Una nueva matanza de palestinos por Israel

El 14 de noviembre, tomando como pretexto cohetes lanzados desde la Franja de Gaza en respuesta al asesinato de un niño palestino de 12 años por el disparo de un soldado israelí, el Gobierno de Netanyahou asesinó a Ahmed Jaabari, un dirigente del Hamas que, con todo, precisamente había restringido aquellos lanzamientos.

El Sr. Jaabari no estaba solo interesado en un alto el fuego duradero, era también el que estaba en cargado de hacer respetar los anteriores acuerdos de alto el fuego obtenidos por los Servicios de Seguridad egipcios… La mañana misma del día en que fue asesinado, el Sr. Jaabari recibió una propuesta de documento para un alto el fuego prolongado con Israel… (Gershon Baskin, Nueva York Times, 16 de noviembre)

El Estado israelí sobrearmado, una vez más, desencadenó el infierno sobre el gueto que es Gaza. Durante la semana del 14 al 21 de noviembre, el Ejército mató a más de a 160 Palestinos (de los cuales 26 niños) e hirió a más de 1 200. En Cisjordania, el Ejército israelí mató a 2 palestinos, hirió a más de 70 y secuestró a 55. Además destruyó un gran número de infraestructuras de la Franja de Gaza, destruyó el centro de la prensa internacional y bombardeó los túneles de la frontera egipcia que abastecen la economía bajo bloqueo israelí.

La política israelí, por la extensión de las colonias y por la guerra, tiene por objeto liquidar a los palestinos, expulsándolos y matándolos. La operación «Pilar de defensa» quiere ser también una advertencia a los revolucionarios árabes y beréberes que derribaron los regímenes tunecino y egipcio que colaboraban con Israel. Y pone de manifiesto que las adulaciones del Fatah a la ONU para obtener «un estatuto de Estado observador no miembro» no protegen de ningún modo a los palestinos.

Clinton por la diplomacia norteamericana y Morsi por los Hermanos Musulmanes en el poder en Egipto, con el apoyo de Turquía y Qatar, consiguieron una tregua a partir del 22 de noviembre. Netanyahou negoció con Morsi que participa en el bloqueo de Gaza y mantiene los acuerdos de Moubarak con Israel. Todos ellos tienen una característica en común: asesinan a los trabajadores y los jóvenes que intentan luchar contra la dominación imperialista, la colonización sioniste, por los derechos de los trabajadores, las minorías nacionales y las religiosas.

Con la complicidad de las potencias imperialistas occidentales y la complicidad del Estado egipcio

El Presidente norteamericano Obama, que subvenciona a Israel y a su Ejército, declaró el 16 de noviembre: «Israel tiene derecho a defenderse«. El mismo día, el Ministro de Asuntos Exteriores francés Fabius declaró: «Israel, por supuesto, tiene derecho a defenderse«. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea dejaron las manos libres a Netanyahou durante una semana. Obama y Hollande están con el opresor contra el oprimido. Desde su nacimiento en 1948, con el apoyo de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la antigua URSS, Israel está basado en la purificación étnica del territorio actual de Israel, la guerra recurrente contra los territorios de Palestina que se le escapan y contra los Estados vecinos, y la continuación de la colonización en Cisjordania y Jerusalén.

El Gobierno islamista de Turquía, el de Egipto, el Emir de Qatar y los príncipes de Bahrein han aportado una fianza para Hamas que controla la Franja de Gaza. Pero si el Primer Ministro turco Erdogan está preocupado por la libertad del pueblo, ¿por qué encarcela a millares de militantes revolucionarios, por qué su Ejército reprime al pueblo kurdo? Si los príncipes de Bahrein están preocupados por la libertad del pueblo árabe, ¿por qué aplastaron la huelga general y destrozaron a los manifestantes en marzo de 2011? Si el Emir de Qatar se opone a la dominación extranjera, ¿por qué alberga una base del Ejército norteamericano? Si el Presidente egipcio Morsi está preocupado por la causa palestina, ¿por qué no abre la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza?

Todos los Estados burgueses de la región defienden las fronteras artificiales resultantes de la colonización francesa y británica, sobreexplotan a los trabajadores immigrados palestinos, los discriminan y los expulsan, exactamente como los sionistas. Los ayatollahs de Irán, el Hamas de Gaza, los Hermanos Musulmanes de Egipto y las monarquías del Golfo arabopersíco tienen en común ser mucho más eficaces para oprimir a las mujeres y los jóvenes, prohibir los sindicatos y las huelgas, defender la propiedad privada, que para luchar contra el sionismo y las potencias imperialistas. A cambio, las potencias imperialistas apoyan a los partidos islamistas en Túnez, Egipto, Libia y Siria, como defensa contra la revolución socialista, desde los levantamientos populares de 2011 en la región.

Por el frente único obrero contra el sionismo y la opresión nacional

Todas las organizaciones que se reclaman de los trabajadores y del socialismo deben exigir:

• ¡Detención inmediata de los bombardeos a Gaza! ¡Levantamiento del bloqueo a Gaza y Cisjordania!
• ¡Destrucción del muro del apartheid! ¡Liberación de todos los presos palestinos! ¡Derecho al regreso de los refugiados y de sus descendientes!
• ¡Ningún arma, ninguna ayuda militar a Israel! ¡Retirada de las tropas imperialistas de Afganistán, Líbano e Irak, partida de la flota militar norteamericana del Mar Mediterráneo y del Océano Índico, cierre de las bases militares imperialistas en Oriente Medio!

La mejor ayuda a los palestinos es la lucha para derribar a los Gobiernos que, en los Estados Unidos, Europa, y Oriente Medio, sostienen al Estado sionista.

La destrucción del Estado de Israel es la condición para una Palestina unificada, laica, multiétnica y socialista

El fin de la opresión nacional de que son víctimas los árabes palestinos pasa por la destrucción del Estado de Israel, racista, belicista y colonialista, instrumento del imperialismo en Medio Oriente. Es solamente sobre esta base que podrá instaurarse una Palestina laica y multiétnica en todo el territorio de Palestina, en la cual podrán vivir juntos árabes e israelíes, musulmanes, judíos, cristianos y ateos. Tal Palestina sólo sería viable por la extensión de la revolución, la abolición de las fronteras heredadas de la colonización y la instauración de la Federación Socialista de Medio Oriente.

La burguesía palestina, sea panárabe (Fatah) o islamista (Hamas), no puede liberar a Palestina porque siempre ha preferido la colaboración con los Estados burgueses vecinos a la movilización de los trabajadores de las ciudades y el campo, que habría desembocado en el cuestionamiento de la propiedad privada. La burguesía nacional, al predicar la unidad engañosa de todos los árabes o de todos los musulmanes, se reveló incapaz de dirigirse a la clase obrera de toda la región.

La clase de los trabajadores asalariados, ganando a los campesinos y los estudiantes, es la fuerza social capaz, por medio de su revolución, de liquidar la colonización sionista y la dominación imperialista, de emancipar a la juventud y a las mujeres, de dar la tierra a los campesinos y garantizar el desarrollo económico.