separación de las antiguas colonias del imperialismo ruso. Sí, Lenin escribió varias veces que la Rusia del zar era una potencia imperialista a pesar de sus rasgos atrasados y feudales.

De vuelta a hoy. Los organizadores han dicho desde el principio, y han repetido hoy, que no se debe aprobar una resolución. Si una trabajadora o un trabajador de Ucrania o Rusia se entera de que en julio ha habido una reunión internacional en Milán, con la participación de 24 delegaciones, se preguntará: ¿qué habéis decidido?

Entonces, todos estos delegados, todas las organizaciones que ellos representan, deberán responder: « ¡nada! ».

Los participantes deberán responder a los trabajadores de Ucrania y Rusia: « Hemos decidido que nos gusta intercambiar puntos de vista sobre cómo va el mundo. Después de todo, la reunión ha tenido lugar en un país que no está bajo las bombas, en un país donde uno no es arrestado y condenado por haberse atrevido a criticar la llamada operación especial ».

Esta reunión, según los organizadores, debería decir a los proletarios del mundo: « ¡No hay urgencia, trabajadores de Ucrania y Rusia! La prueba es que nos volveremos a encontrar en 6 meses o en 12 meses… ».

No negamos las profundas diferencias que se han expresado. Por ejemplo, para algunos delegados, Rusia no es una potencia imperialista y China sigue siendo un estado obrero degenerado. Los más involuntariamente cómicos han llegado a explicar que era necesario defender a la nación italiana frente a la Unión Europea, pero no a Ucrania frente al estado ruso que la invade y bombardea.

Para otros, o bien todas las guerras son condenables, sean las que sean; o bien ya no puede haber guerras progresivas. Ya no se plantea la cuestión nacional, puesto que la clase obrera es mayoría en todas partes.

Pero no se puede decorar la sala de reuniones con un retrato de Lenin, deshaciéndose de su profundización de la dialéctica en 1914-1915 para volver al pensamiento mecánico. No podemos deshacernos de las reivindicaciones democráticas en general, y de los derechos de los pueblos oprimidos en particular, a los que toda su vida Lenin concedió la mayor importancia. No podemos quedarnos en la línea: « Dar paso a la pureza de la lucha de clases directa. ¡Viva la tranquilizadora sencillez del único programa máximo! ».

El derrotismo revolucionario se aplica a Francia, Italia, Alemania, Japón, Estados Unidos, China, Rusia… que son potencias imperialistas. ¡El derrotismo revolucionario no se aplica a Palestina o Ucrania!

Estaba justificado, durante la Primera Guerra Mundial, levantarse en Irlanda contra la dominación británica, aunque pareciera estar al servicio del estado imperialista alemán. Los insurgentes irlandeses tenían derecho a obtener armas de Alemania, lo que, por cierto, intentaron. Sólo la armada del estado imperialista británico lo impidió.

Y hoy, el pueblo ucraniano tiene derecho a defenderse, a permanecer separado de Rusia que quiere recolonizarlo. Oponerse a ello es, de hecho, servir a la burguesía imperialista rusa. Oponerse a ello no acerca la hora de la revolución proletaria, sino que la aleja al facilitar la influencia, sobre el proletariado, de Zelensky que prohíbe los partidos de oposición y las huelgas.

En realidad, estaba justificado, durante la Segunda Guerra Mundial, levantarse en la India contra la dominación británica aunque eso hiciera el juego a corto plazo de los imperialismos japonés y alemán. Estaba justificado que China resistiera la invasión japonesa y recibiera armas del estado imperialista estadounidense.

Y hoy, el pueblo palestino tiene derecho a defenderse contra el estado colonial israelí. Oponerse a ello es, de hecho, servir a la burguesía sionista. Oponerse a ello no hace avanzar ni un centímetro al proletariado mundial, al contrario arroja a los oprimidos a los brazos de los nacionalistas de tipo islamista Hamas, etc., como hace décadas fueron arrojados a las garras de los nacionalistas panárabes como Fatah-OLP.

Más que nunca, en la era del capitalismo podrido, en la era imperialista, las reivindicaciones democráticas juegan un papel decisivo en la preparación de la revolución, en particular la reivindicación del armamento del pueblo. Esto es cierto para las reivindicaciones de los oprimidos de todo tipo: como las de todas las migrantes y todos los migrantes rechazados en las fronteras de Europa, cuyo derecho a circular libremente para establecerse donde quieran debemos defender; como lo sabe cada mujer que quiere vestirse libremente en Irán, toda mujer que quiere abortar en el sur de Estados Unidos, toda niña que quiere aprender en Afganistán. Esto es cierto también para las libertades democráticas que permiten el debate y la acción, como sabe cualquier huelguista en China, Ucrania y Rusia.

Lo cierto es que la clase obrera es la única capaz de satisfacer estas reivindicaciones y que no puede ni se limitará, una vez que entre en acción colectiva, a tareas democráticas.

El internacionalismo sólo existe a través de la práctica.

Firmamos obviamente el llamamiento contra la represión del estado burgués argentino en la provincia de Jujuy.

Y los que, aquí, comparten la convicción de que hay que defender el derecho del pueblo ucraniano a tener su propio Estado y a defenderse, y que, al mismo tiempo, quieren acabar con la OTAN, con las sanciones contra Rusia, los que reivindican todos los derechos de las minorías lingüísticas y de la clase obrera en Ucrania, para derrocar al gobierno de Zelensky, tienen la responsabilidad de ponerse de acuerdo y empezar a actuar juntos sin más dilación: ¡retirada de las tropas rusas! ¡Abajo la OTAN!

No nos separemos sin dar los pasos prácticos para hacerlo. Como han dicho antes que yo los camaradas representantes de la L5I y de la ITU, trabajemos por la unidad revolucionaria a través de la acción común.