La revolución tunecina en un giro ¡Por el armamento de los trabajadores contra las bandas islamistas y la policía burguesa!

      Comentarios desactivados en La revolución tunecina en un giro ¡Por el armamento de los trabajadores contra las bandas islamistas y la policía burguesa!

La lucha de clases acaba de entrar en una nueva fase después del asesinato, el 6 de febrero, de Chokri Belaïd, Secretario General del Partido de los Patriotas Demócratas Unificados (Watad) y un del portavoz de la oposición agrupada en torno al Frente Popular para la realización de los objetivos de la revolución (FP). Desde que la primera fase de la revolución expulsó a Ben Ali en enero de 2011, los capitalistas tunecinos y las burguesías imperialistas mayoritariamente apostaron al islamismo del Movimiento del Renacimiento (Ennahdha) apoyado por la monarquía de Qatar, para sustituir a la dictadura del nacionalismo a la Bourguiba, para defender la propiedad, para reconstruir el estado burgués, para hacer reinar el orden apoyándose en la religión.

En Malí, los islamistas se pusieron tan de espaldas a la población que la intervención imperialista francesa los expulsó fácilmente de las ciudades. En Egipto, el gobierno de los Hermanos Musulmanes se enfrenta al descontento popular. El gobierno burgués de Túnez no dispone de los ingresos petrolíferos del régimen militar argelino o el régimen clerical iraní. El mantenimiento de la propiedad privada y de la dominación imperialista conducen inevitablemente al aumento de la pobreza y el desempleo. En noviembre y diciembre, huelgas generales estallaron en Sned y en Siliana. En esta ciudad, los huelguistas fueron atacados por la policía y los islamistas.

La responsabilidad del asesinato político incumbe a los barbudos. Chokri Belaid ya había sido varias veces el objetivo de ataques por parte de las bandas armadas islamistas salafistas, incluido el del 2 de febrero en el Congreso de su partido. Los nervis de las «Ligas de protección de la revolución» (sic), el brazo armado de Ennhada, compiten con las bandas salafistes (Hizb AL Tahrir) en las agresiones contra los mausoleos, las universidades, las exposiciones, los cines, los cafés, los militantes y los locales de los otros partidos o de la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), los huelguistas.

Contra estas milicias fascistas que aglomeran elementos del lumpen-proletariado y antiguos miembros de la policía política de Ben Ali, más de 40.000 personas se manifestaron el 8 de febrero en el entierro del dirigente del Frente Popular en Túnez. La muchedumbre agitó, a la entrada del cementerio de El-Jellaz, donde se enterró a Chokri Belaïd, «el pueblo quiere la caída del régimen», «el pueblo quiere una nueva revolución», y se denunció al jefe de Ennahda, Rached Ghannouchi, a los gritos de: «¡Ghannouchi asesino!». La policía atacó a los manifestantes.

Como consecuencia de esta reacción popular masiva, la crisis política se acentuó en la cumbre del Estado burgués tunecino. Por un lado, una parte de Ennahda, sujeta al Primer Ministro Hamadi Jebali, considera que las relaciones de fuerza no le permiten hoy ir a la confrontación directa contra la clase obrera y la juventud. Jebali anunció por ello la disolución del Gobierno y la formación de un «Gobierno técnico» antes de nuevas elecciones. De otro, Ghannouchi y su fieles rechazan esta decisión y piensan llegadoo el tiempo de someter al movimiento obrero y aplastar la revolución.

Ante la reacción burguesa agrupada detrás del islamismo, la clase obrera y juventud tunecina acaban de mostrar su determinación de no dejarse robar la revolución que iniciaron, sin los islamistas, contra el régimen de Ben Ali y el imperialismo, en particular la burguesía francesa, que lo sostenía. La huelga general lanzada el 9 de febrero a la convocatoria de varios partidos de oposición y la UGTT, fue seguida ampliamente en todo el país y en particular en los bastiones obreros de Sfax y Gafsa, puntas de lanza de la revolución, donde los locales del partido Ennhada fueron tomados por asalto e incendiados por la juventud, los desempleados y los trabajadores.

Pero las masas permanecen sin perspectiva propia, ya que la UGTT, que había dejado aisladas las huelgas de finales de 2012, se ha limitado a una huelga de 24 horas, y los partidos obreros, presos de la herencia del estalinismo y del «frente único antiimperialista» son incapaces de trazar una vía independiente de la burguesía, sea demócrata, clerical o panarabe. Así pues, el «Partido de los Trabajadores Tunecinos» (PTT, ex PCOT) porta los retratos del Coronel Nasser y participa en el Frente Popular. El FP es un conglomerado de partidos estalinistas, ecologistas y nacionalistas panarabes cuyo programa viene determinado por el ala burguesa. Reduce el eco del islamismo a una conspiración del extranjero y se opone a la lucha de clases: «La unidad del pueblo tunecino es amenazada por luchas doctrinarias artificiales, movidas por fuerzas extranjeras a través de agentes locales, que se ocultan detrás de la religión.» (Carta política, 28 de septiembre).

Es indispensable agrupar a los elementos avanzados de la UGTT, del PTT… en un partido obrero, un partido que no tenga miedo de plantear la cuestión del poder de los obreros y los campesinos, que conecte las cuestiones democráticas con la revolución socialista mundial.

El pacifismo, la postración ante el Estado Mayor del Ejército burgués, la palabrería sin fin con los islamistas por parte de todos los partidos en la Asamblea Constituyente, desorientan a la clase obrera, paralizan la revolución y permiten a la reacción, a la sombra del «diálogo» y de la «unidad nacional», agrupar sus fuerzas y preparar los asesinatos.

¡Ninguna participación de las organizaciones obreras en el «Gobierno de Unión Nacional»!
¡Contra los ataques fascistas de los islamistas, milicias de autodefensa obrera!
¡Por la laicidad, por la igualdad para las mujeres, por todas las reivindicaciones de los trabajadores de las ciudades y del campo ! ¡Organización de los trabajadores y jóvenes en Comités de barrio, ciudad, pueblo, fábrica, universidad!
¡Por un Gobierno Obrero y Campesino, basado en los Comités y en el armamento del pueblo, que expropie a los capitalistas para estar en condiciones de responder a las inmensas necesidades de la población!
¡Por la expulsión del imperialismo de Túnez y de toda la región ! ¡Por la Federación Socialista del Magreb y el Machrek!

12 de febrero, 2013

Colectivo Revolución Permanente (Francia, Austria, Perú)
Comité Comunista Internacionalista – Trotskista (Francia)