Egipto:
¡Fuera la Junta Militar!
¡Por un partido obrero independiente de todas las fracciones de la burguesía!

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¡Fuera la Junta Militar!
¡Por un partido obrero independiente de todas las fracciones de la burguesía!

La confrontación de dos fracciones de la burguesía hunde el país en el caos

Los generales desencadenaron un golpe de estado el 3 de julio con el apoyo de los «fouloul» post-nasseristas (todos los partidos resultantes del PND de Mubarak), de los pretendidos «demócratas» o «liberales» (Wafd, PdC, PLE…), los neo-nasseristas (CP…) y los ex-estalinistas (PCE).

Las fuerzas armadas egipcias se asocian a la voluntad del pueblo, adoptando las exigencias del pueblo y anunciando la hoja de ruta para hacer caer el régimen de los Hermanos y de sus aliados de las fuerzas de la derecha religiosa… Ha sido la primera vez que las fuerzas armadas egipcias han actuado contra la voluntad norteamericana en más de 40 años. Ha sido también la primera vez que el pueblo egipcio de todas las creencias, las fuerzas políticas y las instituciones, se unen para corregir la trayectoria de la revolución y comenzar a elaborar una Constitución civil y democrática para el país, para salir de la dependencia y el servilismo… Consideramos que la revolución del pueblo egipcio del 30 de Junio, como la corrección de la trayectoria de la revolución del 25 de Enero, es una extensión de todas las fases de la revolución nacional democrática que comenzó con la Revolución Orabi en 1881 y continuó hasta la revolución de 1919 y la revolución en 1952… (Partido Comunista Egipcio, La Revolución del 30 de junio, 3 de agosto de 2013)

Desde hace 80 años la «revolución nacional democrática» estaría a la orden del día, relegando a la revolución socialista a un futuro lejano. La revolución por etapas legitimaría el «frente único antiimperialista» con los partidos burgueses («las fuerzas políticas» en general) y «las fuerzas armadas» (no los conscriptos, sino los altos mandos capitalistas). Según los reformistas el Ejército no sería burgués, no sería el eje del Estado burgués, sino que estaría en ruptura con el imperialismo norteamericano, habría pasado al servicio del «pueblo», sin distinción de clases, como cuando el Coronel Nasser ejecutó a los obreros huelguistas y luego prohibió el PCE.

Es necesario comenzar por la milicia obrera para transportarnos, a paso firme y flexible, observando la graduación necesaria, hacia la instauración de la milicia popular, hacia la sustitución, por el armamento general del pueblo, del Ejército y la Policía. (Vladimir Lenin, Catástrofe inminente y promesas desmesuradas, 23 de mayo de 1917)

Para los oportunistas, sería necesario que el proletariado se someta a una fracción de la clase dominante; para algunos a los islamistas (como el Partido Comunista Libanés ahora o el Partido Tudeh en Irán en 1979), para otros a los militares que se presentan como los «salvadores supremos» de la nación. Esto fue ya criminal con el General Mustafa Kemal, el General Chang Kai-Chek, el General de Gaulle, el Coronel Nasser, el Coronel Perón, el Coronel Chávez… ¡Esta confabulación se vuelve grotesca con el General Al Sissi!

La independencia de un estado atrasado es inevitablemente medio ficticia, y su régimen político, bajo influencia de las contradicciones de clase internacionales y la presión exterior, cae inevitablemente en una dictadura contra el pueblo… Así como la única fuerza auténticamente revolucionaria de nuestro tiempo es el proletariado internacional, así mismo el único programa verdadero para la liquidación de toda opresión, social o nacional, es el de la revolución permanente… Mientras el movimiento de liberación es controlado por la clase explotadora es incapaz de salir del callejón sin salida. (León Trotsky, La guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 23 de mayo de 1940)

Los revisionistas del «trotskismo» repiten en realidad las traiciones del estalinismo. Los Socialistas Revolucionarios (vinculados al SWP británico y a la ISO norteamericana, valorados por el NPA francés) minimizaron el golpe de estado militar, enalteciendo lo que llaman, como el PCE, la «segunda revolución».

Lo que ha sucedido en Egipto es la cumbre de la democracia, una revolución de millones de gentes para expulsar a un dirigente. Por lo que se refiere a la evicción de Morsi, no fue otra cosa que la conclusión previsible, una vez que la institución militar vio que las masas ya habían solucionado la cuestión en las calles y plazas de Egipto. (Socialistas Revolucionarios, Resolución, 30 de junio de 2013)

Es más, los centristas pidieron a la Junta nombrar un buen Gobierno, y al futuro Gobierno designado por la Junta realizar una buena política.

Quienquiera que sea el próximo Primer Ministro, debe venir de las filas de la Revolución de Enero. Exigimos que las prioridades del siguiente Gobierno sean medidas inmediatas para realizar la justicia social en beneficio de los millones de pobres y desvalidos… (Socialistas Revolucionarios, Resolución, 6 de julio de 2013)

En realidad, el Consejo de las Fuerzas Armadas y su Gobierno de fachada suspendieron las libertades democráticas el 4 de agosto. Detuvieron al Presidente elegido, reprimieron la huelga de los obreros de la siderurgia en Suez, reforzaron el bloqueo de Gaza, aplastaron de manera sangrienta durante varias semanas las manifestaciones de protesta de los partidarios de los Hermanos Musulmanes y liberaron a Mubarak.

Esos mismos días, las bandas fascistas de los Hermanos Musulmanes y del «Hebz al-Nour» (Partido de la Luz, salafista) multiplicaron los ataques contra los cristianos coptos, un objetivo habitual de los reaccionarios, sean lampiños o barbudos, en uniforme o de civil.

Los islamistas y los generales son dos caras de la reacción

Turquía y Qatar sostienen a Morsi, mientras que el Estado Mayor goza del apoyo político y financiero de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Ninguno de estos Gobiernos, especialmente las monarquías policiales, misóginas y clericales del Golfo, constituyen garantes de las libertades democráticas y del progreso social.

Ninguna lección de democracia puede venir de los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña, que no ahorraron su apoyo a Mubarak o a Ben Ali anteriormente y se han unido a los partidos islamistas para gobernar Libia, Túnez y Egipto. Los gobiernos norteamericanos ya habían sostenido a los Hermanos Musulmanes de 1952 a 1991. Gracias a su apoyo popular, los HM parecían en 2012 una barrera creíble contra la revolución social que se esbozó en febrero de 2011. Cualesquiera sean los partidos que lo encabecen, cada Estado burgués «democrático» defiende los intereses de su burguesía, pacta con el Estado colonial sionista e intenta mantener el orden imperialista en África Septentrional y Asia del Oeste.

Es el fraccionamiento de la burguesía en un gran número de sectores, fracciones y facciones, que a menudo ha desorientado al pueblo. Se derrota a una sección y se cree haber derrotado a toda la burguesía, pero simplemente se colocó en el poder a otro sector. (Friedrich Engels, Carta a Laura Lafargue, 8 de octubre 1889)

A finales de enero de 2011, el Ejército releva a la Policía desbordada por la potencia de las manifestaciones y el inicio de huelgas masivas. En concertación con los servicios secretos norteamericanos, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas abandonó a Mubarak para tomar el poder el 11 de febrero. Le sigue un período de prohibición de las huelgas, represión, tortura de centenares de personas, persecuciones de cristianos. En junio de 2012, el CSFA disuelve el Parlamento elegida con una mayoría de diputados clericales (45% de los votos para los Hermanos Musulmanes, 25% para Al Nour). Para la elección presidencial, la Junta descarta bajo pretextos la candidatura del capitalista Khairat al-Chater, presentado por los HM. Pero, finalmente, el candidato de la Junta, Ahmed Chafik, Primer Ministro Hosni Mubarak y antiguo General, es derrotado por Morsi. Después de tratos con los HM, el Ejército les transmite el poder pero conserva sus empresas y sus subvenciones del Estado norteamericano.

El 2011 los Hermanos Musulmanes se unen al movimiento contra Mubarak iniciado por la juventud. Los clericales pretenden que «el islam es la solución». Pero el islamismo, en la práctica, solo es el capitalismo con oscurantismo y represión. Morsi mantuvo el tratado con Israel. En octubre de 2012 las bandas islamistas atacan a los manifestantes en la Plaza Tahrir pero los jóvenes revolucionarios llegan a expulsarlos. El Gobierno Morsi intenta prohibir los sindicatos independientes. En noviembre de 2012 el Presidente Morsi se asigna plenos poderes. En diciembre de 2012 la Asamblea Constituyente refuerza el rol del islam (la sharia ya era una referencia de la anterior Constitución). El Gobierno hace ratificar apresuradamente el proyecto de Constitución. Tanto en el golpe institucional como antes en el referéndum, las bandas islamistas intentan intimidar a los opositores. Decenas de jóvenes mujeres manifestantes son aisladas y violadas por bandas mal identificadas. Lo que bien se establece es que las milicias islamistas secuestran y torturan a decenas de opositores. El capitalismo egipcio se introduce en la depresión que empezó bajo la Junta, lo que implica la depreciación de la libra, la inflación galopante, el ascenso del desempleo… La popularidad del Gobierno se agota, las huelgas se multiplican, luego millones de manifestantes exigen su dimisión en junio de 2013. El Ejército que lo derriba acusándolo de «terrorista» para legitimar el putsch.

Las revoluciones del siglo XVIII a menudo tomaron la forma de una Asamblea Constituyente, que disminuyó la arbitrariedad y elevó los derechos de las masas. A pesar de su carácter burgués, su radicalidad brindó un ejemplo histórico a la futura clase revolucionaria, el proletariado, en particular por el armamento de la población.

Es importante que cada hombre del pueblo, útil para el servicio, esté dotado de un arma y conserve ésta en su domicilio. No es principalmente por razones económicas que reclamamos el Ejército popular en vez del Ejército permanente, no es para escapar de sacrificios financieros, sino para desnudar el mal uso que hace de las armas el militarismo, que hoy las emplea contra el «enemigo interior», es decir contra el ascenso de la clase obrera y contra su lucha de masas. (Rosa Luxemburgo, El nuevo ejército de Jean Jaurès, junio de 1911)

Pero una asamblea convocada por la Junta (o por los Hermanos Musulmanes) no puede ser sino contrarrevolucionaria. Las reuniones constituyentes, en manos de los militares en 2011 o de los islamistas en 2012, se revelaron parodias. Ninguna Constitución que emane del Estado Mayor o de los islamistas puede ser realmente democrática. En la elección presidencial de 2012, la Junta seleccionó a los candidatos, como los ayatollahs en la de Irán el 2013; un año después, el Estado Mayor ha derrocado al Presidente elegido.

¿Un demócrata no debe, si quiere hablar de nuevas elecciones, reconocer y destacar el principio de la democracia, es decir, el derecho de la población a revocar en cualquier momento a sus cargos electos, a sus mandatarios, sus representantes, cualesquiera sean? (Vladimir Lenin, Una renegación más de la democracia, 31 de mayo de 1917)

Ni los oficiales ni los clericales pueden garantizar las libertades, instaurar la laicidad, garantizar la independencia nacional, emancipar a las mujeres, confiar la tierra a los campesinos, desarrollar la economía, ayudar realmente a los palestinos…

La colaboración de clases en el seno de Tamarrod preparó el golpe de Estado

El terreno político del golpe de estado fue preparado por la constitución de una alianza de colaboración de clases denominada Tamarrod (Rebelión), patrocinada por una serie de capitalistas (Naguib Sawiris, Mamdouh Hamza…), de altos magistrados heredados de Mubarak, grandes medios de comunicación capitalistas y los servicios secretos del Ministro de Defensa de Morsi, el General Al Sissi.

Tamarrod unifica entonces a todos los partidos burgueses opuestos a los Hermanos Musulmanes, a los dignatarios de Mubarak («fouloul» del PND) y a los fanáticos musulmanes (salafistas de Al Nour). Trágicamente, el conjunto de las organizaciones políticas obreras (Partido Comunista Egipcio, Socialistas Revolucionarios, Movimiento del 6 de abril, Partido Socialista de Alianza Popular, Partido Socialista Egipcio) garantizó, con su participación entusiasta, el bloque dirigido por la burguesía.

Los socialistas han estado profundamente implicados en Tamarrod. Encontramos una recepción entusiasta para firmar la petición en los barrios obreros. (Samuel Naguib, Entrevista, junio de 2013, citado en el Diario Socialismo Internacional n° 139)

La brillante campaña de Tamarrod supo movilizar todas las contribuciones al rechazo popular de la ley de los Hermanos Musulmanes, a través de una campaña de firmas de más de 22 millones de personas en menos de dos meses. Fueron recogidas por todas las organizaciones, las clases y las categorías del pueblo egipcio, incluso en las instituciones del Estado y los organismos en todas las gobernaturas de Egipto. (Partido Comunista Egipcio, Comunicado, 3 de agosto de 2013)

En realidad, la perspectiva de Tamarrod es enteramente burguesa, sin la menor concesión a las pretensiones urgentes de los asalariados: una “elección anticipada» confiada al Presidente del Alto Tribunal Constitucional (designados por Mubarak) y un poder ejecutivo entregado «a un Primer Ministro consensual» encargado del rescate de la economía, la restauración de la seguridad y la redacción de la nueva Constitución.

Algunas horas antes el golpe de Estado, Mahmoud Badr y Mohamed Abdelaziz, los redactores de la petición de Tamarrod, se entrevistaron con el general Al-Sissi, el jefe de la Junta Militar.

No ha habido partido obrero de masas desde la liquidación del Partido Comunista Egipcio en el nacionalismo burgués, en nombre del frente único antiimperialista y la revolución por etapas. Los sindicatos independientes se dividieron artificialmente en dos Confederaciones y sus aparatos están en colaboración creciente con las burocracias sindicales corrompidas de América del Norte y Europa del Oeste. Las organizaciones políticas que se reclaman hoy de la lucha de clases y del socialismo se comportan como auxiliares de la clase dominante, de los explotadores. El PCE y el PSE (una organización que participó en la Conferencia mediterránea organizada por el NPA en mayo de 2011 en Marsella) habían apoyado la candidatura del Karama (Partido de la Dignidad, neonasserista) en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2012.

Las fuerzas del campo revolucionario habrían debido hacer de Hamdeen Sabbahi su único candidato. (Mamdouh Habaschi, Después de las presidenciales, 25 de junio de 2012, Inprecor n° 585)

Los SR se formaron en el marco de la Tendencia Socialista Internacional y reivindica, como el PCE, el «frente único antiimperialista». Históricamente, esta corriente revisionista nace de la capitulación de Cliff hacia su propio imperialismo, cuando éste participó en la agresión norteamericana contra la revolución china en 1950. En los años ‘90, esta corriente se adaptó al ascenso del islamismo.

Allí donde los islamistas están en la oposición, nuestra norma de conducta debe ser: con los islamistas a veces, con el Estado nunca. (Chris Harman, El profeta y el proletariado, 1994, en Islamismo y revolución, p. 77)

El 2004 el SWP británico montó un frente popular con los capitalistas musulmanes (Respeto). El 2012 los SR egipcios apoyan la candidatura de los Hermanos Musulmanes en la segunda vuelta presidencial.

La victoria de Mursi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, es un gran éxito para hacer retroceder a la contrarrevolución y hacer retroceder este golpe de estado. Por ahora, esta es una real victoria de las masas egipcias y una real victoria de la revolución egipcia. (Sameh Naguib, Mensaje a la Conferencia de la ISO, 28 de junio-1 de julio de 2012)

En noviembre de 2012, el PCE, los SR, el M6A, el PSE, el PSAP, formaron el Frente de Salud Nacional, un frente popular con aquellos partidos burgueses laicos cuyos «fouloul» sostienen siempre al Ejército, al Poder Judicial, y que habían lanzado a la policía y a sus milicias, los baltaguiyas, contra los manifestantes anti-Mubarak. Como siempre, el programa de coalición con la burguesía («Gobierno de unión nacional») no puede ser sino burgués. El FSN se hunde naturalmente en mayo de 2013 en la colaboración de clases de Tamarrod.

Las esperanzas de las corrientes pequeñoburguesas hacia tal o cual sector de la gran burguesía son desmentidas una y otra vez por la lucha de clases, en detrimento del pueblo.

El método bolchevique consiste en separarse absolutamente de la burguesía, en política como en organización, desenmascararla despiadadamente a partir de los primeros pasos de la revolución, destruir todas las ilusiones pequeño-burguesas sobre el frente único con la burguesía, combatir sin descanso para desplazar a la burguesía de la dirección de las masas, expulsar sin piedad del Partido Comunista a todos aquellos elementos que siembran inútiles esperanzas en la burguesía. (León Trotsky, La revolución china y las tesis de Stalin, 17 de mayo de 1927)

Mientras no posean su propio partido, opuesto a todas las fracciones de la burguesía, la clase obrera y la juventud permanecerán, a pesar de su valor, desorientadas, incapaces de trazar una perspectiva propia.

La revolución social es la solución

Ninguna fracción de la burguesía puede solucionar los problemas del país, ya que su solución pasa por la confrontación con la burguesía imperialista, requiere de la acción de los trabajadores de las ciudades y del campo que, una vez movilizados, se apoderarán de la propiedad privada de los medios de producción, defendida tanto por el Ejército como los clérigos musulmanes o cristianos.

El nacionalismo panárabe profesado por el Coronel Nasser en 1952 y apoyado por el Partido Comunista Egipcio, que tenía entonces la confianza de una parte significativa de la clase obrera, fue un fracaso histórico. Después de los éxitos iniciales (derrocamiento de la monarquía, nacionalización del Canal de Suez, fracaso de la intervención militar de Gran Bretaña, Francia e Israel, inicio de reforma agraria…), los proyectos de unificación árabe fallaron, Israel venció en dos ocasiones al Ejército egipcio y el país realmente no se industrializó.

El fracaso del nasserismo impulsó al Ejército a abandonar la fraseología «socialista» y antiimperialista. El régimen trocó sus alianzas, de URSS a los Estados Unidos. Para recuperar el Sinaí, los generales reconocieron a Israel. Se vendieron al imperialismo norteamericano por 1,3 mil millones de dólares al año. Luego hicieron privatizaciones para intentar, en vano, re-dinamizar el capitalismo nacional.

El resultado es que se hipertrofia y sobre-equipa al Ejército, cuando la mayoría de los fellahs trabajan en condiciones anticuadas, si bien Egipto es el primer importador de trigo del mundo. Más del 30% de la población es analfabeta. La administración está corrupta. La policía, el Ejército y las bandas islamistas arrestan, encarcelan, torturan y ejecutan a los opositores. Las mujeres tienen derechos civiles reducidos en materia de divorcio y herencia, y más del 50 % de las hijas son víctimas de mutilación genital, con la bendición de los sacerdotes musulmanes y cristianos. Continúa prohibido fundar un partido basado en la lucha de clases.

El fracaso del nasserismo, que implica el del estalinismo que se postró ante él y se disolvió en el partido único, alimentó a la reacción islamista. El recurso a la ideología religiosa pre-capitalista, a pesar de su arcaísmo, seduce a numerosos capitalistas que ven ahí el secreto del respeto a la propiedad privada. Los Hermanos Musulmanes pueden apoyarse en la densa red de mezquitas reforzada por Sadat y por Mubarak. Les parecen a los campesinos, a los pequeño-burgueses y desclasados, menos sumisos al extranjero y capaces de suplir, con sus obras de caridad, las carencias sociales, sanitarias y escolares del Estado.

Sólo la clase obrera puede sacar al país y a la región del callejón sin salida. Pero la profundización de la revolución no es un proceso inevitable, como lo prueba la elección de Morsi o el golpe de estado. Par a vencer a la reacción, es necesario construir un partido obrero que no preste ninguna confianza a las diferentes camarillas de los explotadores, un partido internacionalista e insurreccional del tipo del Partido Bolchevique de 1917.

En la lucha contra el poder colectivo de las clases poseedoras, el propio proletariado solo puede actuar como clase constituyéndose en partido político distinto, opuesto a todos los antiguos partidos formados por las clases poseedoras… La conquista del poder político se convierte en el gran deber del proletariado. (Karl Marx, Resolución sobre los Estatutos de la AIT, septiembre 1872)

Solo entonces los trabajadores asalariados, los desempleados, los campesinos pobres, la mayoría de los trabajadores independientes de las ciudades, una gran parte de los estudiantes, los conscriptos… podrán unirse contra sus explotadores y sus opresores, imponer un Gobierno Obrero y Campesino basándose en sus Consejos obreros y populares y el desarme de los mercenarios del capital, y extender la revolución social a los países vecinos y a Europa del Sur con el fin de garantizar la victoria y garantizar la satisfacción de las necesidades elementales de las masas.

  • ¡Ruptura de todas las organizaciones obreras con la Junta, con los partidos clericales, los partidos liberales y los partidos burgueses más o menos laicos! ¡Frente único obrero contra la Junta!
  • ¡Fuera la Junta Militar! ¡Restablecimiento de las libertades democráticas! ¡Liberación inmediata de todos los militantes obreros! ¡Respeto al derecho de huelga! ¡Levantamiento de la prohibición de partidos revolucionarios!
  • ¡Ni junta militar, ni Presidente con todos los poderes! ¡Asamblea Constituyente Soberana basada en elecciones bajo control del pueblo y compuesta de diputados revocables y pagados como trabajadores asalariados!
  • ¡Fuera las manos de las minorías religiosas, nacionales y sexuales! ¡Separación completa del Estado y la religión!
  • ¡Igualdad jurídica entre las mujeres y los hombres! ¡Prohibición de la poligamia y la mutilación genital! ¡Educación sexual para la juventud y anticonceptivos gratuitos!
  • ¡Gobierno Obrero y Campesino! ¡Comités en las empresas, las administraciones, los barrios populares, las universidades, para discutir la situación y las tareas, para designar al Gobierno y controlarlo, para oponerse sin piedad a la contrarrevolución!
  • ¡Disolución de la Policía profesional! ¡Derechos democráticos para los conscriptos! ¡Elección de los oficiales! ¡Armamento de los trabajadores de las ciudades y el campo! ¡Desarme de la Policía, el Ejército, los baltaguiyas y las milicias islamistas!
  • ¡Control obrero y popular sobre la producción y la distribución! ¡Expropiación de los propietarios de bienes inmuebles y grandes capitalistas!
  • ¡Apertura de la frontera con Gaza! ¡Estados Unidos Socialistas de África Septentrional y Oriente Medio! ¡Federación Socialista del Mediterráneo!


22 de agosto 2013

Buró Internacional del Colectivo Revolución Permanente

Notas sobre los partidos

Al-Nour (La Luz). Partido burgués clerical fundado en 2011 que compite con los HM a su derecha. Apoyados por Arabia Saudí.

Corriente Popular (CP). Pequeño partido burgués nacionalista neo-nasserista. Su candidato Hamdîn Sabbahi obtuvo un 20,7% de los votos en la primer vuelta presidencial del 2012.

Hermanos Musulmanes (HM). Viejo partido burgués clerical vinculado a los «Oficiales libres», pero que rompe con Nasser en 1954. El único partido de masas hoy en día. Sus recursos financieros provienen de los explotadores (capitalistas, propietarios de bienes inmuebles) y de Qatar. La fraternidad dispone de una red de caridad con 23 hospitales. Bajo la etiqueta del PLJ, su candidato Morsi obtuvo un 24,8% de los votos en la primera vuelta de la elección presidencial de 2012 y un 51,73% en la segunda vuelta.

Frente de Salud Nacional (FSN). Coalición del 2012 entre los partidos burgueses hostiles al islamismo (CP, PLE, Wafd, PdlC, PDSE…), reunidos con todas las pequeñas organizaciones obreras (PSE, SR, PCE…).

Movimiento del 6 de abril (M6A). Movimiento de jóvenes fundado el 2008. Activo en el levantamiento de la plaza Tahrir en 2011.

Partido de los Egipcios Libres (PLE). Partido burgués liberal fundado por Naguib Sawiris, multimillonario copto, cabeza del imperio Mobinil (telecomunicaciones).

Partido Comunista de Egipto. Nacido de la adhesión del Partido Socialista egipcio a la Internacional Comunista en1922. Animaba entonces la CGT. Ambos son reprimidos en 1924 y desaparecen.

Partido Comunista Egipcio (PCE). A finales de los años 30, sobre la base del cambio de dirección de los «Frentes Populares» de la IC, surgen una serie de organizaciones estalinistas: Movimiento Egipcio de Liberación Nacional, Iskra, Democracia Popular, Vanguardia Popular de Liberación… Son reprimidas, con los sindicalistas y los estudiantes, de 1946 a 1948. Las dos primeras fusionan en 1947 en el Movimiento Democrático de Liberación nacional (MDLN) dirigido por Curiel. Los estalinistas participan en las manifestaciones, huelgas y guerrillas contra la ocupación británica del Canal de Suez. En 1952, el MDLN se pliega al golpe de Estado de los «Oficiales libres» que derriba a la monarquía, pero la URSS sostiene al Wafd. Nasser prohíbe los sindicatos y los partidos en 1953. Entre 1955 y 1957, los grupos estalinistas se unifican para formar el PCE. Nasser se vuelve hacia la URSS y libera en 1956 a los militantes del PCE estaban encarcelados. En 1959 reprime de nuevo al PCE. En 1961, el coronel Nasser funda un partido único, la Unión Socialista Árabe, en el cuál se disuelve el PCE en 1964. En 1970 el PCE se reorganiza y es reprimido en 1981 por el General Sadat.

Partido Nacional Democrático (PND). Partido burgués que sustituye en 1978 a la Unión Socialista Árabe. Miembro de la Internacional Socialista. Oficialmente disuelto a la caída de Mubarak, el PND generó varios partidos burgueses. Los antiguos miembros de este partido son llamados los fouloul (los «residuos» del régimen de general Mubarak). Integran el Ejército, la alta administración y la magistratura. Ahmed Chafiq, General en retiro, antiguo Presidente de Egypt Aire y antiguo Primer Ministro de Mubarak, se presentó a la elección presidencial de mayo de 2012 y obtuvo un 23,66% en la primera vuelta y un 48,27% en la segunda.

Partido Socialista de Egipto (PSE). Reagrupamiento de antiguos estalinistas y centristas fundado el 2011. Parece activo en los sindicatos independientes.

Socialistas Revolucionarios (SR). Organización centrista fundada en 1995 en la esfera de influencia de la TSI revisionista, la corriente cliffista que analizó a la URSS como capitalista y que fue excluida de la sección británica de la 4ta. Internacional en 1950 por su negativa a apoyar a China en la guerra de Corea. Esta corriente manifestó su oportunismo hacia el islamismo en la revolución iraní de 1979 y la guerra de Afganistán de 1979 a 1989. Para cubrir su oportunismo, la dirección de la TSI resucitó el frente único antiimperialista del 4to. Congreso de la IC, como Pablo y Healy lo hicieron antes para justificar su capitulación ante el nacionalismo burgués panárabe. El islamismo podía ser progresista. El SWP británico creó la coalición Respeto el 2004 con los socialdemócratas… y los islamistas. Los SR estuvieron activos en el levantamiento de la plaza Tahrir el 2011. Sostuvieron al candidato de los HM en la segunda vuelta de las presidenciales el 2012, se adhirieron al Frente Popular anti-Morsi (FSN) en 2012 y participaron en la campaña Tamarrod en 2013. Se niega a caracterizar la toma del poder por el Ejército de golpe de Estado y lo presenta como un resultado de la «segunda revolución».

Tamarrod (Rebelión). Movimiento lanzado en abril de 2013 en torno a la petición de una elección presidencial anticipada, sostenida por el FSN. Convoca a continuación a las gigantescas manifestaciones del 30 de junio contra Morsi. Sus iniciadores se ponen de acuerdo con el jefe de la Junta el mismo día del golpe de Estado.

Unión Socialista Árabe (USA). Partido burgués nacionalista panárabe fundado por Nasser en 1961. Partido único hasta 1976. El General Sadat lo transforma en PND en 1978.

Wafd (Delegación). El más antiguo partido burgués nacionalista. En cuanto toma el poder, en 1924, se vuelve contra el movimiento obrero. En 1936, el Wafd regresa al poder y reprime de nuevo las huelgas (industria textil, azúcar, transporte). Allí se encuentran hoy un número de antiguos miembros del PND.

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