Hechos
Desde mediados de Mayo de 2018, los trabajadores de la fábrica de equipos de soldadura Jasic Technology intentan un organizar sindicato de trabajadores para mejorar sus condiciones de trabajo. La fábrica está situada en la ciudad de Shenzheng, próxima a Honkong, China meridional, una ciudad con un activo movimiento obrero.
Según los trabajadores, las condiciones de trabajo han empeorado enormemente. Salarios, seguridad social y ayuda al alquiler de vivienda han sido recortados. Las tasas de productividad han sido cambiadas sin negociación previa. Los trabajadores afirman que la empresa los trata “como esclavos”.
En la República Popular de China solo se tiene derecho a la acción sindical dentro del sindicato oficial.
Desde medios de Julio la empresa Jasic ha reaccionado con despidos y violencia contra los activistas. También la policía ha reprimido a los trabajadores con detenciones y en forma violenta. Después de las movilizaciones y represiones, el 27 de Julio, la policía arrestó a 29 trabajadores y estudiantes y los trató cruelmente en la comisaría. El 29 de Julio, estudiantes de toda China, por ejemplo de la Universidad de Pekín, Universidad Popular China y Universidad de Nanjing, lanzaron una llamada contra la represión. Eso causó una extensión del movimiento.
Una de las dirigentes de la lucha, Shen Meng Yu, eligió el camino de trabajadora después de graduarse en la Universidad de Zhongshan. En la noche del 11 de Agosto, hombres no identificados se la llevaron. Actualmente se encuentra en paradero desconocido. Se cree que se trata de una desaparición forzada.
Esta movilización obrera no está aislada, sino que está relacionada con numerosas huelgas y movilizaciones obreras que se desarrollan desde el año 2000 y más a menudo desde 2015 hasta ahora. Pueden mencionarse, por ejemplo, las huelgas de Honda en 2010. Todo ello está relacionado con las miserables condiciones laborales de la clase obrera en China, que recientemente han empeorado por acción del gobierno.
Peligros y perspectivas
Estos movimientos a veces son apoyados por algunas organizaciones maoístas del interior. Éstas son la única oposición tolerada por el régimen.
Encuentran eco en una parte de la población por nostalgia de la economía estatalizada y de sus proclamaciones igualitarias.
Pero el “maoísmo” es una variante del stalinismo, una mistificación del marxismo que, desde los años 1920, justifica la colaboración con la burguesía nacional en nombre de las revoluciones democráticas y la lucha anticolonialista, actuando contra la revolución proletaria por todo el mundo. Recordemos que Mao ha colaborado a veces con el Kuomintang burgués y nacionalista; contra el proletariado chino; que Mao, después de tomar el poder -al hundirse el Estado burgués simultáneamente a la retirada de las fuerzas japonesas de ocupación- organizó un Estado burocrático y policial similar al de la URSS de Stalin, en el que, aunque la burguesía fue expropiada y la economía planificada, el proletariado no tenía el poder y poco derechos.
La burocracia china ha estado, de hecho, durante décadas en la trinchera internacional de la burocracia rusa y de la burguesía mundial, justificando muchas decisiones contra el proletariado bajo la bandera del «marxismo-leninismo» y del “pensamiento de Mao Tse-tung”: la represión de los obreros alemanes en 1953, de los húngaros en 1956; directiva al PCI de capitular a la burguesía indonesia en 1965; visita en 1972 de Nixon durante los intensos bombardeos de Vietnam, Laos y Camboya, etc.
Más aún, la terrible dictadura construida bajo la ideología del maoísmo decidió, en 1992, reincorpar China a la economía capitalista internacional manteniendo a su proletariado sin ningún tipo de libertad de organización, expresión, reunión, etc., para defenderse de la explotación. El maoísmo es, pues, una de las principales causas de la situación actual en China.
Es posible que las organizaciones “maoístas” intenten dominar este movimiento obrero incipiente, para ganar posiciones políticas perdidas ante la fracción del PCC que domina el actual gobierno chino o para canalizarlo y mostrar su utilidad como una especie de partido “reformista”. Otro peligro también puede amenazar este movimiento. Puede ocurrir que se proponga un sindicalismo colaboracionista del tipo de los EEU, de UE o de Japón. Una perspectiva política de clase y revolucionaría es necesaria para sortear estos peligros.
Llamamiento
Damos pleno apoyo a la acción de los trabajadores chinos y los alentamos a organizarse con independencia del Estado y de la patronal, defenderse contra la policía y el ejército, expropiar al capital y constituir un poder: el gobierno obrero y campesino a través de los Consejos de trabajadores.
Llamamos a todas las organizaciones obreras de todos los países a solidarizarse de manera material y efectiva con la lucha de la clase obrera china por sus reivindicaciones laborales, sociales y políticas frente al Estado y los patrones.
¡Libertad para Shen Meng Yu y los otros trabajadores arrestados!
Adelante con el movimiento obrero chino!
Internaciema Kolektivista Cirklo
COREP