Informe sobre Perú para la reunión del Buro Internacional del CoReP

      Comentarios desactivados en Informe sobre Perú para la reunión del Buro Internacional del CoReP
Ayer, para preparar este informe sobre la situación en Perú, estuve leyendo el artículo de agosto del GMI que nos envió Valentina. Yo no lo había leído hasta ahora y lo recomiendo a todos porque enmarca muy bien las raíces de la situación política actual y el significado de la candidatura de Pedro Castillo. Todo ello en el marco de la grave crisis de representación política de la burguesía del país y del desprestigio social tanto de los partidos como de las instituciones burguesas. Solo hay que recordar que en los últimos cinco años, cuatro presidentes se vieron obligados a dejar abruptamente sus cargos: Pedro Pablo Kuczynski fue obligado a renunciar cuando no llevaba ni dos años en su cargo, luego Vizcarra fue expulsado por el Parlamento y Manuel Merino fue también obligado a renunciar por la fuerza de las movilizaciones. Ahora Pedro Castillo. Anteriormente, el Congreso de mayoría fujimorista fue cerrado por Martin Vizcarra. A esto habría que sumarle que los presidentes que gobernaron el país en los últimos treinta años (Alberto Fujimori, Toledo, Alan García, Ollanta, Kuczynski y ahora Castillo), están sancionados o investigados por casos de corrupción y por violación a los derechos humanos.

Pedro Castillo es un antiguo burócrata sindical de raíces políticas en el nacionalismo populista. Compartió partido con Ollanta Humala y hace seis años escindió y formó Perú Libre, una versión gemela del partido de Humala, más adaptada a su personalidad. Se trata de un nuevo experimento de partido pequeño-burgués nacionalista “de izquierda”, tan a la moda en toda América Latina. Pedro Castillo, como Humala, solo pudo llegar a la presidencia porque obtuvo el apoyo de la burocracia de la central sindical más importante del país, la CGTP, dirigida fundamentalmente por el Partido Comunista – Patria Roja, de historial maoísta. En mi opinión, Perú Libre, el partido de Pedro Castillo, no tiene la naturaleza de un partido socialdemócrata ni raíces propias en la clase obrera o al menos en el campesinado (como las tenía Evo Morales). Su éxito y capacidad de ilusionar en el proceso electoral ha dependido directamente del apoyo de la dirección de la CGTP, completamente comprometida en intentar estabilizar políticamente el país. El día que pierda ese apoyo, desaparecerá.

El gobierno de Castillo, sin mayoría parlamentaria, ha sido acosado brutalmente por los partidos burgueses y por la patronal. Esta gente no puede aceptar que un advenedizo gestione el aparato de estado y que las masas pobres crean que algo puede cambiar. Y lo han acosado hasta expulsarlo.

Pero la política del gobierno de Castillo no ha sido en absoluto diferente de los gobiernos anteriores. Ha dirigido un país que el Banco Mundial considera modélico por su obertura al capital extranjero (sobre todo chino), su buen crecimiento del PIB en los últimos 15 años (hasta la pandemia) y su buen control presupuestario. En capital financiero mundial está contento con Perú. Que la pobreza de las masas trabajadoras es extrema y que el 70% los trabajadores sean «informales» parece que no tiene tanta importancia para sus economistas.

Si en campaña electoral Castillo prometió nacionalizaciones o reformas políticas, todo se esfumó el mismo día que se formó el gobierno. La política económica continuó idéntica, en manos de los mismos «técnicos» que todos los gobiernos anteriores. Los negocios del capital nacional e internacional estuvieron férreamente protegidos. Ni siquiera se elevó el salario mínimo. Y cuando la movilizaciones obreras y campesinas se desarrollaron con fuerza en abril de este año, Castillo reprimió, declaró el estado de alarma, militarizó regiones y asesinó tantos manifestantes como ahora está haciendo su vicepresidenta y compañera de partido, Boluarte.

La crisis actual en Perú es un capítulo más de la crisis política de dominación burguesa en Perú. Por un lado, la burguesía es incapaz de poner orden en sus filas y configurar algún gobierno estable. Menos todavía es capaz de soportar que gobierne cualquier otro partido («de izquierda»), aunque lo haga lealmente respecto al capital y engañando a las masas. Por su parte, las masas trabajadoras de la ciudad y el campo ven agravarse todavía más sus precarias condiciones de vida con la nueva inflación y el ralentizamiento de la economía. Tienen grandes tradiciones de luchas y las movilizaciones a menudo escapan al control inmediato de los aparatos. Incluso tienen tradición de conformar «Asambleas Populares» más o menos representativas para coordinar territorialmente la luchas.

De hecho, de acuerdo con algunas fuentes, ya se han formado algunas de estas asambleas para coordinar la respuesta a la destitución del presidente por un parlamento completamente odiado por las clases trabajadoras. Pero, en ausencia de un partido revolucionario, estas «asambleas populares» siempre acaban incluyendo todo tipo de fracciones de la burguesía local y perdiendo sus raíces en las masas combatientes hasta agotarlas y casi siempre traicionarlas.

Ante las importantes movilizaciones actuales, es absolutamente necesaria una orientación hacia la autoorganización en consejos de obreros y campesinos, independientes de la burguesía, elegidos y coordinados democráticamente para la lucha por los objetivos propios, para configurarse como candidatos al poder y acabar con toda la miseria y corrupción del poder burgués y todas sus instituciones políticas.

Pero no es esa la orientación que vemos en los partidos que se dicen “revolucionarios” en Perú: todos, en general, desde la Corriente Socialista de las Trabajadores de la FT-CI hasta el Partido de los Trabajadores Uníos, sección de la UIT-CI, centran su política en la reivindicación de una “Asamblea Constituyente”, la misma receta que en Chile, Bolivia, Colombia… la misma receta que, una y otra vez, desvía el empuje de las movilizaciones hacia las ilusiones en la reforma de las instituciones de la democracia burguesa.

La lucha de clases está muy viva en Perú y el resultado final no está escrito. Como siempre en estos casos, deberíamos intentar encontrar y contactar con cualquier organización o grupo con una orientación realmente revolucionaria, para reforzarla y poner las bases de la construcción del partido de la revolución.

17 de diciembre de 2022, Irene -IKC / Estado español)