Grecia: por un gobierno obrero que anule la deuda

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A pesar de las calumnias, las manipulaciones y la represión del Gobierno Samarás (ND-PASOK), a pesar de la intromisión de la Comisión Europea y el Gobierno alemán en la campaña electoral, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) se da como ganadora en las elecciones legislativas griegas del 25 de enero.

Un eslabón débil de la Unión Europea

Ninguna nación escapó a la crisis capitalista mundial de 2007-2009; sin embargo, esta afectó a cada una de manera diferente. Grecia había registrado un crecimiento económico constante (el PIB había aumentado un 4% al año en promedio) desde su adhesión en 1981 a la Unión Europea (UE), traída por las burguesías imperialistas de Europa Occidental. En 2007, se reveló su eslabón más débil. El capitalismo griego se hundió en una verdadera depresión (el PIB disminuyó 1/4 desde el 2009), amablemente pagada por los trabajadores de las ciudades y del campo (especialmente por la juventud y los inmigrantes).

Los ingresos del Estado ya eran reducidos debido a la evasión de los grupos capitalistas (por ejemplo, los armadores pesqueros casi no pagaban impuestos) y de la avaricia del clero (la Iglesia Cristiana Ortodoxa no paga impuestos por su patrimonio, pero es la más grande propietaria de bienes inmuebles, posee una buena parte de los barrios elegantes y ciudades turísticas, y es accionista del Banco Nacional de Grecia).

La recesión recortó aún más los ingresos fiscales. Entonces el Estado pidió más prestamos en el mercado financiero internacional, pero chocó con la reticencia de los prestamistas (bancos, seguros, fondos de pensiones), ahora desconfiados por la amplitud de la deuda pública y la crisis económica. Y se vio obligado en abril de 2010 a solicitarlos a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el organismo financiero común de las potencias mundiales que permanece dominado por los Estados Unidos. En total, el Estado griego recibió, desde mayo de 2010, 227 mil millones de euros en préstamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y del FMI. En contrapartida, la burguesía griega debió renunciar a su sueño de convertirse en potencia regional, para sufrir la humillación de la injerencia de la Troika (UE, Banco Central Europeo, FMI).

La salvaguardia de las ganancias de los grupos capitalistas

El dinero de la UE y el FMI acabó en los bolsillos de los grupos financieros por dos vías: el reembolso de las deudas y el pago de los intereses a los acreedores internacionales, y la recapitalización de los bancos griegos.

El patrimonio nacional (incluidas las empresas públicas) se remató a los grandes grupos imperialistas (entre ellos los grupos chinos). Los popes quedaron a cargo del Estado y se salvó el aparato represivo. El Gobierno viene incluso de elevar los sueldos de los policías y jueces. El Ejército y la Policía siguen equipándose mediante los grupos armamentísticos franceses, norteamericanos, alemanes y belgas. La Policía es, según los criterios europeos, especialmente brutal. El Ejército pesa sobre la vida política con la amenaza de un golpe. Junto al clero, atiza el chauvinismo y mantiene las tensiones con la Turquía vecina.

Cobijándose tras las exigencias de la «Troika», los gobiernos de los dos principales partidos burgueses, ND y PASOK, juntos o separados, sacrificaron los gastos sociales durante 7 años, en detrimento sobre todo de los hospitales y las escuelas. Los efectos nocivos sobre la población trabajadora se añadieron a los del desempleo masivo (tasa oficial: 27,6 %). La clase obrera salió sobreexplotada y empobrecida. Los salarios bajaron un 38%, las pensiones un 44%, el porcentaje de suicidios aumentó un 44% en 4 años.

Las distracciones: 4 elecciones legislativas, 32 jornadas de acción

El descontento de la población fue canalizado así mediante las elecciones organizadas por la clase dominante (septiembre del 2007, octubre del 2009, mayo del 2012, junio del 2012) y por la política de las burocracias obreras. La combinación de la crisis capitalista, la humillación nacional y la incapacidad de las organizaciones obreras de masas de defender las conquistas, luchar contra los gobiernos PASOK o ND y abrir una perspectiva revolucionaria, alimentó el ascenso de los partidos fascistas: Laos y sobre todo XA (Amanecer Dorado).

Las direcciones sindicales (Adedy, Gsee, Pame) multiplicaron las «jornadas de acción» impotentes para impedir la huelga general y proteger al capitalismo griego, con el apoyo de los partidos reformistas (Syriza, KKE, Dimar) y de los grupos centristas.

Un indicio de la posibilidad para ello fue el aumento de las luchas sociales en Grecia a finales del año pasado, cuando la crisis política se acercó, incluyendo la primera huelga general convocada por las principales centrales sindicales en siete meses. (ISO, Socialist Worker, EE.UU., 13 de enero de 2015)

Cada victoria ha provenido de las luchas obreras, incluyendo 32 huelgas generales. Asegurarse de que esto seguirá siendo clave para otorgar la esperanza que Syriza promete. (SWP, Partido Obrero Socialista, Reino Unido, 13 de enero de 2015)

Este cambio político es el resultado de la resistencia social a los ataques de las clases dominantes y de la UE. Cerca de 30 jornadas de huelga nacional… (QI, Inprecor, enero de 2015)

El Syriza, el KKE y el Dimar son resultantes del estalinismo que desarmó la revolución griega cuando el ejército británico había venido a salvar al capitalismo y su Estado en 1944. Ninguno superó la herencia del estalinismo (el «socialismo en un solo país», el izquierdismo, la colaboración de clase con la burguesía…).

La Izquierda Democrática (Dimar) es favorable a la alianza con Syriza y también con los Verdes y el PASOK, un partido nacionalista burgués que está afiliado a la Internacional «socialista». El Dimar participó incluso de junio de 2012 a junio de 2013 en el Gobierno burgués y anti-obrero de Samarás con el ND y el PASOK.

Desde la apertura de la crisis económica y política, el Partido Comunista Griego (KKE) divide de manera demente las filas de los trabajadores y estudiantes: escisiona las centrales sindicales en favor de su fracción (PAME) que llama a manifestaciones separadas. Si se reclama del socialismo, es para un futuro alejado. Su pretendido socialismo se reduce a la propiedad estatal de los medios de producción y a las fronteras de Grecia.

Las peligrosas ilusiones sembradas por Syriza

La mayoría relativa en votos podría bastar para garantizar una mayoría a Syriza. Ésta pide una «Conferencia sobre la deuda europea» para reducir la deuda griega a los dos tercios. En lo inmediato solicita una «moratoria» sobre el servicio de la deuda (reembolsos caducados, pago de los intereses). Pide también deducir algunos gastos estatales (como la recapitalización de los bancos) del déficit público.

La tutela de la Troika aumentará en la primavera, cualquiera que sea el Gobierno. Pocos economistas consideran que el Estado griego será un día capaz de honrar la totalidad de sus empréstitos (318 mil millones de euros, lo que representa el 175% del producto bruto interno). Syriza ya retrocedió antes mismo de acceder al gobierno, puesto que una parte de su audiencia viene de su programa de 2012, cuando Syriza hablaba de supresión unilateral de toda la deuda. Ahora Syriza considera que una parte de la deuda de la burguesía griega debe ser pagada por los trabajadores griegos.

El resto del programa presentado por Alexis Tsipras en diciembre se basa en «cuatro pilares». Para hacer frente a la crisis humanitaria, el gobierno subvencionaría la alimentación de las familias pobres (de solamente 300.000), y la asistencia médica para los desempleados sin seguro. Para reactivar el crecimiento, suprimiría el impuesto predial sobre los pequeños propietarios, elevaría el índice máximo del impuesto a la renta de los particulares, crearía un Banco de inversión (junto al sistema bancario). Sobre el empleo, cancelaría las medidas contra el derecho al trabajo, restablecería el salario mínimo de 751 euros y la creación de empleos. Por último, se trataría de reforzar la democracia con nuevas leyes, sin disolver los cuerpos de represión ni armar al pueblo, ni incluso dejar de pagar a los popes.

Syriza quiere reformar el capitalismo griego tomando la cabeza del Estado burgués sin poner en entredicho la propiedad privada de los medios de producción, sin expropiar al gran capital y la Iglesia, y permaneciendo en la OTAN. Ciertamente, muchas medidas anunciadas son progresistas y si se toman, merecerán el apoyo de los trabajadores. Pero no es seguro que se realicen cuando el capital y sus bandas armadas, legales o fascistas, muestren los dientes. El ejemplo de la Unidad Popular de Chile en 1973 o de la Unión de Izquierda de Francia en 1982, ponen de manifiesto que los reformistas capitulan ante su clase dominante.

Muchas corrientes centristas (incluida la «4ta. Internacional» vinculada al NPA de Francia) no ocultan su entusiasmo ante los sondeos. A su modo de ver, bastaría que los trabajadores, más allá de las urnas, se movilicen para apoyar su política, para hacerla avanzar.

En las elecciones legislativas del 25 de enero, una amplia derrota de los partidos de derecha y una victoria de Syriza podrían hacer oscilar la lucha contra las políticas de austeridad en Europa. (QI, Inprecor, enero de 2015)

Hay mucho en juego,- por lo que SYRIZA y la clase obrera griega necesitan la solidaridad de toda Europa y de todo el mundo en su lucha para hacer frente a la bancocracia y finalmente detener la pesadilla de la austeridad. (ISO, Socialist Worker, EE.UU. 6 de enero de 2015)

En Francia, EELV, el PdG y el PCF, organizan en París el 19 de enero una reunión de apoyo a Syriza. El partido burgués ecologista EELV fue miembro recientemente del gobierno Hollande, incluso cuando rebajó las jubilaciones de los trabajadores y cuando intervino en Malí. El PCF y el fundador del PdG fueron miembros del gobierno Jospin, que había privatizado con saña y había participado en la guerra de la OTAN contra Serbia.

Por la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía

Ninguna trabajadora, ningún trabajador, puede votar por los partidos burgueses (PASOK, ND, TO POTAMI, XA…); si él/ella/ quiere votar, no puede hacerlo sino por los candidatos del movimiento obrero (DIMAR, SYRIZA, KKE, ANTARSYA, EEK).

Si el Syriza y el KKE rompieran con su burguesía y las burguesías europeas, provocarían el entusiasmo de la clase obrera de Grecia y aun más allá. Pero estos partidos obreros burgueses solo preparan nuevas decepciones y acrecientan también el riesgo de golpe de estado militar y de fascismo.

Para avanzar hacia el socialismo, es necesario construir un partido obrero revolucionario que enfrente la clase dominante y al imperialismo, ligado a la construcción de una Internacional comunista.

  • ¡Anulación de la deuda pública! ¡Expropiación de los bancos y las grandes empresas!
  • ¡Retirada de la OTAN! ¡Disolución del Ejército y la Policía! ¡Armamento del pueblo contra la policía y los fascistas! ¡Derechos democráticos para los conscriptos!
  • ¡Separación de la Iglesia y el Estado!
  • ¡Unidad de los trabajadores griegos e inmigrantes! ¡Comités que reúnan a todos los trabajadores en las empresas, las administraciones, los barrios, los pueblos, las universidades, para el control obrero y popular!
  • ¡Gobierno obrero y campesino! ¡Estados Unidos Socialistas de Europa, Turquía incluida!

22 de enero de 2015

Colectivo Revolución Permanente
(Austria, Francia, Perú)